Toyota seguirá apostando por los híbridos, ¿pero es la estrategia correcta?
La marca líder mundial en hibridación apenas ha hecho avances en materia de coches eléctricos. Dado el empuje que están teniendo estos últimos, hay que pensar si van por el camino correcto o no, ya que los híbridos no serán eternos.
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Publicado: 19/09/2017 21:00
A principios de 2017 Toyota logró 10 millones de ventas de coches híbridos, lo cual lleva haciendo ininterrumpidamente desde hace 20 años. Los frutos de la estrategia han dado sus frutos, ahora mismo en temas de híbridos nadie puede toser a la marca asiática, y sabemos que sus gamas crecerán.
Ya no habrá únicamente una versión híbrida en cada modelo, sino más de una. Existe un precedente, el Lexus GS, que tiene dos escalones de potencia: 300h y 450h. Lo mismo veremos en otros modelos de la marca principal, para quienes quieran algo más marchoso y prestacional.
Los híbridos continúan siendo la principal apuesta del fabricante asiático, comercialmente están funcionando como alternativas a los diésel, y las ventas siguen aumentando porcentualmente. Ahora bien, ¿ese enfoque se podrá mantener siempre? No. Los híbridos siguen teniendo un motor térmico que contamina, aunque contamine poco.
En países como Francia o Reino Unido los Toyota híbridos ya no se podrán matricular como nuevos en 2040, y lo mismo se va a ver en más naciones. Es, por tanto, una tecnología con fecha de caducidad, un paso intermedio entre los motores de combustión interna y los totalmente eléctricos. A ese último respecto, Toyota va con retraso.
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A principios de la próxima década Toyota contará con su primer eléctrico, seguramente con un salto tecnológico en baterías sobre las actuales de litio. En la visión de movilidad de Toyota, los eléctricos puros tienen que mejorar sus autonomías sustancialmente. Una de las posibilidades es baterías de estado sólido, que siguen siendo experimentales.
Supimos a finales de 2016 que Toyota se empeña en traer eléctricos a su gama, y también híbridos enchufables, en función de lo que vaya demandando la clientela. A diferencia de otros fabricantes, no dará un salto al vacío sin tener la red bien asegurada. La tecnología híbrida de momento es comercialmente muy válida. Así lo ha asegurado Akio Toyoda a la prensa hace unas horas: los híbridos permanecerán en el eje central de su estrategia de movilidad.
En la publicidad de Toyota se nos venden los híbridos como coches que pueden circular puntualmente con electricidad, pero que no hay que cargar, y que no tienen problemas de autonomía. Eso es cierto, aunque hablamos de autonomías eléctricas muy pequeñas y los motores de combustión funcionan intermitentemente.
¿Tiene sentido aumentar la autonomía eléctrica de los híbridos no enchufables? No. Esa solución añadiría peso y reduciría el espacio útil, además de incrementar el precio. Aunque suene contradictorio, el enfoque de baterías pequeñas para híbridos es más eficiente que llevar lastre en baterías para hacer unos kilómetros más sin usar gasolina.
Además, los ciclos de carga y descarga de los híbridos no enchufables son diferentes a los de híbridos enchufables. Un no enchufable se carga y descarga muchas veces. La autonomía eléctrica es una consecuencia de su diseño, pero no es una prestación a mejorar. Se puede tener el motor de gasolina apagado más del 50% en trayectos urbanos, ¡y ya es mucho!
No tenemos que esperar anuncios grandilocuentes de Toyota, ni promesas de tener un eléctrico por cada modelo. De momento no hay plataformas a la venta que estén desarrolladas únicamente para eléctricos, es otra asignatura pendiente. Otros fabricantes ya las tienen o las están desarrollando. Toyota va rezagada en esta cuestión.
La apuesta por el hidrógeno tardará más en dar réditos, pues los Mirai siguen sin ser precisamente superventas. Lo que sí parece claro es que Toyota cada vez apuesta menos por el motor diésel. De hecho, sus socios tecnológicos fabrican casi todos los petroleros que Toyota monta en sus vanos, motores Toyota diésel solo quedan el 1.4 y el 2.8.
Para cuando lleguen los eléctricos de Toyota el mercado estará más maduro, la infraestructura eléctrica habrá mejorado y los clientes serán más abiertos a su compra. En cierto modo, Toyota se beneficiará de que otros hayan hecho el trabajo por ellos, pero con un nivel de riesgo mucho más bajo mientras los híbridos se han convertido en muy rentables.
Viéndolo así, parece que su estrategia no ha sido tan mala.