La historia de 'White Elephant', el prototipo desterrado por TVR
El prototipo perdido de TVR hoy luce un magnífico aspecto gracias a una extensa restauración que llevó casi una década en ser completada. El próximo mes de septiembre el icónico "one off", que fue el vehículo personal del propio responsable de TVR, Peter Wheeler, volverá a ser expuesto en un evento en Gran Bretaña, una de laspocas ocasiones en que ha sido visto desde que fuera rescatado en 2004.
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Publicado: 16/08/2016 20:00
La compañía de deportivos británica TVR nunca se caracterizó ni por ser una marca más ni por tener una vida plácida. Actualmente se encuentra en pleno proceso de renacimiento, con nuevos propietarios y nuevos proyectos tras unos años de inactividad, en lo que será un ciclo de vida completamente nuevo y diferente para la firma, que hasta hace solo unos años había estado radicada en Blackpool, ciudad situada al norte de Gran Bretaña.
De la anterior época, que terminó en bancarrota con el empresario ruso Nikolai Smolenski al frente, ya solo quedan los recuerdos que conforman la propia historia de la firma. Historia que como muchas marcas también tiene sus secretos y leyendas.
Una de las últimas anécdotas de la firma comenzó a fraguarse pocos días antes de la llegada de Smolenski a TVR, a mediados de la década pasada, y la protagoniza uno de los modelos más llamativos y característicos de la firma y que curiosamente, no conocen demasiados aficionados, el TVR conocido popularmente como el TVR ‘White Elephant’ o Elefante Blanco, un Tasmin prototipo que fue registrado con las placas F120 SCK y al que los más cercanos llaman Nelly.
En la época anterior a los últimos Cerbera o Tuscan, la firma de Blackpool ofrecía una gama basada en excitantes modelos deportivos de dos plazas en formato coupé o roadster, como eran los Tasmin, 350 y 420. Modelos deportivos típicamente británicos de contenido peso que a partir de los años ochenta dispusieron de un característico afilado frontal, herencia de la corriente de diseño en cuña de los años setenta.
Precisamente a finales de esa década, TVR quiso refrescar el aspecto del modelo Tasmin, para lo cual, a petición del propio Peter Wheeler, entonces cabeza visible de la marca, decidieron hacer un prototipo muy especial, algo más que un simple recarrozado sobre el bastidor de un modelo existente. Para ello, tomaron un bastidor tubular SEAC de competición al que acoplaron una carrocería altamente modificada de un Tasmin 350, acoplando el afilado frontal de otro prototipo, el 420 Sports Saloon, perdiendo durante el proceso los faros retráctiles que lucían en esos momentos todos los TVR.
Pero al contrario que el resto de producción de la marca, la carrocería de este modelo no fue realizada en fibra de vidrio convencional, para el prototipo F120 SCK emplearon por primera vez la técnica de comprimir la fibra de vidrio contra espuma, sistema que emplearían más tarde todos los modelos de la marca y que fue estrenada con éxito en este prototipo único.
Para el motor, en lugar de emplear las habituales mecánicas británicas procedentes de Ford o Rover y que tradicionalmente había empleado la marca, se utilizó por primera y única vez un propulsor Holden australiano, un V8 de 5.0 litros cedido para evaluación por la división deportiva Holden Special Vehicles, al que acompañaba una transmisión Borg-Warner T5 de 5 relaciones. Este bloque, que fue proporcionado por el propio Tom Walkinshaw, era un motor de competición experimental, del cual fueron fabricados apenas una docena y que tenían como único propósito servir como banco de pruebas para los motores que empleaba la marca australiana en competición, por lo que es probable que el V8 instalado en el prototipo blanco de TVR sea uno de los últimos existentes de esa serie.
El V8 australiano generaba más de 400 caballos, lo que en esa época era un potencial inmenso para el minúsculo prototipo de fibra de vidrio, del que si bien nunca se declaró el peso total, podemos deducir que su masa debe estar entre 1.000 y 1.200 kilos, si tenemos en cuenta que los primeros TVR de la época que emplearon el V8 de Rover pesaban en seco solo 1.050 kilos. La cifra de velocidad máxima deja claro el verdadero potencial del prototipo, 185 millas por hora, que corresponden a 297.7 km/h, aunque no se conoce que la marca llegase a comprobarlo alguna vez.
