Elon Musk acusado de fraude bursátil por la falsa privatización de Tesla
La Comisión de Bolsa y Valores ha presentado una demanda contra Elon Musk por fraude bursátil. Tras la investigación de los hechos acontecidos en agosto, la SEC ha determinado que Musk actuó de forma temeraria y sus comunicaciones fueron falsas y engañosas.
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Publicado: 28/09/2018 11:00
La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos ha determinado tras su investigación lo que muchos ya imaginábamos desde los primeros días de agosto, las intenciones de privatizar Tesla eran tan solo humo y no una iniciativa real como intentó hacer creer la compañía en los días posteriores al infame tweet de Elon Musk del 7 de agosto.
Y además, lo más sorprendente es que según afirma este organismo, los rumores iniciales que aseguraban que la cifra 420 era una especie de broma haciendo mención al consumo de marihuana han resultado ser ciertos. Según afirma la documentación presentada por la SEC, Elon Musk calculó esta cifra tras pensar que un 20 por ciento de sobreprecio con respecto a su cotización en ese momento era una buena cantidad para recomprar las acciones, pero el resultado real eran 419 $, por lo que luego prefirió redondear la cifra hasta los infames 420 solo porque pensó que a su novia le resultaría gracioso, dado el significado que tiene esa cifra en la cultura de los fumadores de marihuana en el estado de California.
La SEC también asegura en su documentación que Elon Musk no solo no tenía asegurados los fondos que había prometido, sino que ni siquiera había debatido o negociado en manera alguna con las posibles fuentes de financiación. De la misma manera, tal y como sabíamos, la junta directiva de Tesla no estaba al corriente de semejante proyecto y a pesar de que rápidamente la compañía se puso a trabajar en el plan, tras la euforia desatada en los días siguientes al tweet de Musk, era evidente que dicha iniciativa fue posterior a los planes descritos por Musk en Twitter.
Para la SEC, Elon Musk actuó de manera temeraria arrojando información falsa que afectó gravemente a la cotización de las acciones de la compañía y por tanto perjudicando de manera deliberada e injusta a los inversores.
Irónicamente, en un giro del destino aparecieron inversores que realmente estaban interesados en financiar un proyecto tan grande, sin embargo, Elon Musk los rechazó apenas 24 horas después de haber conocido su existencia. Los motivos que alegó Musk eran que una transacción de este tamaño le robaría demasiado tiempo esfuerzo a él y a la compañía, aunque desde Tesla se filtró qué Musk no estaba de acuerdo en perder el control de la compañía ni en aceptar nuevos socios y nuevas reglas, lo cual hubiese sido del todo imposible fuese quién fuese el inversor interesado en pagar los más de 30.000 millones de dólares necesarios para sacar a Tesla de la bolsa.
¿Y ahora qué va a pasar?. Eso lo tiene que decidir un juez pero en el peor de los casos Elon Musk podría tener que abandonar sus cargos al frente de Tesla y enfrentarse a resarcir económicamente a todos los afectados, que mayormente son los short-sellers, los archienemigos declarados de Elon Musk. Por el momento no tenemos esas cifras totales, pero pueden estar entre varios cientos de millones o unos pocos miles de millones de dólares. Aunque dar una cifra en estos momentos sería pura especulación.