Los aranceles de Europa a los vehículos eléctricos chinos no provocarán subidas de precios, por ahora
Europa y China libran la batalla comercial más destacada hasta la fecha y el coche eléctrico es el principal arma. El Parlamento Europeo ha ratificado unos aranceles que, por ahora, no variarán la estrategia de los chinos.
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Publicado: 09/10/2024 07:00
Nunca antes en Europa se recuerda una situación como la que se está viviendo ahora. Tras años de exportar la producción y las emisiones, el Viejo Continente intenta ahora frenar la llegada de los coches eléctricos procedentes de China. Vehículos que ponen en riesgo una de las industrias más importantes del continente. Como forma de ralentización, el Parlamento Europeo ha ratificado aranceles especiales a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China. Una medida que podría tener efectos desastrosos para el libre mercado y para millones de conductores europeos.
Hace ya más de un año que en Bruselas, advertidos de una supuesta maniobra de desestabilización, abrió una investigación para determinar si el Gobierno de Xi Jinping estaba dopando, sobrefinanciando, a sus fabricantes de coches con el único objetivo de romper el statu quo que siempre ha reinado en la industria del motor. Los investigadores europeos detectaron pruebas evidentes de ello y para intentar equilibrar el juego, el Parlamento Europeo aprobó en junio la aplicación de aranceles especiales a la importación de vehículos eléctricos fabricados en China.
Las marcas no tocarán los precios a costa de ingresar menos
Tasas adicionales al 10% que ya estaban obligados a pagar. La medida ha sido negociada a lo largo de los últimos meses y finalmente, ratificada el pasado 4 de octubre. China ha tratado, por todos los medios reducir los porcentajes y buscar fórmulas alternativas como fijar precios mínimos, pero en ningún momento se ha llegado a un resultado positivo. La votación del pasado viernes no implica que ambas partes sigan negociando durante los próximos meses. Es esencial que Europa y China busquen un punto intermedio para evitar seguir ascendiendo en esta particular escalada de confrontación.
Las marcas europeas ya han advertido de los serios riesgos que corren si China opta por aplicar sus propios aranceles. Los fabricantes europeos dependen en gran medida del mercado chino y una subida de impuestos les obligaría a perder dinero o elevar las tarifas oficiales que, a su vez, reducirán las ventas y los beneficios. En esa misma situación se encuentran las marcas chinas, aunque su poder es muy diferente. Las ventas europeas todavía son residuales y no suponen un gran desequilibrio para sus balances. Por el momento no se plantean incrementar los precios.
Marcas como BYD, MG o XPeng están decididas a recortar su margen de ganancias por cada unidad que matriculen en Europa. Les interesa. Prefieren mantener los precios bajos y vender todo lo que puedan, antes que subir las tarifas y no vender un sólo coche. La estrategia de conquista consiste en introducirse en los mercados lavando la imagen que la gente tiene de ellos. Poco a poco lo van logrando aunque, por el momento, las ventas siguen siendo bajas. Al menos las de coches eléctricos. En el futuro, una vez asentadas en las calles es posible que las tarifas cambien.