Europa está cercada, los chinos han demostrado su poder y ahora Tesla convierte a marcas en clientes
De cualquier forma, Tesla gana dinero. La marca de Elon Musk es una de las líderes en ventas de coches eléctricas, y también la más criticada por los fabricantes europeos. Las maniobras subiendo y bajando los precios fueron objeto de duras críticas por parte de los que hoy van a pagar cientos de millones de euros para evitar las multas por exceso de CO2.
Esta es otra de las grandes paradojas de la vida. Tesla se ha hecho con el negocio de los coches eléctricos en el continente europeo y el de las emisiones. La firma vende menos porque los clientes no están muy convencidos, pero siempre sale ganando.
De una forma u otra, lo hace, a pesar de los palos que recibió cuando manejó los precios de sus coches para obligar a los rivales a plantarle cara. Ahora, los que criticaron y pusieron a Tesla contra las autoridades de la competencia en Europa, incluso, trataron de aislar, son las que tendrán que pagarle unos cientos de millones de euros para evitar las elevadas multas por exceso de CO2 que les impondrá Bruselas.
El negocio más fácil de Tesla no es vender coches eléctricos
Tesla ahora tiene otro negocio mucho más rentable que el de vender coches eléctricos, como el del renovado Model Y que está levantando ya a las masas, y no ha llegado aún al mercado. Esta es la forma más fácil de ganar dinero, y Tesla va a ganar mucho más que con sus modelos, pero menos que en 2023 cuando se metió en la caja nada menos que 1.700 millones de euros por fusionar las gamas de otros fabricantes con la suya propia y evitarles una auténtica sangría en sus cuentas de beneficios.
Tesla ya se ha ofrecido, y ahora los fabricantes son los que tienen que dar el paso de comprar esos créditos de CO2 que se reparten entre los de Elon Musk y Polestar, otra de las marcas que solamente vende coches eléctricos, aunque los suecos no lo hacen en la misma medida que la americana.
Stellantis y Toyota acaparan la mitad del mercado europeo, y necesitan a Tesla
Las marcas europeas tienen hasta el próximo 5 de febrero para sumarse al «Pool» de emisiones, proporcionando cifras, que serán evaluadas por Tesla o Polestar, y firmando un acuerdo de confidencialidad.
Tesla, por ahora, no ha señalado si tiene cubierto el cupo o no -ya cuenta con -Toyota, Stellantis, Ford, Mazda y Subaru- ni tampoco el precio de los créditos, pero se antoja que la marca ingrese unos mil millones de euros por echar una mano a otras rivales. Conociendo las excentricidades del magnate de X, este incluso podría subir los precios de los créditos al carbono, como una subasta cuando se aproxime la fecha límite.
Sería el colmo pero demuestra la debilidad de los fabricantes europeos en el panorama de los coches eléctricos, y unas instituciones europeas con una serie de normas que dejan a las marcas de su industria del automóvil a los pies de los caballos, incluidas también las chinas.