Toyota libera su software para el desarrollo y estudio virtual de dummies
Toyota anuncia que libera el uso del software que utiliza para el desarrollo de los dummies. La marca nipona pone a disposición de todos los fabricantes el método informático para analizar los daños ocasionados en los accidentes de tráfico sobre modelos humanos, con un nivel de realismo más que alto.
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Publicado: 18/06/2020 12:00
Al mismo tiempo que Volvo ha liberado la patente de algunos de sus sistemas de seguridad activa, Toyota también ha anunciado que elimina la licencia de uso del software que utiliza para el estudio de los daños ocasionados en dummies, causados por accidentes de tráfico, con un nivel de realismo soberbio.
Los japoneses han señalado que la licencia estará abierta para todos los fabricantes a partir de enero de 2021, lo que permitirá reducir los costes de investigación y desarrollo en un sistema informático similar, además de ahorrar también un tiempo de estudio que puede dedicarse a evolucionar los sistemas de seguridad de a bordo, desde cinturones de seguridad a airbags, o avanzar en las estructuras del bastidor de los futuros modelos.
Por ejemplo, para reducir los riesgos de lesión en accidentes con peatones. El potente software de los japoneses cuenta con modelos virtuales de los tradicionales dummies aunque con un mayor nivel de realismo, desde niños muy pequeños hasta adultos muy mayores, incluyendo de los dos sexos, de menor a mayor talla y adaptados tanto a ocupantes como a peatones.
Los modelos virtuales también han ido evolucionando con el tiempo, desde que Toyota estrenó el sistema en el año 2000. En un veintena de años, los especialistas informáticos de la firma japonesa han ido dotando de mayores elementos a los dummies virtuales, hasta el punto de disponer de caras, músculos, cerebro, huesos y órganos internos, modelados con tanta precisión que se pueden confundir con reales.
Una avanzada tecnología que elimina la necesidad de las pruebas reales de choque, especialmente cuando se trata de repetir colisiones según un patrón definido. Los fabricantes que soliciten el acceso al software lo harán con todas las funcionalidades disponibles, y no solo se podrán estudiar los daños, sino también comprobar la respuesta del humano ante una colisión.