Un estudio demuestra que los Tesla son más propensos a tener accidentes a pesar de su avanzada seguridad

Hoy en día la tecnología asociada a la seguridad ha visto impresionantes avances que permiten reducir el número de fallecidos en accidentes de tráfico. El objetivo es erradicar las víctimas mortales para el año 2050. El reto es mayúsculo, pero los datos registran un descenso en la siniestralidad. Los asistentes son una garantía de éxito, pero no siempre actúan o responden a tiempo para reducir la gravedad de un impacto. Un estudio acaba de demostrar que, a pesar de su seguridad, Tesla es la marca que tiene una mayor tasa de accidentes.

Durante mucho tiempo, Elon Musk, CEO de Tesla, ha sacado pecho con respecto a la protección ofrecida por sus coches eléctricos. Las pruebas de seguridad realizadas en todo el mundo demuestran dicha afirmación, pero un estudio recién publicado en Estados Unidos pone en tela de juicio el buen comportamiento de sus conductores y de su programa de seguridad. La conducción autónoma total todavía no es una realidad, por mucho que el magnate americano y la publicidad engañosa nos haga creer todo lo contrario. Estamos lejos de ver coches circulando libremente por nuestras carreteras.

Los conductores de Tesla muestran una mayor predisposición a sufrir accidentes

Las aseguradoras americanas acaban de presentar un informe demoledor para los intereses de Tesla. El estudio demuestra que los conductores de Tesla tienen la tasa de accidentes más alta de la industria americana. La consultora ha analizado millones de reclamaciones a los seguros para así poder establecer una lista con las marcas que más accidentes sufren por cada 1.000 conductores. Los de Austin lideran la tabla con un ratio de 23,54 accidentes por cada 1.000 conductores. Le sigue RAM con 22,9 accidentes y Subaru con 20,9 siniestros por cada 1.000 conductores. Firmas como Lexus, Volkswagen, BMW, Toyota u Honda se sitúan en los puestos de cola con no más de 18.55 casos.

Del estudio se pueden sacar varias conclusiones diferentes. Si bien Tesla aporta gran seguridad en sus vehículos, esta se centra principalmente en ofrecer garantías de protección en caso de sufrir un impacto. Sin embargo, la prevención es el punto débil de esta estrategia. Los conductores de Tesla no sólo son más propensos a tener incidentes, sino que estadísticamente sus clientes sufren problemas con menos kilómetros recorridos. El promedio americano indica que un conductor habitual realiza anualmente 19.300 kilómetros, mientras que los conductores de Tesla hacen una media de 16.000 kilómetros.

A lo largo de los últimos años, la NHTSA, la agencia responsable de velar por la seguridad en las carreteras americanas, ha prestado especial atención a los sistemas de asistencia de Tesla. El último aviso lanzado por la administración ha obligado a la compañía a actualizar más de 2 millones de coches americanos. Los estudios han demostrado que el programa Autopilot no toma las medidas suficientes como para garantizar que el conductor esté totalmente centrado en la conducción. Hay que recordar que Tesla posee un equipo de seguridad de nivel 2, lo que dista mucho de ser un paquete de conducción autónoma total.

En el Viejo Continente, la normativa es mucho más restrictiva. La agencia europea establece límites mucho más severos para la respuesta de los asistentes a la conducción. Por este motivo los Tesla que circulan por nuestras carreteras no tendrán que actualizarse ya que están al corriente con la normativa. Las aseguradoras han mostrado su preocupación por las reparaciones de Tesla. Sus coches son más caros de arreglar y por eso, en muchos casos las cuotas de seguro son más altas que si tomamos como referencia otros modelos similares.

Fuente: LendingTree