Otra fábrica más que cerrará en Europa, esta vez de Stellantis, por culpa de la presión por vender coches eléctricos
La industria automovilística europea está viviendo un momento un tanto delicado. En el continente, el Grupo Volkswagen contempla el cierre de algunas fábricas; ahora hemos sabido que Stellantis se plantea lo mismo con una de sus plantas en Reino Unido.
El 2024 quedará en los libros de historia de la industria automovilística europea como el del enfriamiento de la demanda de coches eléctricos, el de la imposición de los aranceles adicionales a las marcas chinas y como el año en el que los cimientos se empezaron a remover.
El caso más grave es el que vive el Grupo Volkswagen, que se está reestructurando y que se plantea el cierre de tres de sus plantas en Alemania y que sí o sí abandonará la planta de Bruselas donde se fabrica el Audi Q8 e-tron.
El empuje de las marcas chinas, el replanteamiento de las estrategias de electrificación de aquí a finales de década y la amenaza de sanciones por parte de Europa por incumplir los límites medios de emisiones de CO2 están poniendo en serios apuros a las marcas tradicionales occidentales.
Stellantis tampoco es ajeno a ello y ya en algunas de sus fábricas ha tenido que recortar la producción por escasa demanda de ciertos modelos, como la del FIAT 500e. Ahora, está en disposición de tomar una decisión todavía más drástica.
La planta de Luton corre peligro
En Reino Unido seguían firmes en imponer la prohibición de vender coches con motor térmico para el año 2030, adelantándose en un lustro a la comunidad europea, pero finalmente es el 2035 la fecha escogida y se realizará una eliminación gradual hasta entonces en favor del coche eléctrico.
Sin embargo, desde este año está aprobado en las islas británicos el llamado mandato de vehículos cero emisiones (ZEV), por el cual se exige a los fabricantes del país a que aumenten sus ventas de coches eléctricos al 22 por ciento y de sus furgonetas eléctricas al 10 por ciento.
Si no, se enfrentan a multas millonarias, cerca de 18.000 euros por cada vehículo que no cumpla el objetivo. Stellantis ha sido uno de los grupos que más se ha opuesto a esta medida, a pesar de que apoya las sanciones a los fabricantes que no cumplan con los límites de emisiones medias a partir del 2025.
Debido a la presión sobre la venta de sus coches eléctricos, más concretamente sobre sus furgonetas eléctricas, Stellantis se plantea cerrar una de sus fábricas más importantes en el país, la de vehículos comerciales ligeros de Luton.
Los fabricantes se han quejado al gobierno británico de que los objetivos marcados no concuerdan con la realidad de la demanda en el mercado.
Stellantis quiere reforzar Ellesmere Port
De cerrar esta planta de producción, de donde salen furgonetas de tamaño medio de las marcas Vauxhall, Opel, FIAT, Peugeot y Citroën, más de 1.100 puestos de trabajo estarían en peligro. No obstante, Stellantis planea reforzar otra de sus plantas británicas.
Concretamente la de Ellesmere Port, en la costa oeste del país, donde actualmente se fabrican furgonetas pequeñas eléctricas de las marcas antes comentadas. Allí es donde Stellantis, que quiere crear un centro de fabricación totalmente eléctrico, quiere focalizar sus esfuerzos, trasladando «cientos de puestos de trabajo» de una planta a otra.
El gigante automovilístico propuso incluso, como alternativa al mandato ZEV, que los fabricantes pudiesen canjear como créditos EV la exportación de coches eléctricos a otros países.
El aumento de los costes de la energía y las subidas salariales para contrarrestar la inflación está obligando a Stellantis a trasladar también parte de su producción desde el Reino Unido. Por ejemplo, los motores de combustión para furgonetas pasarán de Luton a Houdain, en Francia.
Las furgonetas de la planta británica se construirán también en Turquía, mientras que las mismas furgonetas que se fabrican en Ellesmere Port se replicarán en Mangualde, Portugal.
Fuente: Automotive News