Coches RarunosSubaru Sambar, ingenio a pequeña escala
Con su indudable encanto y su ingenio, el Subaru Sambar es todo un icono en Japón. Inauguró un nuevo segmento: los 'keitora', es decir, los vehículos comerciales ligeros encuadrados en la categoría de los 'kei car', cuando fue lanzado en 1961.
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Publicado: 12/03/2016 09:00
El Subaru Sambar es uno de los vehículos comerciales más populares de Japón pero su historia es poco conocida en nuestro país y por eso es el protagonista de hoy en Coches Rarunos. Bien lo merece, porque el Sambar ha sido un modelo interesante e innovador que le ha permitido ser la denominación comercial más longeva de Subaru: lleva en el mercado más de 50 años a través de siete generaciones.
Antes hay que hablar de otro icono en la historia de la marca japonesa, el Subaru 360. Lanzado en 1958, fue el primer coche comercializado de la compañía e inmediatamente se convirtió en un éxito de ventas. El 360 se encuadraba dentro de la categoría de los kei cars, automóviles diminutos con motores pequeños que tienen ventajas fiscales sobre los turismos convencionales.
Dos años más tarde la competencia en su segmento se había incrementado y coches como el Mazda Carol le fueron restando cuota de mercado. Con sus ventas en descenso, no eran pocas las voces que pedían una actualización del Subaru 360 y los dirigentes del fabricante japonés encargaron a los ingenieros comprobar qué cosas se podían mejorar de su modelo estrella.
Nada. El análisis del ingeniero jefe Shinroku Momose y y su equipo era tajante: no era necesario actualizar el 360. El pequeño Subaru era económico, fiable, agradable de conducir y visualmente atractivo ¿Qué más se podía pedir?“Subaru no hará cambios en el modelo”, anunció oficialmente el director general de la compañía en la Asamblea Nacional de la Asociación de Distribuidores de Subaru.
‘Keitora’, una nueva categoría
Quizá la opción era llegar a nuevos clientes. El Subaru Sambar se desarrolló sobre la base del 360 para ofrecer una alternativa en forma de vehículo comercial ligero y fue presentado el 14 de octubre de 1960 en el hotel Grand Prince Akasaka de la capital japonesa, mostrándose unos días después en el Salón del Automóvil de Tokio. Salió a la venta en febrero de 1961.
El nombre (sambar) se tomaba de un ciervo del sureste de Asia por su ligereza y agilidad, aunque algunos decían que se parecía sospechosamente al Volkswagen T2 Samba. Su concepto se inspiraba en el Fiat 600 Multipla que triunfaba en Italia, pero en Japón era la primera vez que se veía algo así: nacía el primer kei car comercial, es decir, un keitora.
Con una encantadora carrocería pick-up, el diminuto coche japonés captó todas las miradas. La cabina se colocó encima del eje delantero, resultando clave para que a pesar de tener sólo 2,99 metros de longitud pudiera regalar un gran espacio de carga y dos cómodas plazas. El automóvil de Subaru podía cargar con hasta 350 kilos en su zona trasera.
El resto de dimensiones también eran muy contenidas, con apenas 1,30 metros de ancho y 1,52 metros de alto, suficiente para las labores de reparto y transporte de mercancías en las estrechas callejuelas de las grandes zonas urbanas. Una practicidad nunca antes vista en dentro de los vehículos comerciales ligeros.
Al beneficiarse de las ventajas fiscales de los kei cars resultaba mucho más económico que los grandes pick-up tradicionales. No sólo a la hora de adquirirlo sino también al mantenerlo ya que su escueto motor bicilíndrico de dos tiempos y 356 centímetros cúbicos brindaba un exiguo consumo de combustible. Desarrollaba una potencia de 18 CV, una cifra modesta pero que movía sin problemas los 395 kilos de peso del Sambar, y estaba asociado a un cambio manual de tres velocidades.
La base del 360 fue todo un acierto. El motor y la tracción se colocaban en la parte trasera, lo que permitía ofrecer un excelente reparto del peso. Esta característica, unida a la suspensión independiente en las cuatro ruedas, hacía del keitora de Subaru un coche excepcionalmente confortable y agradable de conducir.
Práctico, económico y sin rival en el mercado, la fama del Subaru Sambar fue inmediata. Además tenía un diseño adorable, obra de Shinroku Momose. Las puertas delanteras se abrían en sentido contrario al habitual y el frontal no era completamente vertical sino que la parte baja sobresalía para mantener a los ocupantes más protegidos en caso de impacto. Enseguida se ganó el apodo de kuchibiru(“labio”) por la forma de su paragolpes delantero.
En septiembre de 1961 la oferta se amplió con una versión cerrada con una puerta corredera lateral. Así, la gama Sambar quedó compuesta por una carrocería pick-up (“Truck”) y una furgoneta (“Van”). A su vez, el Sambar Van podía ofrecer dos plazas y un gran espacio de carga para el reparto de mercancía o bien optar por cuatro plazas para aquellos clientes que lo empleasen como vehículo de ocio.
Las dimensiones eran las mismas que las del Sambar Truck, aunque el peso aumentaba hasta los 470 kilos. También variaban las capacidades de transporte, algo más modestas que la versión pick-up. En el caso del Van con dos plazas se podían trasladar hasta 300 kilos de carga, una cifra que se quedaba en los 200 kilos si se optaba por versión de cuatro plazas.
Su prestigio y notoriedad comercial fue sensacional. Uno de los aspectos que más destacaban era su elevado confort de marcha, inédito en coches comerciales, producto de la suspensión independiente en las cuatro ruedas. Se decía que un repartidor de tofu podía conducir el Sambar sin dañar la delicada comida oriental.
La primera generación del Subaru Sambar se mantuvo en el mercado japonés hasta 1966 y fue la referencia de todos sus competidores, que comenzaron a sacar modelos en este nuevo segmento. Fue el caso del Suzuki Carry, el Daihatsu Hijet, el Mazda Porter o el Honda Vamos, por poner algunos ejemplos. Cinco décadas después sigue siendo uno de los modelos estrella en su categoría.