Cuando la culpa es de las marcas. La política de Carlos Tavares en Stellantis lleva a dos de sus Premium al abismo
Stellantis ya ha anunciado lo que se veía venir desde hace mucho tiempo. El gigante franco-italiano está dispuesto a cerrar marcas que no ofrezcan un rendimiento comercial a la altura de las expectativas, y son dos las marcas -Premium- que se la están jugando. Sin embargo, si hay que buscar un responsable está claro que no es el mercado, sino el propio Carlos Tavares.
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Publicado: 30/07/2024 08:00
Es uno de los grandes hombres en la industria del automóvil, pero estos también se equivocan. El portugués al frente del consorcio de Stellantis siempre ha estado en el ojo del huracán por sus continuas opiniones en el marco de la industria del automóvil a nivel mundial, la relación con las marcas asiáticas al hilo de los coches eléctricos y su continua guerra con el Gobierno italiano que, con el Junior, ha alcanzado su más alto nivel.
La última polvareda que ha levantado han sido unas declaraciones sobre las marcas que dirige apuntando al cierre de las que no sean capaces de rendir comercialmente como se estima internamente de cada una de ellas. Carlos Tavares ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones sobres sus marcas francesas e italianas. Sin embargo, todo hay que decirlo, la estrategia llevada a cabo en los últimos años ha terminado llegando a un punto que se veía venir desde hace tiempo.
Las Premium de Stellantis tambaleándose en un alambre cada vez más fino
DS es una de las marcas que no está cosechando el éxito previsto, que necesita más tiempo para conseguirlo, pero su conversión en una marca completamente eléctrica es una decisión complicada ahora que los vientos no corren a favor del mercado de los eléctricos. Su producto no es malo, y ofrece una buena experiencia, pero el mercado sigue prefiriendo marcas alemanas.
Si la marca francesa Premium lo ha tenido difícil en los últimos años para hacer frente a las alemanas, el próximo gran problema está a la vuelta de la esquina y se llama DS 8. Vender este modelo estrictamente como 100% eléctrico puede ser un auténtico suicidio, a pesar de que estéticamente tendrá todos los ingredientes para ser un verdadero éxito comercial.
Los eléctricos fueron impuestos por Tavares, no una decisión de unilateral de las marcas
Maserati es otra de las que está en la cuerda floja. Natalie Knight, directora financiera de Stellantis, ha confirmado que el bajo rendimiento de la marca del Tridente, que vendió apenas 6.500 automóviles en el primer semestre de 2024; menos de la mitad de las que entregó en el mismo período del año pasado. Se le atribuye la bajada en las ventas a la retirada del Ghibli, Quattroporte y Levante, además de destacar unas pérdidas de 82 millones de euros en lo que llevamos de año.
Es verdad que el Grecale no enamora, pero las pérdidas no son responsabilidad absoluta de los modelos, sino de una marca que se ha gastado un dineral en versiones eléctricas que no eran necesarias, porque el mercado aún no estaba preparado. El prestigio no se mide por tener versiones eléctricas o no, lo que Tavares no ha entendido, y que podría haber dedicado a los relevos de las dos berlinas y el SUV deportivo.
Se habla de que Maserati podría volver al redil de Ferrari, como ya estuviese en el pasado, algo hoy por hoy muy remoto, dado el momento de felicidad absoluta que vive la del Cavallino Rampante. Tavares dio un plazo de tiempo de una década a sus marcas de nicho, caso de la de Módena, como también a DS y Alfa Romeo. Al menos, a las italianas no se las puede culpar, han tardado más de lo previsto en renovar su oferta.