Trump cumple su amenaza y condena a los coches fabricados fuera de Estados Unidos
El presidente norteamericano, Donald Trump, ha cumplido su amenaza (una de ellas). La Casa Blanca ha emitido una orden ejecutiva que impone nuevos aranceles a la importación de coches y componentes procedentes de fuera de Estados Unidos.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca por segunda vez está sacudiendo el mundo entero. La industria automovilística no se iba a quedar atrás, solo que nos pensábamos que las amenazas del presidente norteamericano se iban a quedar únicamente contra los coches eléctricos.
Pues no ha sido así: todos los vehículos fabricados fuera de Estados Unidos tendrán que pagar un arancel del 25 por ciento si quieren entrar en el país estadounidense a partir del próximo 3 de abril. La Casa Blanca ha multiplicado por 10 el arancel en este sentido, que era del 2,5 por ciento hasta ahora.
Por su parte, los componentes del automóvil que entren en el país también tendrán que afrontar este arancel: motores, sistemas de propulsión, transmisiones, componentes eléctricos… tendrán una tarifa extra como los vehículos, en su caso en una fecha por determinar, pero como máximo el 3 de mayo.
Esta medida no afecta, eso sí, al Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá y a sus normas de libre comercio. Habrá aranceles solo al contenido no estadounidense en vehículos importados de Canadá y México, pero solo por los que no cumplan con las normas de dicho tratado.
Recordemos que Europa impone un arancel del 10 por ciento a los vehículos que entran desde fuera de la región, incluida Estados Unidos. Los coches eléctricos chinos tienen, eso sí, una tarifa adicional impuesta el año pasado.

El peligro de los aranceles, no solo para Europa
La orden ejecutiva emitida por la Casa Blanca ha sacudido, y de qué manera, la industria automovilística mundial. «Esto seguirá impulsando un crecimiento como nunca antes hemos visto», dijo Trump.
Europa, que ya impuso sus propios aranceles adicionales a los fabricantes chinos, ya ha hecho saber su postura. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, condenó los aranceles. «Son malos para las empresas de Estados Unidos y Europa. Evaluaremos este anuncio, junto con otras medidas que Estados Unidos prevé tomar en los próximos días. La UE seguirá buscando soluciones negociadas, protegiendo al mismo tiempo sus intereses económicos».
Está claro cuál es el objetivo de Trump con esta medida: impulsar la fabricación nacional en el país e incentivar a que los fabricantes de coches trasladen su producción al país. Sin embargo, los analistas y ejecutivos de las marcas ya han advertido de las posibles consecuencias para el sector.
Hay que tener en cuenta que prácticamente la mitad de todos los vehículos nuevos que se vendieron en Estados Unidos el año pasado procedían de fuera del país, habiendo importado productos del sector automovilístico por valor de 474 mil millones de dólares solo en 2024. México, Japón, Corea del Sur, Canadá y Alemania fueron los principales proveedores.
Los expertos advierten: estos aranceles podrían implicar aumentos de los costes para los fabricantes de entre 4.000 y 10.000 dólares por vehículo. Lo que parece claro es que estos no absorberán dichos costes, por lo que repercutirá en el precio final para los consumidores. Eso podría provocar que baje la demanda, y por tanto se vean amenazados muchos puestos de trabajo.

Los sindicatos, con Trump
Por su parte, el sindicato de trabajadores UAW se mostró muy positivo con la medida de la Casa Blanca: «Aplaudimos a la administración Trump por tomar la iniciativa para poner fin al desastre del libre comercio que ha devastado a las comunidades obreras durante décadas».
«Para poner fin a la competencia desleal en la industria automotriz, es necesario arreglar nuestros acuerdos comerciales incumplidos, y la administración Trump ha hecho historia con las acciones de hoy», dijo Shawn Fain, presidente de la UAW.
Eso sí, el sindicato ha pedido a los fabricantes que absorban dichos costes procedentes de los nuevos aranceles, pero que tampoco afecten a los trabajadores. «Los trabajadores deben ser eximidos de toda responsabilidad durante cualquier interrupción que acompañe al proceso de relocalización, con apoyo financiero del gobierno federal si es necesario».
Una visión positiva del asunto, como la que tiene Donald Trump: «Creo que esto hará que los automóviles se fabriquen en un solo lugar. Los aranceles serán permanentes y generarán 100 mil millones de dólares en ingresos anuales para el gobierno federal».
Fuente: Automotive News Europe
