SUV de ultralujo, la próxima frontera
Ya hemos visto que los fabricantes tratan de abarcar todos los segmentos con SUV, y ya conocemos dónde está el sótano, pero ¿qué pasa con el techo? Analizamos las tendencias en SUV de ultralujo tras las últimas novedades de Los Ángeles
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Publicado: 03/12/2017 17:00
En el Salón de Los Ángeles se ha presentado un modelo que dará que hablar en los ambientes más opulentos y clubes de golf más selectos. Se trata del Range Rover SVAutobiography LWB, la versión más cara, lujosa, grande y potente de Land Rover, un SUV que mide 5,2 metros.
Supera de largo la frontera de los 200.000 euros, en nuestro país hay que empezar a pensar en más de 240.000 euros para configurarlo sin extras. Ahora mismo ese terreno es propiedad de Bentley, que lidera claramente la categoría con su Bentayga, el SUV de los 300 km/h y 600 CV de potencia con motor de 12 cilindros. Para quienes no necesiten tanto, tienen un Diesel para elegir.
¿Se puede ir más allá en SUV de lujo? Diversos analistas creen que sí. La creciente desigualdad en la economía mundial hace que aumente la cantidad de potenciales clientes. Baste este dato, hay más de 600 milmillonarios en el mundo, es decir, con más de 1.000 millones de dólares. Con ese patrimonio, la tarifa del Bentayga no asusta.
Ahora mismo las propuestas más lujosas del reino animal SUV son Audi Q7, Bentley Bentayga, BMW X5, Cadillac Escalade, Infiniti QX80, Lexus LX, Lincoln Navigator, Maserati Levante, Mercedes-Benz GLS, Range Rover, Tesla Model X y Volvo XC90. Modelos como el Porsche Cayenne son algo más compactos.
No están todos, faltan los modelos definitivos de Rolls-Royce Cullinan, Audi Q8, BMW X7, Aston Martin, Ferrari... Cualquiera diría que ahora mismo es una preocupación para la industria automovilística eso de reducir las emisiones, pasarse a lo eléctrico, hacer vehículos más ligeros o más seguros -y compatibles- en caso de accidente.
Toda esta estirpe elitista va en sentido contrario, a más de 200 km/h, y con varias copas encima. Recorrerán varios kilómetros antes de estamparse, pero se acabarán estampando. Los grandes centros urbanos del mundo se van a ir blindando progresivamente contra estas aberraciones con ruedas, como los compactos y utilitarios de la "plebe", por sus emisiones.
En el caso concreto de Land Rover, el fabricante no ve sentido a hacer un vehículo más grande que el Range Rover de batalla larga ni a devaluar la marca "Range". Eso sí, apuesta por hacer versiones muy caras apostando por la artesanía y la personalización, pero con las mismas tripas a nivel mecánico. El que quiere, puede permitírselo.
El analista de Autopacific Dave Sullivan reveló a Forbes en agosto que en los próximos tres años habrá varias opciones en el segmento de SUV de ultralujo, y que mientras que el techo del segmento ahora mismo es el Bentayga, aún se puede ir más allá. El límite estará en lo que se pueda homologar y que haya ricos dispuestos a pagar por ellos.
Seguramente será el SUV de Rolls-Royce aquel que se coloque al mismo nivel que el Bentayga o lo supere. El mismo analista predice que costará 100.000 dólares más que el Bentayga, tarificado a 250.000 dólares (desde). Superar al titán británico de las dos erres no parece empresa fácil, al menos en términos de lujo.
Empiezo a creer que existe una burbuja en este sentido
No veo límite en el precio que pueden alcanzar estos SUV, su nivel de lujo o refinamiento. Más bien veo topes a nivel de ingeniería, pesan más de dos toneladas por sistema, son muy grandes, salvo el Tesla todos tienen fecha de caducidad a la hora de circular por las principales ciudades y al ritmo que avanza la tecnología pueden quedar obsoletos en muy poco tiempo.
Cuando estos dinosaurios acaben sus vidas comerciales y útiles los SUV de ultralujo no precisarán chófer, tendrán materiales compuestos, cotas y pesos más contenidos por legislación, serán 100% eléctricos o de pila de combustible y serán mucho más seguros. Otra cosa será lo que cuesten y de dónde salgan el cuero, la madera o los relojes de aguja para el interior.
La industria automovilística disfrutará unos años de los pingües beneficios de esta aventura en la que un día naufragó Hummer o Lamborghini con enormes todoterreno derivados de vehículos militares, salvando las distancias en refinamiento. Cuando se imponga un mínimo de sensatez, acabarán en los museos, y las futuras generaciones tardarán en enteder qué se les pasó por la cabeza a fabricantes y clientes para sacar estas aberraciones con ruedas cuando vamos directos a cargarnos nuestro planeta.