El Tesla Model Y se somete a condiciones de calor extremo, así afecta el climatizador a la batería y a la autonomía

ADAC es un organismo alemán independiente y toda una institución a nivel europeo en lo que a la industria del automóvil se refiere. Sus campos de actuación se extienden desde simple información de interés para los conductores a análisis más profundos relacionados con la seguridad, las prestaciones o el consumo de combustible, de energía en el caso de los eléctricos.

Aunque los coches eléctricos no están en pleno auge, siguen siendo muchos los interesados en ellos, por lo que el organismo ha estrenado una herramienta para analizar exhaustivamente los cero emisiones en condiciones climáticas extremas. Tanto que, prácticamente nunca las experimentarás. El afortunado para estrenar esta instalación ha sido el eléctrico más vendido en el mundo, el Tesla Model Y.

El calor extremo es un enemigo de los coches eléctricos

El crossover más pequeño de Tesla ha permanecido durante ocho largas horas, con un nivel de carga de la batería al 60 por ciento y con el climatizador automático configurado a una temperatura de 20º. Con estas premisas, el Model Y se ha sometido al intenso calor desprendido por unas lámparas ultravioleta, variando los grados de luz reproduciendo la incidencia de los rayos del sol y alcanzando una temperatura de hasta 35º.

ADAC ha podido constatar que los plásticos del salpicadero del Model Y se calentaron hasta tal punto de que la temperatura en el interior del habitáculo alcanzó temperaturas de entre 30º y 45º, llegando a los 54,6º. Incluso, el parabrisas llegó a marcar 60º, puro fuego que el «modo camping» del climatizador se encargó de mantener en unos constantes 25º asegurando su funcionamiento de forma continua, tanto a la altura de la cabeza como en la zona de los pies.

El consumo del climatizador en los coches eléctricos mella la autonomía

El análisis ha puesto de relieve que el climatizador del Tesla Model Y es uno de los más potentes, pero también más eficientes, pues necesita de una potencia continua de 1,5 kW, aumentando o disminuyendo ligeramente al abrir o cerrar las puertas o con los movimientos del sol. Al término de la prueba, el consumo de energía del climatizador ascendió a 12 kWh, lo que supuso perder un 16 por ciento de la energía contenida en la batería.

Trasladado a la autonomía, permanecer ocho horas en un atasco con el climatizador a 20º de forma continua, supone restar ocho kilómetros por hora, por lo que hablamos de 64 kilómetros en total. ADAC apunta que, si el protagonista hubiese sido un modelo de combustión, el gasto habría sido de entre un litro y litro y medio para refrigerar continuamente el habitáculo, además de producir gases de escape.

Dino Silvestro, jefe de pruebas de vehículos del Centro técnico de ADAC, explica que «esta prueba de laboratorio permite a las marcas evaluar el consumo y la eficiencia energética, la autonomía, además del comportamiento de la funcionalidad de la carga para obtener datos más concretos en escenarios especiales o extremos, tanto en ciclos de prueba estandarizados hasta rutas de conducción reales».