¿Tesla va a dominar el mercado?...va a ser que no

Los resultados de Tesla, tanto a nivel tecnológico como comercial, son muy reseñables. Sin embargo, la excesiva expectación y publicidad que rodea a la compañía y sus logros han creado una percepción bastante sesgada en cuanto a su futuro, lo que está llevando a muchos a menospreciar el valor real de sus problemas y su propia competencia.

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Publicado: 18/12/2017 08:00

El Model 3, la gran apuesta de Tesla.

Golpear primero es golpear dos veces. Esa máxima se puede aplicar y con toda la razón a Tesla, que con su elaborado proyecto no solo ha demostrado que los vehículos eléctricos tienen un hueco en el mercado sino que ha logrado convertir su pequeña iniciativa en todo un rival a tener en cuenta por los fabricantes tradicionales. Y eso tiene mucho más valor de lo que podría parecer a simple vista.

Si bien es cierto que ha habido varios factores externos que han favorecido el éxito de Tesla en el nuevo resurgimiento de los vehículos eléctricos, el planteamiento de producto de la marca ha sido clave para poder alcanzar las cotas (impensables hace unos pocos años) a las que ha llegado este pequeño fabricante de California.

Sin embargo, a pesar de que no lo pudiera parecer, el mayor éxito de la compañía encabezada por Elon Musk no ha sido tecnológico ni comercial, sino social, a nivel de percepción de la marca. En un tiempo récord, Tesla ha alcanzado unas cotas de popularidad impresionantes, convirtiéndose en todo un sinónimo de diseño, tecnología e innovación. Y si bien es cierto que Tesla ha apostado fuertemente en estos aspectos, la realidad de la compañía no se corresponde con las altas expectativas generadas entre los aficionados y seguidores de la marca.

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El Tesla Model S.

Aunque el Tesla Model S (el modelo responsable del éxito actual de la compañía) apenas lleva 6 años en el mercado, para una inmensa cantidad de aficionados es responsable de múltiples logros, algunos incluso irreales. En este breve espacio de tiempo, el Model S sí que ha logrado notables hitos comerciales, como lograr encabezar las ventas mensuales de vehículos (de cualquier tipo) en algunos mercados o encabezar el ranking anual de ventas de vehículos eléctricos en alguna ocasión, pero no es el vehículo eléctrico más vendido del mundo (en teoría ese honor recae sobre el Nissan Leaf) ni tampoco fue el primer vehículo eléctrico del mercado, como creen algunos.

Lo que sí logró el Model S fue convertirse en el primer modelo eléctrico con una impresionantemente amplia base de aficionados, logrando extender por todo el globo la premisa de la verdadera funcionalidad de los vehículos eléctricos y además, de que estos pueden ser atractivos.

Independientemente de su origen, estos conceptos erróneos, al ser ampliamente aceptados por el gran público, como creer que “se conduce solo” de manera totalmente autónoma y sin ninguna intervención humana (error cometido incluso por algunos medios tradicionales), provocan una percepción bastante distorsionada de la compañía y de sus propias posibilidades.

El segundo modelo de Tesla de gran volumen fue el Model X.

No hay mejor ejemplo de esto que la absurdamente alta cotización de las acciones de la compañía en Wall Street, superando el valor bursátil de otros fabricantes tradicionales, cientos de veces mayores que Tesla. Lo que no es lógico ni se corresponde con la realidad, pues es imposible que una compañía del tamaño de Tesla tenga más valor real que todo un gigante industrial como Ford Motor Company.

Los activos de Ford son cientos de veces superiores a los de Tesla y de la misma manera, sus resultados económicos no solo son también mayores, sino que Ford cuenta con algo de lo que ha carecido Tesla hasta ahora, beneficios. Aún así, la capitalización bursátil de Tesla supera a la de Ford y llegó el pasado verano a alcanzar al gigante General Motors. En el momento de redactar estas líneas la capitalización bursátil de Tesla era 57.720 millones de dólares, frente a los 49.970 millones de Ford y los 58.170 millones de GM. Empleando un ejemplo muy simple, es como si un solo grano de sal tuviera el mismo valor que todo un salero lleno de granos idénticos.

El valor actual de las acciones de Tesla es irreal -hasta el propio Elon Musk ha llegado a afirmar que es demasiado alto- y no se sustenta en nada tangible. En teoría, se apoya en la creencia de los compradores de que el valor de la compañía va a permanecer estable y va a seguir subiendo gracias a los resultados financieros futuros. Resultados que se presumen ampliamente positivos, pero que como muchas otras cuestiones que rodean a la compañía de Musk, están algo sobrevalorados.

El nuevo Tesla Roadster en fase de prototipo.

Mercado

La premisa de que Tesla continuará siendo el único protagonista de cierta relevancia en el recién nacido mercado eléctrico es muy poco probable, pues son bien conocidos los amplios planes para el segmento eléctrico de los grandes fabricantes tradicionales, como General Motors, el Grupo VAG o Toyota. Sin embargo, estos son apenas tenidos en cuenta por algunos analistas, y lo que es peor, por los supuestos “medios especializados” del segmento, que en los últimos años se han multiplicado de gran manera gracias al auge de Tesla y otras iniciativas relacionadas.