El resultado, como cabe esperar dados los ingredientes, fue un one off espectacular, sobre todo por el trabajo de carrocería, que contaba con pasos de ruedas ensanchados con respecto al Tasmin estándar. Todas los detalles y especificaciones fueron dictadas por el propio Peter Wheeler, que precisamente empleó el prototipo como vehículo personal durante dos años.
Por ello, encargó el blanco deportivo con una serie de elementos muy particulares. Por un lado, en el maletero del biplaza podemos encontrar un hueco oculto para guardar la escopeta de caza que Wheeler solía usar cuando iba de cacería, y como normalmente iba acompañado de su perro a cazar, solicitó también un hueco específico para alojar a su perro tras los asientos.
Como sustituto del Tasmin, el White Elephant no llegó a cuajar, su estética no se consideró lo suficientemente novedosa con respecto al deportivo al que pretendía sustituir, además, diversos problemas convirtieron al motor australiano en inviable, lo que hizo decantarse a la marca por el más económico motor V8 de Rover, que la marca ya venía empleando desde hacía unos años.
Sin embargo, como proyecto, White Elephant fue la unidad de pruebas perfecta para el nuevo sistema moldeado de carrocerías, proceso que se extendió a los siguientes modelos.
Tras ser el vehículo personal de Peter Wheeler durante dos años, el prototipo fue enviado como pieza de exhibición al principal concesionario de TVR, donde solo fue usado esporádicamente. Años después fue enviado de vuelta a la factoría, donde terminó siendo el vehículo que usaban los empleados para hacer recados, como ir a buscar el almuerzo. Con el tiempo, el prototipo terminó en la trasera de la pequeña factoría, cayendo en el olvido para los aficionados de la marca.
Años después, un aficionado de la marca que tuvo la ocasión de visitar la factoría de Blackpool logró colarse en el patio trasero, descubriendo el prototipo abandonado, por lo que intentó comprarlo por todos los medios, sin éxito, la marca no estaba interesada en deshacerse de el, a pesar de que su estado de abandono era evidente. El capó delantero y la casi horizontal luna trasera habían desaparecido, quedando completamente expuesto a los elementos tanto su exterior como su interior. En el mismo momento que fue descubierto, no solo estaba inundado por dentro, además las plantas ya crecían en su habitáculo, según el testimonio del propio cliente.
En aquellos primeros años de proliferación de internet, algunos investigadores y exploradores urbanos se sorprendieron al descubrir el prototipo pudriéndose en el patio trasero de la fábrica, lo que provocó algunos intentos más para hacerse con el blanco prototipo, sin éxito alguno, TVR no estaba dispuesta a vender White Elephant a ningún precio.
Sin embargo, llegado el verano de 2004 y a pocos días de que Nikolai Smolenski se hiciera con TVR, ese primer cliente que se había colado en el trastero de la factoría, llamado Howard Bryan, decidió hacer un último intento. Tras contactar con Peter Wheeler directamente, logró convencerle para hacerse con los restos del abandonado prototipo, convirtiéndose en el salvador del White Elephant.
El estado del TVR era lamentable, años a la intemperie con el interior y el vano motor al aire habían hecho mella en el, por lo que devolverlo a su estado original no iba a ser sencillo ni económico. En ese momento comenzó un largo proceso de reconstrucción, más de que de restauración, que llevaría nada menos que 9 años y unas 70.000 libras, poco más de 80.600 euros incluido el precio de compra de los restos.
En 2013 concluía el largo proceso, en el que se involucraron varios especialistas británicos y que incluyó mejoras en el apartado de refrigeración, un problema constante del prototipo los años que estuvo en uso, devolviendo todo el esplendor que gozó en su día el White Elephant. Desde entonces, el blanco prototipo ha sido visto en algunos eventos en el Reino Unido, donde se ha ganado el reconocimiento que la propia marca se negó a darle al desterrarlo a una esquina de su patio trasero.
Su historia y el intenso proceso de restauración ha sido reflejado no solo en varios medios especializados británicos, también cuenta con su propia website, donde se relata su historia y los numerosos pasos que llevó su complejo proceso de restauración.
A día de hoy, este prototipo, uno de los pocos prototipos de la marca que aun existen, no solo es parte viva de la historia de la marca, además ocupa uno de los capítulos más llamativos de la misma.