La teoría de la evolución según Tesla
Mientras que la inmensa mayoría de fabricantes de automóviles siguen unos tiempos similares en cuanto a vida media de sus productos, nuevas marcas como Tesla han optado por seguir una estrategia totalmente distinta y mantener con vida sus modelos sin desarrollar nuevas generaciones. ¿Cómo es posible mantener a la venta un coche sin renovarlo por completo? Lo analizamos en este artículo.

Hay muchas formas de combatir el avance del tiempo. El paso de los años no es algo fácil de digerir para nadie ni nada, y con los avances tecnológicos el envejecimiento se hace más evidente y rápido. Sucede en la industria automotriz y se presenta como un gran reto para los fabricantes de automóviles que no quieren quedarse atrás con respecto a la competencia y las nuevas tendencias.
Los tiempos actuales para el sector sugieren que la vida comercial de la generación de un vehículo está entre los 6 y 8 años según la marca y el mercado. Durante ese periodo de tiempo el producto pasa por el ciclo de lanzamiento (el primer año), el auge en la demanda (entre el mes 12 y el mes 36); luego viene un poco de oxígeno a mitad de la carrera comercial que incluye un lavado de cara (facelift) y actualización tecnológica; y por último llega el periodo de caída durante los últimos 18 meses.

Sin embargo, existen excepciones, y entre ellas están los coches de Tesla. A diferencia de la tendencia marcada por la industria, Tesla se ha decantado por otra forma para mantener vigentes sus modelos. Después de que en 2012 introdujera el Tesla Model S su estrategia ha sido la de mantener viva la llama gracias a la evolución tecnológica en vez del desarrollo de una nueva generación.
Entre junio de 2012 y diciembre de 2019, no solo han pasado más de siete años sino que muchos coches han muerto y han renacido. Mientras que Mercedes, BMW y Audi trajeron las nuevas generaciones de su Clase E, Serie 5 y A6, respectivamente, Tesla se embarcó en una serie de mejoras de su Model S que lo han mantenido a flote hasta hoy. El coche salió al mercado en junio de 2012 y desde entonces ha ganado una serie de avances tecnológicos y técnicos.
La estrategia de la marca ha sido ir mejorando el modelo con más elementos de confort y seguridad. Al mismo tiempo han mejorado las prestaciones con motores más potentes y con mejor autonomía. Por ejemplo, el Model S 85 kWh Performance disponible en 2012 tenía una potencia de 416 CV a un precio de 87.400 $ (78.805 €). Este modelo no contaba ni con el sistema de asistencia de frenado, ni el control de crucero adaptativo, ni la conexión a internet.

La versión más parecida disponible en 2015, llamada 85 kWh 4WD Dual Motor, contaba con 422 CV y ya tenía estándar dichos elementos además de otros como el sistema de alerta de colisión. Su precio: 86.000 $ (77.545 €). En 2018 el Model S 75D 4WD contaba con 518 CV de potencia, con mejores estándares de seguridad y su precio era de 74.500 $ (67.170 €).
Es decir, en vez de invertir su dinero en el desarrollo de una nueva generación, Tesla ha optado por mejorar la actual a través de elementos que resultan muy convenientes para el conductor actual. Por un lado, el precio resulta aún más atractivo manteniéndose en el segmento premium, y por el otro agrega versiones más lujosas y potentes para otros consumidores.
A pesar de ello, los años acusan y los números de ventas son un reflejo de esto. Mientras que los alemanes traen al mercado coches completamente nuevos, el Model S, muy a pesar de sus mejoras, ha visto caer sus ventas durante los últimos trimestres. De hecho sus ventas globales hasta noviembre de este año habían caído un 40%, después del récord registrado en 2017 y seguido de una ligera caída en 2018 del 7%.
Fuente: Tesla IR & JATO Dynamics
