Son las responsables del 30% de la resistencia del habitáculoLunas de coches, algo más que cristales

Para muchos, las lunas del coche no son más que un cristal que nos permite ver por donde conducimos. Pero nada más lejos de la realidad. Las lunas dotan al habitáculo de una resistencia que no tendría sin ellas y por eso son un elemento de seguridad pasiva imprescindible. Y como todo lo que a seguridad se refiere, mejor no te la juegues.

Lunas de coches, algo más que cristales

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Publicado: 13/12/2012 11:00

Cuando hablamos de las lunas del coche, normalmente nos referimos a sus características como elementos de indudable valor en la seguridad activa del vehículo. Deben estar limpios, sin cortes ni rayaduras, deben permitirnos ver de forma diáfana... En fin, todo eso que ya sabemos. Sin embargo, en la calle normalmente no se considera demasiado el papel del parabrisas en la seguridad pasiva del vehículo, la que reduce los daños en caso de colisión aunque existen estudios que indican que los cristales del vehículo constituyen en un 30 % el sustento físico del habitáculo. En un vuelco, sin un parabrisas en buen estado, el coche se puede aplastar con mayor facilidad.

La investigación en materia de lunas es constante desde hace años, y no es casualidad que en los últimos tiempos proliferen coches con techo de cristal. Sólo con los últimos avances en investigación y desarrollo ha sido posible conseguir vidrios de gran resistencia. Ya hace tiempo que se constató mediante pruebas de choque realizadas por los fabricantes de automóviles que el parabrisas contribuye a que las deformaciones que se producen en el habitáculo durante una colisión o en un vuelco sean menores. De hecho, en los vuelcos en los que el techo se deforma hasta 10 centímetros, los cristales aguantan la estructura del habitáculo.

El cristal laminado que incorporan los parabrisas, desarrollado para la industria de la automoción desde de 1920, constituye un elemento clave para garantizar esta función. Las capas alternas de cristal y polivinilo butiral (PVB) confieren al vidrio laminado una extraordinaria resistencia, pero también otros materiales son clave para que el parabrisas proteja de forma suficiente a los ocupantes del vehículo.

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Sin una adecuada fijación con elementos elásticos que distribuyan los esfuerzos que soporta el cristal, en caso de impacto el parabrisas puede salir despedido, perdiéndose esta base de resistencia para la carrocería del vehículo. Por otra parte, un elemento como el airbag del acompañante, que se suele desplegar hacia arriba, puede desprender un parabrisas mal fijado, desplazándose hacia el exterior y perdiendo eficacia a la hora de proteger al ocupante del vehículo.

Además, en un vuelco el mayor riesgo es que se expulse el parabrisas hacia fuera de la estructura. Si el techo o los cristales son demasiado débiles, los pilares de apoyo de la carrocería se deforman y se derrumban cuando el techo golpea contra el suelo. Hace tiempo que el parabrisas dejó de ser un mero aislante del exterior para convertirse en parte de la estructura resistente de la carrocería.

¿Adónde nos lleva todo esto? Simplemente, a considerar que la resistencia que ofrece el parabrisas es un punto clave en la seguridad pasiva del vehículo. Si el cristal no está bien, esta función se pierde. Se considera que un pequeño desperfecto en el cristal, provocado por ejemplo por el impacto de una piedra, reduce la resistencia del parabrisas hasta en un 70 %. Así que no lo dudes, y si tu parabrisas tiene algún desperfecto no esperes y arréglalo antes de que pueda darte un disgusto mayor al importe de la reparación.

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