¿Cuáles son las posibles soluciones al escándalo de Volkswagen?
Hace 10 días el Gobierno alemán anunció que Volkswagen tenía hasta el día de mañana para anunciar la lista definitiva de afectados y las soluciones para corregir el problema de los motores diésel trucados. Una parte está hecha, queda por conocer el arreglo.
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Publicado: 06/10/2015 19:00
El Gobierno de Angela Merkel se está tomando el escándalo de Volkswagen muy seriamente. Una de sus mayores empresas ha engañado sistemáticamente a consumidores y organismos públicos en un periodo desde el 2009 al 2014. La imagen del país está siendo dañada, y por ello anunció que el fabricante tenía un plazo de 10 días para informar sobre el número definitivo de damnificados y las soluciones que pensaba tomar. El límite acaba mañana.
El plazo impuesto por Alemania no es para tomarlo en broma, puesto que han amenazado con llegar a impedir la circulación de los vehículos afectados por los motores trucados. Y estamos hablado de ocho millones de unidades en Europa. Mientras tanto la mayoría de los países, incluida España, han decidido paralizar la venta de vehículos que incorporen los motores damnificados. A eso se le llama ponerse la venda antes de la herida.
Volkswagen ya ha cumplido con una de las partes impuestas: informar sobre el número definitivo de unidades afectadas. Hace dos días la matriz del grupo, y el resto de marcas damnificadas colgaron la información en portales web y pusieron una línea telefónica para que sus clientes pudieran saber si contaban con un motor trucado o no. Este era el paso fácil para el grupo, ahora es cuando la cosa se complica.
Sobre el escritorio de Matthias Müller, nuevo CEO de Volkswagen, se encuentran diversas alternativas posibles para subsanar un problema muy grave. Antes de nada hay que decir que ninguna resulta sencilla o definitiva, porque hay muchas variables que entran en juego y aunque haya muchos casos semejantes, habrá otros que sean diferentes al resto, tales como las unidades de segunda mano vendidas por la marca.
Eliminación defeat device y reprogramación de la centralita
A priori es la que más fuerza ha tomado desde que estallara el escándalo. El trabajo consistiría en cambiar la manera en la que la CPU de coche, la centralita, gestiona el motor. Ésta se encarga absolutamente de todo, y para ser capaz de emitir menos partículas de NOx a la atmósfera tendrá que crear una mezcla más rica en combustible. Esto implica daños colaterales que el cliente no agradecerá para nada, pérdida de potencia y mayor consumo.
Son estos problemas ajenos los que más quebraderos de cabeza provocan a Volkswagen. Si la marca toma la decisión de aplicar esta medida se vería atacada duramente por un mercado ya de por sí bastante sensible con el asunto. Los usuarios afectados no tolerarían una pérdida de potencia y un aumento del consumo, no a menos de que fueran recompensados económicamente por ello. Así que si sumamos el coste de la reparación, más el coste de las posibles demandas, no le saldría nada barato. Por no decir que dañarían aún más su propia imagen.
Modificación de componentes mecánicos
En esta posibilidad empezamos a trastear con el motor en sí. Por supuesto la centralita deberá perder el dichoso software trucado, pero además habría que acompañar la acción con una serie de modificaciones mecánicas para que estas sean capaces de neutralizar el NOx de más que se genere en las cámaras de combustión.
Los motores Euro6, que no están afectados, han sabido corregir este problema gracias a unos catalizadores de última generación con tecnología AdBlue. Este sistema inyecta urea a los gases de escape, encargándose de neutralizar las partículas nocivas de NOx en un alto porcentaje. El problema en este caso es que es posible que los TDI afectados sean tan contaminantes, que los depósitos de urea se vacíen antes de los periodos de revisión obligatorios. Un serio problema para los clientes, porque si la urea se agota el motor no arranca.
En este apartado también tendría cabida la inclusión trampas de NOx. Al igual que la tecnología AdBlue, ésta es empleada en los nuevos motores Euro6. Consiste en un sistema de escape completamente nuevo que emplea materiales preciosos capaces de neutralizar las partículas nocivas. El problema, más allá del coste en sí, es que este sistema puede quedarse corto, viendo los datos que se publicaron en el estudio que desató el escándalo.
Por último, existe una opción en este punto que seguro que no es muy del agrado del Grupo Volkswagen, y esta pasa por cambiar el motor entero. Los viejos y trucados Euro5 serían cambiados por los nuevos Euro6, más limpios y cumplidores de las normativas referentes a emisiones tanto en Europa como en Estados Unidos. Esta inversión sería la segunda más cara a la que tendría que hacer frente Volkswagen, pero sin lugar a dudas solucionaría de un plumazo todas los posibles efectos secundarios que hemos mencionado anteriormente.
Indemnización económica o coche nuevo
No es hora de saltar de alegría porque estamos ante los casos más improbables de todos. Si ya es complicado que Volkswagen cambie los motores EA 189, más lo es que dé coches nuevos. Aunque esta medida ha tomado fuerza en los últimos días es seguramente la que menos gracia le haga al señor Müller y a todos los directivos. Pero estar está, y por muy pequeñas que sean las probabilidades no deja de ser una solución al problema, aunque no para todos los casos, porque por ejemplo hay clientes cuyos modelos ya han sido descatalogados, sea el caso del SEAT Exeo.
La otra posibilidad poco realista es la indemnización económica. Ésta debería ser casi tan grande como el valor total de compra del vehículo. Es la alternativa menos oída y seguro que la que menos le interese a Volkswagen, a fin de cuentas le va a salir casi tan caro que dar coches nuevos y encima no corrige el problema de las emisiones. No es una solución viable.
Solución apropiada
Sea cual sea la solución que tome Volkswagen no le va a salir nada barata. Tiene dos posibles vías, arreglar el problema de la manera más barata posible y esperar no demasiadas demandas de consumidores, u optar por la solución cara y por lo menos recuperar parte de la imagen perdida en estas tres semanas de escándalo. La decisión no es nada sencilla, y aunque el CEO del Volkswagen ha dicho que harán lo que tengan que hacer, no quita para que el peso del coste económico sea el principal punto debate.
Mañana el pueblo alemán debería saber las medidas que toma Volkswagen con respecto a los afectados del país. Esto no quiere decir que la opción alemana sea la que se tome en el resto de países. Dependerá mucho del volumen de coches a corregir y de cuáles son esos motores y esos coches a corregir. De cualquier manera la marca ya ha reservado un fondo de 6.500 millones de euros para hacer frente al arreglo, aunque hay muchas voces que anuncian que no serán suficientes.