SEAT trabaja en tecnologías de inteligencia artificial y control de la luz solar

Se la conoce como la "Silicon Valley" de Oriente Medio. La capital israelí está teniendo cada vez más presencia en el panorama de la tecnología al servicio del automóvil, y Tel Aviv trabajando codo con codo con expertos informáticos y de otras disciplinas del país.

Uno de los proyectos en los que se encuentra inmersa la marca española es el "Xplora", en el que participan 200 empresas más y en la que se presentan estudios de viabilidad para llevar a producción avanzadas tecnologías. El fabricante tiene abiertos varios frentes. Uno es Gauzy, colaborando en el tratamiento y control de la luz solar.

Cuanto más brillante, más deslumbra, por lo que la marca española trabaja con esta especialista en nanotecnología en películas especiales para cristales que varían la opacidad a golpe de impulso eléctrico. Casi se puede decir, que el objetivo es controlar la luz solar con solo tocar un botón, pasando de una oscuridad total a una transparencia plena.

Aunque ya ha soluciones de este tipo, fabricantes como Mercedes han utilizado esta técnica en techos solares con cristales líquidos. Sin embargo, la técnica desarrollada por SEAT y su colega se basa en una nueva técnica de deformación plástica severa yun recubrimiento en forma de emulsión que cubre diferentes películas plásticas.

También trabaja en un nuevo sistema de detección de atención. El socio se llama Eyesight Technologies, y toma la inteligencia artificial como base. Mediante un algoritmo se calculan parámetros del conductor, desde la apertura de los ojos, el ángulo de visión o la posición de la cabeza, detectando si el conductor está atento o distraído realizando una llamada por el móvil.

El objetivo del asistente de conducción es que pueda avisar al conductor cuando se acerca un peatón que va a cruzar la calle, detectando si este ha sido detectado por el conductor o no, lo que ayudará a evitar accidentes y reducir las tasas de la Unión Europea, que señalan que un 36% de los accidentes se pueden atribuir al cansancio o distracción del conductor en los tres segundos anteriores al impacto.