La UE se cansa de los países europeos y los obliga a instalar cargadores para coches eléctricos, la primera fase debe estar lista a finales de 2025

Por ahora, la decisión de la obligatoriedad a eliminar de un plumazo la combustión tradicional e imponer los coches eléctricos a partir de 2035 pende del hilo de los resultados de las elecciones europeas. Si gana un bando, no habrá vuelta atrás en la polémica decisión que afecta tanto a las marcas de coches como a los ciudadanos, a pesar de que la demanda de coches de cero emisiones hoy no es la que se esperaba.

Si gana el bando opuesto, entonces la propuesta será historia y seguiremos como hasta ahora, que cada ciudadano tenga libertad de elección en la compra de coches nuevos. Este limbo no exime a los países miembros de ampliar la red de cargadores eléctricos, todo lo contrario, pues hace poco más de un año aprobaron lo que se llamó AFIR. Son las siglas del Reglamento de infraestructura de combustibles alternativos y por el que, en este año 2024 deberían de haber comenzado con la expansión de la red de carga en las principales carreteras.

España se compromete con el coche eléctrico pero incumple los deberes

España, que cuenta con dos grandes corredores dentro de los más de 15.000 kilómetros de carreteras, como muchos otros no ha hecho los deberes, por lo que la Unión Europea ha optado por dejar de confiar en los países y establecer una fecha para el inicio de las obras pertinentes, y esa fecha es mañana 13 de abril de 2024. Los gobiernos, español incluido, ya no pueden mirar a un lado sino involucrarse en una estrategia de movilidad sostenible en la que están metidos hasta el fondo.

El programa consta de cuatro fases, la primera debe estar lista a finales de 2025, por lo que le queda poco más de año y medio para completarla: instalar los puntos de carga necesarios en la red básica, como llama nuestro país a las vías conectadas con la red Transeuropea «RTE-T», cada 60 kilómetros en ambos sentidos de circulación, instalaciones de carga rápida de 400 kW y, al menos una de 150 kW.

Cargadores eléctricos en 15.000 km de carreteras españolas en 2035

Dos años después, para finales de 2027, deberá elevar la potencia de los cargadores rápidos hasta los 600 kW y acometer la expansión a todas las carreteras, creando una red de carga integral. Para las carreteras de menor densidad de tráfico, los cargadores deberán encontrarse a la misma distancia, pero la potencia de los más rápidos será de 300 kW. El objetivo es que, en 2035, todos los países dispongan de puntos de carga con una potencia máxima de 600 kW, y de una red de carga diferenciada para turismos y camiones, siendo la descrita la de los coches, ya que para los segundos entre las zonas de carga mediarán 120 kilómetros.

España solamente podría dedicar una electrolinera para coches eléctricos en ambos sentidos de circulación de los dos grandes corredores -Atlántico que, en parte discurre por Portugal, y Mediterráneo- si el tráfico medio diario en un determinado tramo de ruta es inferior a 8.500 vehículos. Incluso, ampliar la distancia de 60 a 100 kilómetros si el tráfico medio diario de una vía es inferior a 3.000 coches. Pero ya puede ponerse las pilas, porque el tiempo apremia.