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¿Los nuevos asistentes y tecnologías hacen los coches más seguros? Esta es mi conclusión tras años como probador

¿De verdad son más seguros los coches actuales por llevar un listado casi infinito de sistemas de asistencia al conductor? La respuesta clara debería ser que sí. Sin embargo, los años probando coches en Motor.es me han llevado a confirmar que esta afirmación puede contener una gran cantidad de matices.

¿Los nuevos asistentes y tecnologías hacen los coches más seguros? Esta es mi conclusión tras años como probador
Los coches nuevos traen innumerables sistemas de seguridad. Pero, ¿son realmente más seguros?

11 min. lectura

Publicado: 24/08/2024 20:00

Bien es sabido que todos y cada uno de los coches que una marca vende a día de hoy pueden contar -y cuentan- con una gran cantidad de sistemas de seguridad y asistencias al conductor. De hecho, buena parte de ellas no es que sean exclusivas de una marca o modelo, sino que son de adopción obligatoria para todos aquellos modelos vendidos dentro de las fronteras de la Unión Europea. Y aquí es donde empiezan los problemas.

En los últimos años, por supuesto que los coches se han vuelto mucho más seguros que nunca. En la historiad en la automoción reciente, jamás han existido unos vehículos más seguros que los comercializados en la actualidad. Esto es una realidad imposible de discutir.

Los coches nuevos, por supuesto que son más seguros, pero hay que añadir ciertos matices.

Ahora son capaces de centrarse por sí solos en el carril por el que se circula, en caso de distracción del conductor; también pueden emitir avisos por detección de somnolencia en el conductor, leen las señales de tráfico para decir cuál es la velocidad límite de la vía (y si la has rebasado), si hay una señal de Stop o, incluso, si el semáforo que estamos esperando ya se ha puesto en verde. Los ejemplos son casi interminables.

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Todo este arsenal de tecnología ha llevado a que me pregunte muchas cosas al respecto. Entre ellas: ¿Para qué tantos asistentes de cosas que son obligatorias ejecutar, cuidar o llevar a cabo por el propio conductor? ¿Estamos haciendo coches para gente que realmente no pone interés en la conducción?

Pero todos estos sistemas llevan a un tronco común y el cual es el verdadero problema que estos generan: todos ellos emiten avisos sonoros, pitidos mientras se circula o incluso, en algunas ocasiones, se entrometen en la propia dirección. Y eso, es realmente incómodo.

Algunos sistemas de asistencia o ayuda generan más molestias que una seguridad real.

Los verdaderos problemas: los avisos y la intromisión

Este problema deriva en una sentencia lógica para muchos: “Desactiva los asistentes y problema resuelto”. Sí, y no falta razón. De esta manera, por supuesto, se eliminan los mencionados inconvenientes principales de estos. Sin embargo, sale otro a relucir: el coche deja de tener esos sistemas de seguridad por los que algunas personas han pagado y quieren tenerlos activos, pero que no están dispuestos a soportar los continuos avisos o intromisiones del sistema.

Esto genera la consecuencia definitiva: ¿Realmente son tan seguros los coches modernos si para evitar estos sonidos o distracciones hay que desactivar dichas ayudas o asistentes? Por suerte, todos los vehículos vendidos a día de hoy cuentan con una serie de avances en seguridad pasiva, los cuales se llaman así porque no detectaremos en ningún momento su presencia, pero podrán salvarnos la vida en caso de accidente. Y así deberían ser la práctica totalidad de ellas. Que no molesten al conductor o sus ocupantes, para así no vernos obligados a desactivarlas y, por ende, quedándonos sin su capacidad de cuidarnos.

Algunas marcas adoptan botones «rápidos» en los que desactivar estos sistemas o sus tediosos pitidos.

En los primeros kilómetros conduciendo un coche nuevo (sea el que sea) tiendes a pasar por alto este tipo de particularidades. Sin embargo, y es una experiencia personal, después de varios años poniéndome tras el volante de decenas de coches (normalmente varios a la semana) esta sensación se acrecienta aún más. No es algo cómodo ni práctico con lo que convivir a diario. Este es un hecho que, en realidad, la mayoría de marcas saben de primera mano, pero están atadas de pies y manos por la propia legislación europea, ya que es de obligada aplicación y la manera de funcionar.

