Stuttgart prohíbe la circulación de los diésel de más de 10 años
A partir de mañana, aquellos que conduzcan un coche o furgoneta diésel -y no estén dentro de una excepción a la norma- que no cumpla Euro 5, no podrán circular, residentes incluidos. Stuttgart es la sede de Mercedes-Benz y Porsche.
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Publicado: 31/03/2019 21:30
Aquellos que circulan ahora mismo por Stuttgart (Alemania) se encontrarán con carteles que ponen: "Feinstaub alarm", que significa alerta por partículas finas (PM). Las autoridades piden a los residentes que eviten el uso del coche hasta el martes, dado que la atmósfera apenas puede limpiar la contaminación por sí misma. Se ruega el uso de transporte público o vehículos menos contaminantes.
Pero a partir de mañana los que tengan un diésel Euro 4 o anterior no podrán circular, salvo que haya alguna excepcionalidad (pueden consultarse aquí, en alemán). Eso significa que el grueso de los diésel que se matricularon antes de 2009 pasan a estar proscritos por sus emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas (PM). También afecta a vehículos industriales de estándar Euro IV o anterior, con sus correspondientes exenciones. Los Euro 5 se libran, de momento.
Esta prohibición es una consecuencia más del fallo judicial de febrero de 2018 que abrió las puertas a que los ayuntamientos alemanes impusiesen restricciones circulatorias o prohibiciones (Fahrverbot) para mejorar la calidad del aire. Fue a su vez el fruto de que los ecologistas demandasen a 80 ayuntamientos por alta contaminación.
Es una victoria simbólica más para el sector ecologista alemán, ya que la ciudad industrial es el hogar de Porsche y Mercedes-Benz, dos pesos pesados de su industria automovilística. A decir verdad, ningún Porsche va a quedar afectado, los Cayenne Diesel ya salieron al mercado con motores Euro 5, pero sí escocerá a unos cuantos propietarios de Mercedes-Benz.
A mediados de año se revisará la prohibición si los niveles de NOx y PM no han bajado lo suficiente, caso en el que se podría aumentar el veto a los Euro 5, que se estuvieron vendiendo hasta 2014. El destino de esos coches será el mercado de ocasión, y muchos acabarán en países del este, donde los ecologistas no tienen las mismas prioridades, ni los gobernantes.
La alcaldía de Stuttgart intentó impedir esta prohibición, como ha pasado en otras alcaldías germanas, pero los jueces han dado la razón a los demandantes: la gente tiene derecho a respirar aire dentro de los estándares de salubridad de la Unión Europea, y para eso hay que tomar medidas impopulares como esta.
Curiosamente, en el sistema alemán de etiquetado de vehículos hay una aparente contradicción. Resulta que el distintivo más ecológico (Umweltplakette) es el verde o clase 4, que incluye a híbridos, a gas, eléctricos, pila de combustible, gasolina desde 1993 y diésel desde 2001 (Euro 3 con DPF) o desde 2006 en general.
En otras palabras, el distintivo verde deja de ser una garantía para circular donde se imponen restricciones
Los vehículos de pegatina amarilla o clase 3 (diésel Euro 3 sin DPF) y los de pegatina roja o clase 2 (diésel Euro 2) están aún más penalizados dependiendo de la parte de la ciudad que se visite, y los que no tienen distintivos (gasolina previos a 1993 y diésel previos a 1997) están muy jorobados, salvo que tengan calificación de histórico (30 años).
El sistema español deja las cosas mucho más claras. Los diésel Euro 4 tienen todos distintivos amarillos o clase "B", aunque es la misma categoría de los diésel Euro 5, sin importar si tienen o no filtro de partículas o sistemas de purificación de NOx (SCR). En Alemania una opción para aliviar las prohibiciones es hacer adaptaciones en los escapes para forzar la reducción de gases, pero los fabricantes no están por la labor, prefieren vender coches nuevos en vez de pagar ellos las consecuencias de SUS propias acciones.
¿Y en otras ciudades de Alemania?
Siguiendo el resumen que ha hecho Deutsche Welle, tenemos que Hamburgo fue la primera ciudad en imponer restricciones, sacando a dos tercios de 300.000 vehículos de... dos avenidas principales. Fue una prohibición del tipo "la puntita nada más". Múnich todavía no ha impuesto restricciones, ya que sus niveles de contaminación están aún a raya, pero deberá hacerlo si suben.
Bonn apeló para no imponer restricciones a partir de abril. Colonia también ha apelado la decisión judicial y ha encontrado otras vías para reducir las emisiones: autobuses de bajas emisiones, desvíos de camiones, optimización de semáforos y potenciando los desplazamientos en bicicleta; 60 medidas en total.
Ciudades más pequeñas, como Gelsenkirchen y Essen, también impusieron Fahrverbots
¿Y la capital? Berlín es una ciudad enorme, pero no tiene una elevada densidad de población. Hasta julio hay tiempo para elaborar un plan para aire limpio, en el borrador figuran restricciones para los diésel Euro 5 y anteriores en 11 avenidas principales. Además de eso, se limitarán a 30 km/h un centenar de calles y autobuses de dos pisos -aunque son diésel- potenciarán el transporte en superficie.