Subaru se apunta al club de las marcas "ECO"
Subaru, al igual que la mayoría de marcas japonesas, ha dejado los motores diésel en el retrovisor. En su momento se apuntó a la competición por exigencias del mercado, pero otras tecnologías han venido para reemplazarlos, y lo han hecho eficazmente.
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Publicado: 11/07/2020 21:00
Hace aproximadamente 12 años Subaru mostró al mundo sus revolucionarias mecánicas Boxer Diesel. Se trataba de un único motor de cuatro cilindros opuestos, 2 litros y 150 CV de potencia. Se ofreció primero en la berlina Legacy y después en el SUV Forester. Llegó a más modelos, obviamente.
Nunca se había ofrecido en serie un motor bóxer alimentado por gasóleo en turismos, aunque Porsche lo diseñó a principios de los años 50 sin que llegase a fabricarse. Para Subaru era un diseño obvio, para modelos que ya son bóxer y con tracción total permanente no había otra elección que no disparase los costes.
Pero con la crisis de los motores diésel esas mecánicas dejaron de tener sentido. El consumidor empezaba a huir de los motores de gasóleo por razones objetivas o por puro miedo al futuro. Subaru no se molestó en actualizarlos a la normativa Euro 6 actual y tiró de otras tecnologías que ya se mostraron sustitutivas próximas: híbridos y GLP.
A partir de 2018 Subaru empezó a deshacerse de sus stocks de «petroleros». Ya por entonces hacía años que se habían comercializado algunas versiones con GLP, sobre todo los 1.6 y 2.0 bóxer atmosféricos, aunque también se transformaron algunos 2.5, pero no los turboalimentados.
Hay que decir que los Subaru a GLP no salen de fábrica tal cual, se trata de una transformación que se hace previa a la entrega al cliente -que a los efectos da igual-. El vehículo ya viene con sus papeles y distintivo ECO. Además, solo se podían transformar en origen los modelos que habían sido aprobados por los ingenieros de Japón.
Por otro lado, Subaru implementó un sistema híbrido en sus plataformas recientes, logrando reducir las emisiones de sus motores bóxer. Han tenido que adoptar la retórica de Toyota de «autorrecargables» para diferenciarse de los híbridos enchufables de la competencia (que son más caros).
Dos años después del abandono de los diésel los números parecen darles la razón. En el mercado español el 84,72% de lo que matricula Subaru sale del concesionario con el distintivo ECO, y la mayoría son los Forester y XV ecoHYBRID: estos dos modelos agrupan el 64,14% de las ventas (enero-junio). El Forester solo se vende como híbrido, el XV tiene variantes gasolina y GLP.
Si se meten en la ecuación los Subaru convertidos a gas, entonces llegamos a ese 84,72%. O lo que es lo mismo, la quinta parte de las ventas de Subaru en España corresponden a versiones de GLP. Los números salen rápido, la conversión cuesta 1.750 euros, está garantizada por el fabricante y el litro de GLP baila entre los 0,6 y 0,7 euros por litro.
Los Impreza, XV, Levorg y Outback se pueden encargar a GLP
El verso suelto es el Subaru BRZ, que no se puede convertir a GLP fácilmente. Recordemos que este modelo tiene un sistema de inyección doble, multipunto convencional (indirecta) y en los cilindros (directa). Eso hace que sea sumamente difícil la conversión a GLP. Por otro lado, el cliente de BRZ -por razones que no termino de comprender- prefieren gastar gasolina convencional.
No es oro todo lo que reluce. El Forester híbrido consume unos 7 l/100 km de gasolina, tal y como nos cuenta Alberto Pérez en su reciente prueba. Eso supone un ahorro de aproximadamente 1 l/100 km respecto al Forester 2.0 Lineatronic sin asistencia eléctrica. El diésel consumía menos, sí, pero en zona urbana el híbrido es imbatible. De existir el Forester ecoHYBRID a GLP, sería un auténtico caramelito.
En cuanto a las versiones de GLP, el combustible es barato, pero el consumo en litros/100 km se incrementa un poco (el gas tiene menos energía por unidad de volumen), y el consumo acaba siendo competitivo o similar al del bóxer diésel en términos económicos. Pero la diferencia es importante, el distintivo ECO tranquiliza de cara a futuras políticas.
Gracias al GLP se reducen las emisiones contaminantes y de carbono (aunque sea poco, se reducen)
De haberse actualizado el motor bóxer al estándar Euro 6d-TEMP, Subaru habría gastado mucho dinero, y aunque habrían tenido su público, no les compensa. Para eso Subaru tendría que vender mucho más, y no es el caso. ¿Conclusión? Pocos echan de menos ya los Boxer Diesel, aunque como todo Diesel que han parido los japoneses, era estupendo en lo suyo.