Estos pitidos o sistemas de control de los mandos no es algo cómodo ni práctico con lo que convivir.

Tal es el nivel de conocimiento que muchas marcas incorporan un menú de personalización donde podrás seleccionar qué asistentes quieres y cuáles no y activar dicha configuración a través de pulsar un simple botón en las inmediaciones del puesto de mandos. Esto es algo que habrá que repetir cada vez que se arranque el coche, ya que todos se activarán automáticamente.

Este sistema es muy similar a la desconexión del conocido sistema de Star/Stop (algo que también puede llegar a ser bastante tedioso). Pero ya está. Con un simple botón y los ruidos o intromisiones desaparecen, pero volvemos a lo mismo de antes: esos asistentes de seguridad ya no los tienes.

Otras marcas hacen que este proceso sea aún más tedioso. Obligan a la persona a meterse en un menú de ayudas o asistentes de conducción dentro del sistema multimedia y explorar diferentes submenús hasta dar con el asistente concreto que quieres desactivar. Esto no es cómodo y puede que, en ocasiones, tampoco seguro, pues llegas a verte obligado a hacerlo mientras conduces por cualquier tipo de carreteras.

Algunas marcas insertan botones rápidos con los que desconectar estos sistemas y sus pitidos.

¿Cuáles son los sistemas más «odiados»?

Por si os lo preguntáis, algunos de los sistemas que tanto yo personalmente como otros compañeros solemos desactivar, es el aviso acústico por superar la velocidad límite de la vía. Y no es porque generalmente circulemos por encima del límite, sino porque en la mayoría de ocasiones, el sistema se equivoca.

Este es un caso muy particular, ya que, si el coche no lee las señales de tráfico que detallen el límite de velocidad para esa vía, acudirá a su propio sistema de navegación para saber cuál es dicho límite. El problema es que muchas circunstancias este no es el correcto y puede empezar a pitar cuando circulas por debajo de los 50 o, incluso, de 30 km/h (típicos límites para territorios urbanos) porque detecte que el límite es a 20 km/h, por ejemplo, cuando en realidad no es así.

Otro que suele ser muy dado a desconectarse es el asistente de mantenimiento en el carril. En los últimos años bien es cierto que se ha dejado notar una clara mejoría en este asistente, no siendo demasiado intrusivo y sabiendo mucho mejor cuando actuar o no.

En ocasiones, para desactivar estos asistentes hay que navegar en un mar de menús, lo que genera, incluso, situaciones de riesgo.

Sin embargo, hasta no hace mucho, el mero hecho de aproximarte unos pocos centímetros más de la cuenta a las líneas que delimitan el carril (ni siquiera llegando a tocarlas) ya era excusa suficiente para tomar las riendas del volante o, en algunos casos, incluso dar una pequeña frenada de alerta en el vehículo, con el consecuente susto para el conductor y el resto de ocupantes, sin venir al caso.

Por todo ello, la desconexión de algunos de estos asistentes ya se ha convertido en un constante para muchas personas. Al entrar y arrancar el coche, acto seguido se procede al ritual de desactivar el sistema de Star/Stop y el aviso por exceso de velocidad, amén de otros posibles. Esta es una situación bastante generalizada, no sólo en el sector laboral al que pertenezco, sino también dentro del público o clientes de una marca.

Conclusión a todo esto

Por todo ello pienso que, aunque los coches modernos sí son notablemente más seguros que los de hace sólo unos años, pierden mucho potencial de ayuda o apoyo al conductor cuando estos sistemas de asistencia se vuelven un incordio. Ciertamente, como ya he mencionado anteriormente, esto no es culpa de las marcas (en parte), ya que es una imposición europea.

Sí, los coches nuevos son más seguros que nunca, pero también más entrometidos.

Es posible que la única solución a esto, por ahora, sea actuar tal y como lo han hecho algunas marcas: insertar un simple botón por el que se desactiven los avisos sonoros. Pero, ¿realmente es la conclusión que queremos? Ciertamente no. Queremos esos asistentes, por supuesto, pero que estos no sean ni tan intrusivos ni tan molestos. Es posible que esa receta aún no esté lista para ser lanzada en sociedad. Quién sabe.

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