Coches RarunosSkoda Felicia Fun, extravagante diversión
La variante más peculiar del exitoso Skoda Felicia fue la versión Fun con carrocería pick-up. Contaba con dos plazas traseras escamoteables y descapotables. Con su estilo desenfadado y juvenil, el modelo checo lanzado en 1995 no dejaba a nadie indiferente.
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Publicado: 21/05/2016 09:00
No era fácil fabricar coches en Checoslovaquia. La industria estaba bajo el férreo control del partido comunista y Skoda sólo podía producir automóviles básicos y desfasados. Tras la Revolución de Terciopelo de 1989, que trajo enormes cambios políticos, económicos y sociales además de llevar en 1993 a la división pacífica del país en los Estados de Chequia y Eslovaquia, un nuevo mundo se abría ante Skoda.
Con la firma de un acuerdo de colaboración con Volkswagen en 1991 se iniciaba una nueva era. Inmediatamente se pusieron manos a la obra para crear el primer modelo bajo el paraguas del fabricante más grande de Europa, comenzaba el desarrollo del Felicia. De aquel modelo y sus variantes se llegaron a vender 1,4 millones de unidades, todo un éxito.
La primera unidad del nuevo Skoda Felicia salió de la factoría de Mladá Boleslav el 17 de octubre de 1994. Un automóvil de corte económico y práctico que pocos meses después vio aumentada su línea: en 1995 se lanzó el familiar Felicia Combi, la furgoneta Felicia Vanplus y el Felicia Pick-up. Una gama de lo más variada.
A diferencia de lo que ocurría en Estados Unidos o Australia, es cierto que los pick-ups no eran modelos muy populares en Europa. Sin embargo, el Felicia Pick-up jugaba una carta interesante y no era otra que la de presumir de ser el vehículo de este tipo más barato que se podía comprar en el Viejo Continente.
Además la marca checa tenía otro as en la manga, el Skoda Felicia Fun. Lanzado a finales de 1995, esta variante era la versión más alocada del Felicia Pick-up y representaba todo un símbolo de modernidad de la nueva y floreciente República Checa, más actual y occidentalizada que nunca.
No pretendía ser un modelo de uso comercial como su hermano sino un automóvil recreacional para jóvenes aventureros. Chavales con un estilo de vida activo, como se dice ahora. La idea era sencilla: tenemos un pick-up económico y en general a la gente joven no le sobra el dinero. Les podría gustar si el coche mola así que hagamos que mole.
Sin duda debía conseguirse que el Pick-up fuera más atrevido y llamativo para atraer a ese público. Para empezar nada mejor que un color chillón, Skoda no se anduvo con medias tintas y ofreció una carrocería pintada en un provocador color amarillo que también inundaba el interior -asientos, paneles de puerta, volante, cambio de marchas, freno de mano e instrumentación-.
Los pasos de rueda, paragolpes y otros detalles exteriores iban coloreados en un tono amarillo más oscuro, naranja o verde que hacían destacar estos elementos para reafirmar su robustez. Como coche juvenil y guay tenía su alerón de generosas dimensiones sobre la portezuela trasera y para eliminar la imagen espartana de un vehículo comercial la base del espacio de carga estaba rematada con listones de madera.
La evolución del Felicia Pick-up heredaba el apartado mecánico. Como tope de gama Skoda recurría a un modesto motor de gasolina de 1,6 litros y 75 CV de potencia. Estaba claro que la diversión no iba a conseguir gracias a sus discretas prestaciones pero al menos era poco gastón, algo que agradecerían los humildes bolsillos de la chavalería.
El gancho definitivo y su punto más extravagante eran sus asientos traseros plegables. Soltando dos pestillos del panel trasero de la cabina se obtenían dos plazas adicionales que se anclaban a la parte delantera del espacio de carga. Un solución muy singular que dotaba al Felicia Fun de mucha personalidad.
Para rematar el asunto, estos asientos extra iban descapotados. Tanto Skoda como otros especialistas ofrecían accesorios de todo tipo para la parte posterior como una capota de tela para cubrir solamente a los pasajeros de esta fila, tapas para la caja o diferentes estilos de hardtop. Así se podía dar un toque más individualista a cada unidad.
Esta extraña apuesta del fabricante checo consiguió conectar con una parte del público a pesar de ser un concepto algo caprichoso -y un poco absurdo también, por qué no decirlo-. El Skoda Felicia Fun estuvo en el mercado hasta el año 2000 y se vendieron 3.992 unidades, una cifra que no está nada mal a pesar de que el tradicional Skoda Felicia Pick-up tuvo mucha más aceptación con 124.589 unidades en total.