Toyota da un importante avance en el nuevo motor de combustión de hidrógeno
Toyota ha sido la primera marca del panorama que se ha lanzado a la carrera del motor de combustión de hidrógeno. La firma nipona está adquiriendo avanzados conocimientos en esta materia, aprovechándose de la competición, con resultados más que positivos. Una tecnología que está probando en Japón, con varios prototipos, destacando el Toyota GR86 CNF.
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Publicado: 26/03/2022 18:00
Toyota es una de las marcas que quiere conservar el motor de térmico tradicional, utilizando el hidrógeno como combustible. La firma japonesa ha sido una de las primeras en adentrarse en el desarrollo de esta tecnología, una vez que ya tiene más que madurada la de la pila de combustible como una alternativa a los eléctricos. Pero en el campo de la combustión de hidrógeno, la marca avanza a pasos de gigante.
El Toyota GR86 CNF es un buen ejemplo de ello. Tanto el compacto como el deportivo se han preparado especialmente para la serie de carreras únicas en el país del sol naciente, la «Super Taikyu», los dos modelos de la marca nipona están equipados con propulsores de nueva generación capaces de admitir hidrógeno y un combustible neutro en carbono, que es generado fruto de la «síntesis de componentes derivados del dióxido de carbono, hidrógeno y otra biomasa parcialmente comestible para que coincida con el estándar JIS para gasolina».
Toyota y Subaru estudian nuevos combustibles en diferentes motores
Los de GAZOO Racing han aclarado que este nuevo combustible todavía no dispone de las especificaciones finales y que el objetivo de esta serie de carreras es precisamente hacerlo apto para la producción en masa. En el caso del GR86 CNF, bajo el capó delantero monta una variante del motor de tres cilindros del GR Yaris -y del Corolla de hidrógeno, pero con 1.4 litros de cubicaje en lugar de los 1.6 litros de serie emitiendo un nivel muy bajo de CO2 pero compensado con la extracción del dióxido de carbono para la generación de la biomasa.
Solo el Corolla mantiene su motor de 1.6 litros y quema hidrógeno, pero ha conseguido, desde que las pruebas de los prototipos se pusieran en marcha en una serie de carreras especiales, que la potencia máxima se haya aumentado un 24% y el par motor un 33%. Un importante paso adelante, porque el nivel de potencia ya está al nivel de un motor de gasolina de igual cilindrada, pero no para echar las campanas al vuelo. Toyota ha aclarado que la autonomía no está en los mismos niveles, por lo que queda un largo recorrido por delante todavía.
Los ingenieros de Toyota y Subaru apuntan que el hecho de utilizar este combustible neutral en carbono no supone realizar cambio alguno en las especificaciones técnicas de los motores de gasolina, pues el tiempo de encendido del motor se ajusta con el octanaje de la gasolina, y lo mismo ocurre con este. En el caso del deportivo compacto de Subaru, el motor alojado es el mismo 2.4 litros boxer del modelo de producción en serie, pero alimentado con el CNF, lo que está permitiendo a Toyota evaluar este combustible en diferentes propulsores de cara a una futura implementación.
Fuente: Gazoo