Las sombras del protocolo anticontaminación de Hamburgo

Si alguien esperaba que la ciudad alemana cortase en seco la circulación de los Diesel para reducir la contaminación, se equivoca. La medida, de próxima entrada en vigor, tendrá un impacto muy discreto en la vida de los locales: solo será en dos calles.

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Publicado: 21/05/2018 21:00

Ayer os contamos que los ayuntamientos alemanes ya disponen del respaldo legal de la justicia para imponer con carácter inmediato prohibiciones o limitaciones de circulación para los vehículos más contaminantes, con especial foco en los diésel. Una de las ciudades donde más temprano entrarán en vigor es Hamburgo, que está colocando señales como esta.

De momento las señales están anuladas por unas protecciones de plástico, ya que aún no están en vigor. Hamburgo y otros tantos ayuntamientos estaban esperando que se pronunciase el Tribunal Administrativo de Leizpig, mientras se estaban colocando las señales. Se espera que la medida entre en vigor antes de que acabe el mes.

Hamburgo prohibirá la circulación de los turismos y camiones diésel que no cumplan Euro 6 a lo largo de 580 metros de la calle Max-Brauer-Allee. Además, estará cortada para los camiones un tramo de 1,7 kilómetros en Stresemannstraße. En los dos casos, la limitación afecta a los dos sentidos.

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Sí, son un par de calles

En estas zonas la contaminación por NOx es especialmente intensa, pero lo realmente importante para el ayuntamiento de Hamburgo es que ahí se encuentran estaciones de medición. Si las estaciones de medición registran niveles elevados de NOx, por encima de los límites, el consistorio se arriesga a recibir sanciones de Europa.

Dicho de otra forma, Hamburgo quiere reducir las emisiones concretamente donde se encuentran estaciones de medición, y una de las formas más efectivas de hacerlo -en teoría- es sacar tráfico de esas arterias y trasladarlo a otro lugar, o forzar a la gente a que utilice el transporte público en su lugar.

Una cosa está clara si se tiene una mínima idea de química: es cierto que no se generará tanta contaminación en esas calles, pero la medida no limpia el aire por sí sola. Por otro lado, si en los alrededores de las estaciones de medición sigue habiendo tráfico, la efectividad real puede ser nula, y entonces tocará ampliar el alcance de la limitación.

La protección de la salud pública se ha convertido en un motivo de controversia en Alemania en los últimos meses con especial intensidad. Fotografía: Hendrik Wieduwilt (Flickr) CC BY

Puede resultar un poco decepcionante en principio que las limitaciones para la circulación estén más pensadas en reducir lo que miden las estaciones de medición que el contenido de contaminantes que respiran los ciudadanos que no tienen cerca una estación de medición.

Al menos es un comienzo

La prohibición de circular en Hamburgo no es absoluta, hay excepciones para los residentes e invitados por los mismos, vehículos de servicio público (ambulancias, policía, camiones de la basura) o furgonetas de reparto. En los primeros días no habrá sanciones, pero pasado un cierto tiempo habrá 25 euros de multa por coche o 75 euros por camión.

Lo más probable es que las prohibiciones en esa ciudad acaben extendiéndose a más calles y áreas más grandes, y si siguen sin bajar los óxidos de nitrógeno, habrá que tomar medidas más drásticas. Ahora mismo decenas de ayuntamientos alemanes están fijándose en Hamburgo, de momento, es el modelo a seguir.

En el mismo Ayuntamiento de Madrid, los criterios de qué se consideraba nivel de preaviso, aviso y alerta, así como la ubicación de las estaciones de medición, retrasaron la aplicación real de medidas anticontaminación. Recordemos que el plan original se redactó con Ana Botella en la alcaldía, y no tuvo efectividad hasta que llegó Manuela Carmena a reemplazarla.

A nivel provincial, en Madrid se habrían tenido que producir limitaciones o prohibiciones para circular en varios días desde el año 2010. El nivel de preaviso se tendría que haber dado en 16 ocasiones, el nivel de aviso en seis ocasiones, hasta finales de 2017. Las emisiones de una gran ciudad no son un problema exclusivamente local, como vimos en su día.

Ni en Alemania ni en España el sistema legal está protegiendo adecuadamente la salud de los ciudadanos, ni se está anteponiendo ese bien público, la salud, ante la libertad de movimientos en vehículos privados. Estas nuevas políticas, aunque puedan ser muy molestas, llegan después de que miles de ciudadanos hayan muerto por la mala calidad del aire.

Fuente: Zeit.de

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