Tesla y las marcas chinas unen fuerzas, todas juntas plantarán cara a Europa y a sus aranceles

La tensión comercial entre Europa y China lejos de rebajarse, aumenta. Las dos regiones están enfrentadas entre sí con el coche eléctrico como principal motivo de disputa. La activación de los aranceles portuarios desde el pasado mes de noviembre sigue siendo la comidilla de la industria. China se ha tomado muy en serio las medidas sancionadoras, mientras que las principales marcas exportadoras han denunciado ante los tribunales europeos los aranceles. Tesla se suma a ellos para presionar, aunque no se espera un rápido final.

A lo largo de todo el 2024 fueron muchos los cruces de declaraciones y las afrentas entre China y Europa. El gigante asiático ha despertado de su letargo y hoy atenta contra el poder de la industria europea, uno de los sectores que más dinero aporta a las arcas comunitarias. Europa teme que su importante industria automovilística se vea penalizada por la cada vez más numerosa llegada de marcas y coches eléctricos procedentes de China. Una medida defensiva que no ha sentado bien ni a China ni a los fabricantes europeos ante el temor de una dura respuesta desde Asía.

BMW y Tesla se suman a las protestas de las principales marcas chinas

En una clara escalada de tensiones, el pasado 1 de noviembre se activaron de forma definitiva los aranceles específicos a la exportación de vehículos eléctricos procedentes de China. Las marcas tendrán que pagar más impuestos por cada uno de sus coches eléctricos que atraviese las fronteras del espacio comunitario. Bruselas no ha tenido en consideración ni a Tesla ni a BMW, aunque sí ha suavizado los aranceles en ambos casos. Aún así, ambas compañías tienen que pagar más impuestos y ambas compañías han recurrido ante los tribunales europeos la medida fijada por el Parlamento Europeo. Antes, los principales fabricantes chinos habían hecho lo propio.

A pesar de llevar meses vigentes, Europa había fijado un plazo de reclamaciones que BYD, Geely y SAIC Motors han ejecutado, junto, ahora, Tesla y BMW. Todos los fabricantes demandan lo mismo: medidas diferentes para no lastrar la llegada de vehículos procedentes de China. El documento judicial muestra que el fabricante de automóviles estadounidense, al igual que el alemán, presentó su demanda ante el Tribunal General el pasado miércoles, fecha límite para la presentación de recursos. Se abre así ahora un proceso que podría dilatarse más de 18 meses. No se espera una rápida resolución al conflicto. Muchas cosas pueden pasar en este tiempo.

Algunas de las principales compañías chinas ya están tomando medidas contundentes. BYD está ultimando la construcción de su primera fábrica en suelo europeo, en Hungría, mientras que busca terrenos para la segunda. SAIC Motors está haciendo lo propio, aunque no parece tener mucha prisa para fijar una sede europea. Por su parte, Geely, poseedora de empresas como Volvo, Smart, Polestar o Lynk & Co, ha comunicado que desviará a Europa la producción de algunos modelos importantes como el futuro Polestar 7. Un SUV compacto 100% eléctrico que llegará a los mercados en un plazo aproximado de tres años.

Otras compañías como Chery ya producen en Europa, más concretamente en las viejas instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. El trámite judicial que han emprendido ahora las principales marcas de China trata reducir o anular la presencia de impuestos especiales. Tesla es la que más presión puede aplicar al tener los coches eléctricos más vendidos de la región. Los americanos producen en China todos los Model 3 que se venden en el Viejo Continente, así como diversas unidades del Model Y. Desde Europa los fabricantes demandan nuevas políticas comerciales que no limiten la libre competencia.