El SUV de Toyota que no despega en Europa, pero que GAZOO Racing lleva al límite en Brasil

Toyota cuenta con una completa gama de modelos y son, por norma, un éxito en el mercado de los coches nuevos, salvo uno: el Corolla Cross se ha convertido en un problema desde su lanzamiento al mercado. La marca nipona había desarrollado un modelo que, en un principio estaba destinado a otros países más exóticos pero decidió ofrecerlo en el continente europeo de una forma muy selectiva.

España fue uno de los últimos países en donde el Corolla Cross fue lanzado al mercado, pasando directamente de la piel de toro hacia nuestros vecinos portugueses hasta finalmente recalar en nuestro país. Sin embargo, en dos años y medio a la venta no levanta cabeza. Sin embargo, a los de GAZOO Racing se le ha ocurrido una magnífica idea que, por ahora, no llegará a las carreteras públicas pero sí a los mejores asfaltos de Brasil.

El Toyota Corolla Cross pasa de ser un SUV a un familiar de carreras

La división de competición ha elegido a este SUV compacto como el ideal para el enfrentarse en la serie de carreras Stock Car Pro que se celebra en Brasil, convirtiendo al Corolla Cross en un coche realmente brutal. Lo cierto es que podrían haber buscado a otro donante como el Toyota Corolla Touring Sport, que ya es un familiar reduciendo la inversión, pero los retos y los desafíos es lo que caracteriza a la división de carreras de la marca nipona.

Como puedes ver, los japoneses se han visto obligados a añadir una pieza más a la carrocería para convertir al Corolla Cross en un familiar, al mismo tiempo que reducir considerablemente la altura de la carrocería al suelo, y para lo que han necesitado también de una plataforma completamente nueva y específica para competición denominada «Audace SNG01».

El Corolla Cross más familiar, ligero y potente

Los faros y la parrilla son los únicos elementos que quedan del «donante», el resto es completamente nuevo y provisto de una agresividad sin contemplaciones. El cuerpo de la carrocería está fabricado con fibra de carbono, aramida, fibra de vidrio y Kevlar, materiales ligeros y, al mismo tiempo, extremadamente resistentes, llamando la atención también por el enorme spoiler trasero fijo per regulable o por las tomas de aire para refrigerar frenos y motor.

Este, por cierto, tampoco tiene nada que ver con el híbrido utilizado en el modelo de producción, sino que se trata de un bloque de 2.1 litros turbo y con una potencia máxima de, aproximadamente, 500 CV, junto a una caja de cambios de competición XTrac, secuencial y semiautomática de seis velocidades. Por supuesto, por dentro las comodidades no existen, aunque sí una pantalla con funciones específicas de competición además de una cámara de 360º para grabar la experiencia de conducción de los pilotos.