Los Tesla son más caros de asegurar y reparar que otros eléctricos en USA pero no solo por ser esta marca, el factor tecnología es clave

Tienen menos componentes que los coches de combustión, pero algunos eléctricos del mercado son más caros de reparar que los térmicos. Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos ha puesto de relevancia algo que ya sabíamos, y es que los Tesla son más caros de asegurar que otros modelos equivalentes de cero emisiones cuando hablamos de accidentes, y no por un fallo en el sistema de propulsión o en uno de los asistentes de seguridad que equipan.

En comparación con un modelo de gasolina, la reparación de los cuatro modelos de Elon Musk cuesta, al otro lado del Atlántico, 1.347 dólares más, mientras que un eléctrico de otra marca sólo presenta una brecha de 269 dólares. Al cambio, cerca de 1.280 euros y 255 euros, respectivamente, lo cual repercute negativamente en los clientes interesados en la marca líder mundial de coches eléctricos a la hora de hacer el seguro. El gran problema no es la batería, el elemento más caro, ya que salvo fallo, en caso de accidente no suele sufrir graves daños al estar bien protegida.

El gran culpable del aumento en los precios de las reparaciones por accidentes, según el estudio, es la avanzada tecnología de los diferentes asistentes de conducción y otros equipamientos, además de la sustitución de las piezas de chapa por las de plástico. Las deformaciones causadas por una colisión se arreglaban antes con la ayuda de herramientas, ahora la gran mayoría de paneles como las aletas se sustituyen directamente, y componentes como los sensores de advertencia de cambio de carril suelen ser sustituidos antes que recalibrados.

Según el estudio, reparar un Tesla Model 3 es más caro que un BMW Serie 3 o un Mercedes-Benz Clase C del mismo año, pero sólo en un pequeño porcentaje. La tecnología se ha adueñado de los coches eléctricos, son los preferidos por las marcas para dar rienda suelta a elementos tan especiales como las cámaras en lugar de espejos retrovisores convencionales. Sin duda, una mejora aerodinámica y visual que llama la atención, pero que después se traduce en un elevado coste para los clientes.

En el Hyundai IONIQ 5, este sistema de cámaras digitales retrovisoras cuesta, aproximadamente, 960 euros en el modelo que se vende en Europa y montado en fábrica, un precio que no estará muy lejos del que habrá que pagar si una de ellas se rompe.La realidad es la que es, y hay reparaciones más costosas en los eléctricos ya que, en ocasiones, es necesario desmontar la batería para operaciones de pintura, pero la red de redes tampoco ayuda al magnificar los casos que son simples anécdotas. Por ejemplo, los 42.000 dólares de reparación de un Rivian R1T que sufrió graves daños en su interior por un choque con alcance, un caso aislado que se generaliza porque los coches eléctricos tienen millones de detractores.