Toyota MR2 222D Group S: el brutal y desconocido deportivo que no dejaron competir

El casi desconocido Toyota 222D fue el proyecto de la marca japonesa para el Grupo S de rallys, que debía haber sido el sucesor del radical Grupo B. Algunos de los proyectos de competición más misteriosos de la historia fueron los creados en los años 80 para esta regulación del campeonato, eliminada antes de ser estrenada en 1987.

Toyota MR2 222D Group S: el brutal y desconocido deportivo que no dejaron competir

7 min. lectura

Publicado: 09/05/2017 12:00

Toyota MR2 222D Group S

El casi desconocido Toyota 222D.

El Toyota 222D o MR2 de Grupo S ya no es un completo desconocido. Aunque su desarrollo se llevó en secreto y no llegará a debutar, por motivos ajenos a la propia marca, con el paso de los años este espectacular proyecto de vehículo de rallys de la marca japonesa terminó saliendo a la luz, que incluso hoy lo emplea como vehículo de exposición en Japón.

Aunque para muchos este fue un proyecto para competir en el Grupo B, lo cierto es que la marca japonesa lo creó para competir en el Grupo S, la reglamentación que pretendía sustituir al salvaje Grupo B, aunque esta también contemplaba la homologación de auténticos prototipos poco o nada relacionados con los vehículos reales de calle.

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El Grupo S debía entrar en vigor a inicios de 1987, pero los diversos acontecimientos que precipitaron la eliminación del Grupo B terminaron por acabar con el esperado Grupo S, por lo que todas las marcas tuvieron que enterrar sus proyectos, muchos de ellos ya concluidos, como el espectacular deportivo creado por Audi.

Toyota MR2 222D Group S

Solo existen, que se conozcan, dos prototipos.

En el caso de Toyota, esta decidía a mediados de los años ochenta crear un nuevo vehículo para etsa reglamentación basado en el entonces recién presentado MR2 de primera generación, un pequeño deportivo biplaza de motor central cuyo bastidor había sido desarrollado por Lotus.

El modelo de competición, nombre de proyecto 222D, recibía unas más que considerables modificaciones, y aunque los prototipos existentes hoy día montan un motor de 1.6 litros y tracción trasera, muchos dan por hecho que la marca llegó a desarrollarlo para darla cabida la plataforma motriz que años más tarde pudimos ver en el Celica GT-Four, con un dos litros sobrealimentado y sistema de tracción total.

Como podemos ver en las imágenes, el modelo es tan pequeño como el MR2 de calle, al que se le aplica un nuevo frontal y unos pasos de ruedas claramente sobredimensionados para acoger los nuevos ejes.

Toyota MR2 222D Group S

No se conocen las especificaciones finales del modelo.

El proyecto dio comienzo en 1984, y a inicios de 1985 ya se había completado el primer prototipo. La fecha planificada de finalización era diciembre de ese año, pero en septiembre de 1985, y debido a los fatales accidentes sufridos esa temporada en el campeonato, la federación -en aquel entonces la FISA- decidía dar un paso atrás y eliminaba el aún no nacido Grupo S, introduciendo la regulación Grupo A, mucho más restrictiva y basada en modelos de producción propiamente dicha.

Marcas como Lancia, Audi o Toyota tuvieron que enterrar sus proyectos, algunos de los cuales nunca llegaron a ver la luz del día. El de Toyota, como ya sabemos, terminó apareciendo y hoy día se sabe que hay al menos dos prototipos, uno de ellos de color negro en Gran Bretaña y otro en un showroom de la marca en Japón.

Tras abandonar el proyecto y a pesar de la fuerte inversión realizada, Toyota continuó durante 1986 y 1987 con los Celica y Supra de tracción trasera en las diversas pruebas del campeonato mundial. No fue hasta la quinta prueba de la temporada 1988 que debutó el mítico Celica GT-Four, que no hubiera existido de no haberse eliminado el Grupo S.

Toyota MR2 222D Group S

El ejemplar de color blanco forma parte de una exhibición en Japón.

El Grupo S pretendía limitar el poderío de los Grupo B, auténticos prototipos disfrazados de vehículos de calle que en sus variantes más potentes superaban los 600 caballos. Los modelos homologados en el Grupo S no podían exceder los 300 hp (225 kW) y la producción máxima era de solo 10 ejemplares, y no las 200 unidades que debían ser fabricadas para poder homologar un modelo para el Grupo B.

Esto permitía que los vehículos también pudieran ser auténticos prototipos de competición, diseñados ex profeso para esta función y por tanto, sin contar con las trabas que imponían muchos vehículos derivados de modelos de calle. Según los propios implicados de la época y numerosos analistas, los modelos de Grupo S no solo habrían sido bastante más espectaculares que los Grupo A, sino que además podrían haber sido también más seguros.

Lo que sí es seguro es que un campeonato con vehículos de la talla del Toyota 222D o los deportivos que preparaban Audi y Lancia hubiera sido todo un espectáculo digno de ver. En el caso del Toyota 222D sus prestaciones y especificaciones reales siguen siendo un misterio, incluido el modelo de motor empleado, ya que incluso existen voces que apuntan a que en algún momento existió un prototipo con motor V6. De ser correctos los rumores, el 222D disponía como máximo de unos 750 caballos, para un vehículo que pesaba en torno de los 750 kilos, aunque ninguna de sus cifras ha sido confirmada nunca por la marca.

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