Seguridad vial y Pokémon GO, ¿incompatibles?

La saga Pokémon vuelve a ser un fenómeno mundial cuando pasan 20 años de la aparición de los primeros videojuegos de consola. Pokémon ha dado lugar a series de dibujos animados, merchandising y unas cifras de negocio que asustan. Siete generaciones del juego no han hecho que pierda fuelle, y varias generaciones de jugadores están enganchados.

Antes se recorría un mundo virtual, ahora el real

Pokémon GO es un juego de realidad aumentada que ya tiene más usuarios que Twitter y ha disparado la cotización de la empresa Nintendo en las últimas semanas. Su utilización masiva hace que tenga consecuencias para el día a día de muchas más personas, y quien tuviese acciones de Nintendo antes de la fiebre ha ganado mucho dinero.

Empiezan a aparecer titulares de situaciones curiosas -y peligrosas- por el uso de la aplicación sin tener unas mínimas precauciones. Se han dado casos de acceso a propiedades no autorizadas, grandes aglomeraciones en Central Park (Nueva York), peatones que sufren accidentes, y hasta accidentes de tráfico.

Es solo cuestión de tiempo que haya fallecidos

Para capturar los distintos Pokémon, los jugadores tienen que ir recorriendo las calles hasta toparse con uno, o entrenarlos, o ponerlos a combatir con otros Pokémon. Para quien contemple todo esto desde la lejanía, sin saber de qué va el tema, pensará que es una situación absurda (y en parte lo es).

El desarrollo de la actividad lúdica no es un problema en parques, plazas o lugares alejados del tráfico. Pero los intrépidos cazadores de Pokémon, entrenadores y maestros no están atentos a lo que tienen que estar cuando caminan, o provocan situaciones de peligro: por ejemplo, intentar capturar un Pokémon que está en la calzada de asfalto.

Los conductores siempre tienen que estar pendientes de los peatones en un sentido muy general, sobre todo si van mirando al teléfono móvil, pero hay que estar más alerta que nunca. Cualquier jugador concentrado puede asaltar la carretera con la misma imprevisibilidad que un crío que va detrás de una pelota.

Así quedó el vehículo tras el accidente

La semana pasada conocimos el primer accidente de tráfico por "culpa" de la aplicación, al ir un conductor realizando una búsqueda en coche para no desgastar las suelas. Estrelló el coche de su hermano contra un árbol, con tanta suerte que la estructura de deformación programada fue eficaz al embestirlo de frente.

Si llega a ser una colisión frontolateral con poco solapamiento (small overlap), como demuestran las pruebas del IIHS en Estados Unidos, las consecuencias hubiesen sido mucho más graves. Seguramente el conductor está vivo de puro milagro. Pero habrá otros que no tenga tanta suerte. Aunque sea de sentido común, hay que repetirlo: solo es mínimamente seguro jugar a Pokémon GO como pasajero, jamás como conductor.

La aplicación está basada en GPS, algo evidente si se trata de realidad aumentada (la posición del jugador está geolocalizada), ¿porqué no se modifica para que no pueda usarse a partir de cierta velocidad? ¿Acaso no es posible que las criaturas virtuales se "asusten" si se acerca un conductor a velocidades típicas de vehículo? La DGT define eso como más de "paso humano".

No solo los conductores deben estar al loro, también los ciclistas que circulen reglamentariamente por una vía separada para ellos. La posibilidad de que un peatón distraido se meta donde no debe es alta, por lo que hay que aumentar las precauciones habituales. Evidentemente no se puede usar la aplicación en marcha, por sentido común, y porque está prohibido.

Si eres peatón, recuerda que no merece la pena correr ningún riesgo en el mundo real por el mundo virtual. Puede que algún Pokémon se quede fuera de tu alcance, o que no consigas acceder a cierto gimnasio, pero como el mundo es tan grande, seguro que la ocasión se repetirá donde no sea un problema para tu seguridad.

Puede que acabemos conviviendo con el uso de la aplicación, pero en estos primeros días de uso la sociedad no está demostrando de forma colectiva un alto nivel de inteligencia. Instituciones como @policia (y sus equivalentes por todo el mundo) ya están dando mensajes de advertencia que deberían ser para niños, no para adultos.