Uber cancela totalmente las pruebas de coches autónomos en Arizona
Las pruebas de los Volvo XC90 con tecnología sin conductor no se reanudarán en el Estado de Arizona, Uber ha decidido abandonar su infraestructura allí. En cuestión de semanas las pruebas se reanudarán en Pennsylvania y California, aunque a menor escala.
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Publicado: 24/05/2018 22:00
Desde que un Volvo XC90 autónomo en pruebas de Uber atropellase a una mujer hace dos meses, las pruebas de esta tecnología fueron suspendidas por la compañía. Uber no solamente deó de probar esos coches en el Estado de Arizona, también en Pittsburg (Pennsylvania) y en California.
Es precisamente en Arizona donde Uber ha decidido cancelar el programa de pruebas, que habían quedado paralizadas aparte por imperativo legal, y 300 personas han perdido su empleo. La mayoría, conductores de pruebas, serán recolocados en otras tareas en la medida de lo posible, ya que Uber seguirá prestando sus servicios habituales con conductores normales.
Este movimiento coincide prácticamente en el tiempo con la publicación del informe preliminar del accidente llevado a cabo por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), de apenas cuatro folios. Por resumirlo mucho, el sistema diseñado por Uber falló, no así el sistema de serie de Volvo, que se encontraba desactivado y no intervino.
Breve cronología de los hechos
El 18 de marzo un Volvo XC90 de Uber estaba en fase de pruebas en Tempe (Arizona), con la conductora Rafaela Vasquez supervisando la operación. Llevaba en el asiento delantero desde las 21:14, y a las 21:58 entró en la avenida Mill. La señora Elaine Herzberg se dispuso a cruzar la carretera en una zona no habilitada, sin iluminación, y bajo los efectos de metanfetamina y marihuana.
Seis segundos antes del impacto, los sensores de radar y LIDAR detectaron un objeto en la calzada. El ordenador interpretó trayectoria de colisión con el objeto, primero considerado como desconocido, despúes como vehículo y al final como una bicicleta. El ordenador se vio temporalmente confundido y no tomó una acción concreta.
El sistema de seguridad original de Volvo habría frenado 1,3 segundos antes del impacto, pero se encontraba deshabilitado para evitar patrones de conducción erráticos. Menos de un segundo antes de la colisión, la conductora de pruebas intentó esquivar y frenar, pero humanamente era ya demasiado tarde. La velocidad de colisión fue mortal de necesidad, 62 km/h.
Uber llegó a un acuerdo extrajudicial con la familia de la víctima, se desconocen los detalles
En este tiempo, Uber ha estado repasando completamente su software. Para que un coche autónomo "vea" el mundo que le rodea, necesita varios sensores, como cámaras, radar, LIDAR, ultrasonidos o GPS. A veces, la información conjunta es contradictoria, por lo que se trabaja en condiciones de incertidumbre.
Para que un coche autónomo reaccione ante un peligro, debe tener información suficiente sobre el mismo y cierta certeza. Esto es lo que ha fallado, la clasificación del "objeto" y el nivel de amenaza que suponía. Por otro lado, el conductor de pruebas tiene sus propias limitaciones tratando de enmendar un error del ordenador, como el tiempo de reacción.
A veces un accidente es una concatenación de varios errores que, por separado, no tendrían mayores consecuencias. En este caso hay que unir un error humano (víctima), un error informático, y una reacción lenta del conductor (en este caso conductora) de pruebas. Elaine Herzberg tuvo muy mala suerte, pero es que cualquier otro conductor le habría atropellado igualmente con un coche normal.
Uber trabaja para reanudar las pruebas en Pennsylvania y California. De hecho, en esas zonas el trabajo de campo es más sencillo, ya que los centros técnicos están cerca, no es el caso de Arizona. Se harán menos pruebas a la vez, y con más cautela.
En defensa de Uber hay que decir que es inevitable que algún día hubiese algún accidente mortal, ya que una probabilidad de fallo del 0% es realmente complicada de lograr. La conductora, Rafaela Vasquez, hizo lo que pudo. El informe la exonera de ir distraída con el móvil, miraba una tableta con contenido relacionado con la labor que desempeñaba.
Los coches autónomos se diseñan para trabajar en condiciones ideales, en las que los peatones no atraviesan zonas a oscuras sin señalizar. Reaccionar ante cualquier escenario es uno de los retos pendientes de la tecnología autónoma. Morirá más gente, pero debería ser muchísima menos que a manos de conductores de carne y hueso.