¿Qué es la tarifa dinámica de Uber y cómo funciona?
La compañía Uber ha vuelto a España, cumpliendo la normativa. En determinados momentos el sistema, si experimenta alta demanda, elevará los precios. ¿Cuándo ocurre, y a qué se debe? Vamos a ver cómo funciona la tarifa dinámica y a explicarla
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Publicado: 05/04/2016 10:00
Imaginemos la siguiente situación. Calle céntrica de Madrid -o de cualquier ciudad grande- por la tarde, en fin de semana, y queremos pedir un coche de Uber que nos lleve. Vaya, hay una elevada demanda, faltan conductores para atenderla, y la tarifa va a ser más alta de lo habitual. Podemos aceptarlo, o seguir esperando.
Uber ya opera en Madrid con coches y chóferes legales
Esto es lo que se conoce como tarifa variable, o surge-pricing en inglés. El servicio funciona de acuerdo a la ley de oferta y demanda. Cuantos más clientes hay, más sube precio para llegar a un equilibrio de oferta y demanda, o de lo contrario tendríamos una demanda inatendida. ¿Qué significa esto?
Supongamos que el precio fuese siempre el mismo, pero existe una oferta limitada de conductores. El tiempo de espera aumentaría progresivamente, hasta ser inasumible, y los clientes se cansarían de esperar. Por lo tanto, se perderían ingresos. Eso se soluciona aumentando el precio, para que los clientes que viajen aprecien más el servicio.
Uber tiene un motivo muy razonable para subir los precios, y es que así se pueden poner más coches en circulación, dado que los conductores ganarían más dinero con cada viaje, y se animarían a encender la aplicación y llevar gente. Eso implicaría un aumento de la oferta, por lo que más pasajeros podrían viajar, y a su vez, Uber ganaría más dinero.
La aplicación notifica a los pasajeros que existe una demanda elevada y que los precios van a aumentar con un factor multiplicador. Por ejemplo, con un factor 1,5, una "carrera" que costaría 20 euros pasaría a costar 30. Si se acepta el incremento, se asignará conductor, si no, habrá que esperar.
Los precios pueden subir bien en momentos de mucho movimiento comercial, grandes eventos... o incluso en un ataque terrorista. Hay varios casos de gente que ha pagado el cuádruple de lo normal por no arriesgarse a ir en transporte público en un clima de histeria colectiva, como pasó en Sidney en diciembre de 2014.
Uber estaría utilizando exactamente la misma mecánica que siguen los hoteles o los medios de transporte en temporada alta: como clientes habrá en un número superior al habitual, se puede elevar el margen y prestar el servicio a quien más lo valore. En el caso de Uber, si los precios aumentan lo suficiente, ya dejaría de ser competitivo con el taxi.
Los taxistas no aumentan los precios en momentos de alta demanda, aunque tienen unas tarifas fijas en momentos muy puntuales del año, o en una franja horaria determinada. Uber funciona de otra forma. Pero si los coches de Uber están muy solicitados, también puede pasar que sea más difícil de lo habitual coger un taxi libre.
Es bueno que haya más opciones para elegir, especialmente para el que pueda permitírselas. Lo que no sería tan positivo sería que Uber tuviese el monopolio del transporte en una zona, porque entonces la alta demanda equivaldría a que solo los acomodados podrían disponer de coches con chófer. Es un escenario bastante improbable a día de hoy.
¿Es buena idea la tarifa variable? No siempre. Veamos cuatro motivos por los que los clientes la detestan, como bien señalan en The Urban Edge:
- Uber parte de tarifas económicas, inferiores al taxi, y cuando se elevan, pasan a ser percibidas como caras
- La tarifa variable llega en el peor momento posible, cuando más falta hace y menos apetece esperar
- Los cambios de tarifa en cortos espacio de tiempo pueden desorientar al consumidor y reducir la confianza en el servicio
- La forma de calcular el multiplicador es opaca y no se explica a los clientes
De hecho, Uber se enfrenta a una demanda en un juzgado de Nueva York precisamente por el sistema de tarifa variable. El juez tendrá que averiguar si Uber conspira con los conductores para fijar precios, o si realmente es un mecanismo que equilibra la oferta y la demanda.
Si atendemos a una de las definiciones más básicas de la economía, que es la gestión de la escasez, es razonable que los precios aumenten cuando los conductores disponibles no dan abasto. El que quiera y pueda pagarlo, viajará, y el que no, tendrá que buscar o usar otras alternativas.