El nuevo e inesperado 'rol' de Tesla que evitará que las marcas de coches pierdan miles de millones de euros

El 2025 se plantea como un año complicado para los fabricantes de coches en Europa al tener que cumplir con una normativa de emisiones más restrictiva. Sin embargo, marcas como Tesla o Polestar pueden salir a su rescate.

El nuevo e inesperado 'rol' de Tesla que evitará que las marcas de coches pierdan miles de millones de euros
Marcas como Tesla o Polestar jugarán un papel fundamental para el resto de marcas en Europa.

6 min. lectura

Publicado: 08/01/2025 17:00

Tras un 2024 en el que el mercado de los coches eléctricos ha sufrido un estancamiento a nivel mundial, el 2025 que acabamos de estrenar presenta un reto mayúsculo para las marcas que quieran vender coches nuevos en Europa.

Y es que este 1 de enero ha entrado en vigor un nuevo tramo de control de emisiones de CO2 para los vehículos recién matriculados. La normativa CAFE (Emisiones de Combustible Medias Corporativas), en vigor ya desde hace bastante tiempo, impone desde este año nuevos límites más restrictivos.

De esta forma, los fabricantes de coches deberán ajustarse a un nivel de emisiones medias de CO2 en sus gamas de 93,6 g/km para los 27 países de la Unión Europea. Esto supone una reducción del 19 por ciento en comparación con el tramo que se tenía a principios de la presente década, que era de 116 g/km.

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Nuevos límites de emisiones de CO2 que impone la normativa CAFE en Europa.

La solución de las marcas para evitar las multas

De no ajustarse a estos nuevos límites, las marcas deberán afrontar que se esperan que sea mil millonarios en Europa. Concretamente, deberán pagar hasta 95 euros por cada gramo que se exceda de la media, multiplicado los coches nuevos vendidos.

Los fabricantes tienen diferentes formas de evitar estas multas: el camino 'difícil', que es vender más coches eléctricos o vender menos coches de combustión, de forma que la cifra media de emisiones de sus vehículos vendidos se vea reducida. Eso sí, a costa, por ejemplo, de elevar los precios en sus coches con motor térmico o de realizar importantes descuentos en sus vehículos eléctricos de nueva generación.

Hay otro camino, y es que la propia UE ha reconocido que las marcas están contemplando y que supone otro importante desembolso de dinero. Eso sí, no tan exagerado como el de las multas por exceso de emisiones.

Europa se pone dura con las emisiones contaminantes en los coches nuevos.

Se trata de la creación de un fondo común de emisiones entre los principales gigantes del automovilismo. ¿El objetivo? Comprar créditos de carbono a aquellas marcas cuyas medias de emisiones de CO2 son nulas, ya que solo venden coches eléctricos, como Tesla o Polestar. Siempre, eso sí, respetando las normas de competencia.

Fabricantes como Stellantis, Ford, Toyota, Mazda o Subaru estarían interesados en agrupar sus emisiones y comprar créditos a Tesla. Por otro lado, Mercedes, Volvo y Smart harían lo propio con Polestar, del gigante chino Geely.

Según las estimaciones de Barclays, esta compra de créditos podría costar a las marcas unos 20 euros por cada gramo de CO2 excedido. Sigue siendo un desembolso importante, pero muy alejado de los 95 euros que impone como sanción la UE, lo que permitiría ahorrar miles de millones de euros a las marcas.

La participación de los coches eléctricos en las ventas europeas es muy desigual.

Las marcas buscan flexibilidad en las normativas

Los 93,6 g/km de CO2 que impone la UE es para los turismos vendidos en el período del 2025-2029, pero ojo, porque para el próximo tramo del 2030-2034, previo a la prohibición de la venta de coches de combustión, los límites se reducirán de golpe a 49,5 g/km. Para las furgonetas, los nuevos tramos son de 153,9 y de 90,6 g/km de CO2, respectivamente.

Las grandes marcas llevan meses pidiendo mayor flexibilidad a la Comisión Europa, con el objetivo de evitar el pago de millonarias cantidades de dinero que podrían ir destinadas al desarrollo de nuevos coches eléctricos.

Una situación similar sucede en Reino Unido, cuyo mandato ZEV también es estricto e imponía que los coches eléctricos representasen el 22 por ciento de las ventas el año pasado. El objetivo no se logró, si bien logró ser el país que más coches eléctricos vendía en Europa, por encima de Alemania.

No obstante, las marcas de coches ya están en conversaciones con el gobierno británico para flexibilizar las medidas de cara a este 2025, donde las exigencias de vender coches eléctricos se endurecían todavía más.

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