Al observar de cerca el trabajo de estos nuevos medios, una de las principales plataformas de difusión de las nuevas compañías del segmento eléctrico, observamos como a pesar de cubrir hasta el más mínimo adelanto tecnológico de la industria, por muy lejos que esté su horizonte de realización, apenas se tiene en cuenta la enorme avalancha de nuevos modelos eléctricos procedentes de los fabricantes tradicionales que se avecina. No es que estos modelos no sean mencionados, que lo son, sino que no son tenidos en cuenta por estas plataformas y algunos analistas como los verdaderos rivales del segmento que serán, y además a muy corto plazo.

Si bien reproducen cualquier novedad o noticia relacionada con Tesla, por mínima que sea o por muy lejos que esté en el tiempo, el impacto que estos nuevos modelos supondrá en los resultados de la marca de Musk ni siquiera es mencionado. En los casos más radicales, es como si las docenas de modelos que están a punto de llegar no fueran rival para Tesla o que no fueran a llegar hasta dentro de muchos años, lo que no es cierto.

El Chevrolet Bolt y los nuevos EVs de GM.

Estamos a apenas dos semanas de estrenar 2018, y en este nuevo año llegarán al mercado en los países occidentales varios modelos eléctricos puros de fabricantes tradicionales. No contamos también las numerosas alternativas eléctricas que existen en China desde hace años, el verdadero principal mercado de vehículos eléctricos del mundo pues, por algún motivo, para muchos es como si no existiera.

Volkswagen presentará su primer compacto eléctrico esta primavera, que sustituirá al actual e-Golf, tras el cual llegarán en un plazo máximo de 5 años toda una gama completa de eléctricos sobre la plataforma MEB. Audi estrenará en el mercado su primer crossover eléctrico entre otros modelos, incluyendo la división Audi Sport y General Motors, que ya tiene en los concesionarios el Chevrolet Bolt, presentará dos nuevos eléctricos en los próximos meses, los dos primeros de los 20 nuevos modelos electrificados que llegarán antes de 2023. BMW ampliará considerablemente su catálogo de opciones eléctricas y Mercedes tiene planes muy similares a los del grupo VAG, con una gama completa de nuevos modelos. Son varios los fabricantes que están ultimando sus nuevos modelos o versiones eléctricas puras.

Un ejemplo, y bastante capcioso además, del desinterés expreso por esta nueva ola de modelos lo encontramos en este artículo de Clean Technica cuyo título podemos traducir como “Si GM es rigurosa, le llevará unos 16 años alcanzar a Tesla”. En esta pieza, firmada por Michael Barnard, encontramos un análisis del tiempo que le podría llevar a General Motors alcanzar a Tesla en cuanto a unidades de vehículos eléctricos producidos anualmente. Según su autor, las cifras son tomadas de las propias compañías, sin embargo, y sin tener que realizar un análisis profundo de su contenido identificamos varios errores de base importantes que imposibilitan el resultado que anuncia el artículo, así como algún error puntual que no se corresponde con los datos reales actuales.

El Bolt dará lugar a varis modelos eléctricos en los próximos años.

Aunque las cifras de Barnard procedan de las propias compañías, estas son simples estimaciones, como que Tesla fabricará 2 millones de vehículos al año en 2035 o que GM fabricará más de 5 millones de eléctricos anuales en ese momento. Si bien esto no deja de ser una posibilidad, para bien o para mal, también encontramos datos totalmente incorrectos, como que el fabricante de california producirá 420.000 vehículos en 2017, cuando es bien sabido que como mucho superará este año las 100.000 unidades producidas (por primera vez en un ejercicio anual), o que en 2018 llegará por primera vez a la barrera de las 500.000 unidades anuales, un objetivo largamente anunciado por Musk pero que hasta ahora sigue siendo muy complejo de conseguir.

Si bien Tesla es todo un ejemplo a seguir en cuanto a unidades de vehículos eléctricos producidas y vendidas al año, de hecho, es el espejo en el que se reflejan los grandes fabricantes en ese sentido, dudamos y mucho que los objetivos de Tesla puedan llevarse a cabo a corto plazo, y no por los recientes problemas de producción del Model 3 (que fueron anticipados por varios analistas hace meses) sino por la simple presencia de la competencia. Es matemáticamente imposible que se vendan las mismas unidades que se han estimado si ahora contamos con muchos rivales que no fueron confirmados hasta fianles 2016 y que precisamente ya están al llegar.

Tras la llegada de las versiones de producción de modelos como el Audi e-tron quattro o el Porsche Mission-E, cuyos desarrollos están muy avanzados, ¿como se comportarán las ventas de los Tesla Model S y Model X?. Solo por nombrar dos, pues tras ellos llegarán muchos más.

Recreación basada en los prototipos del nuevo eléctrico de Porsche.

Toda la gama de Tesla, incluyendo el reciente Model 3, cuenta con el mismo lenguaje de diseño básico estrenado por el Model S, que recordemos data originalmente de 2008, cuando fue realmente desvelado. Por lo que frente a sus todavía desconocidos rivales su diseño básico ya cuenta con bastante tiempo, por lo que su competencia resultará mucho más fresca. Y todos sabemos como reaccionan los compradores ante un producto nuevo.

¿Esta Tesla preparada para la nueva competencia?, seguro que sí, y probablemente ya tengan en desarrollo la debida respuesta a sus futuros rivales. Pero lo que no podemos presumir es que durante la próxima década seguirán gozando del mismo estatus que han disfrutado durante esta, pues ya no serán los únicos del mercado.

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