La UE recapacita, rebajará la exigente norma Euro 7 que ahoga a las marcas de coches

El máximo responsable de BMW y Carlos Tavares de Stellantis, han sido las voces más críticas en los últimos meses contra la decisión de la Unión Europea y su famosa norma de contaminación Euro 7. Los altos cargos han venido solicitando a la Comisión de Transporte de Bruselas una revisión de los exigentes límites de emisiones de CO2 y otras partículas previstas. Un choque de trenes que ya ha tenido una importante consecuencia.

El organismo ha decidido dar marcha atrás en la aprobación de la norma, y proceder a una exhaustiva revisión de los nuevos estándares, apuntando especialmente «después de evaluar la actual situación económica y geopolítica que ha provocado un importante aumento de los precios de la energía y las materias primas». Pero también ha pesado mucho la decisión de los fabricantes de no invertir en nuevas tecnologías de combustión para coches nuevos, teniendo en cuenta su transformación en marcas de coches eléctricas en pocos años.

Los PHEV se seguirán beneficiándose de la Euro 6d

Los fabricantes llevan años apuntando que no pueden cumplir con esos exigentes límites y mantener precios competitivos, algo imposible en los modelos más pequeños del mercado, viéndose abocados a dejar de ofrecer versiones mecánicas, en el mejor de los casos pues de lo contrario una gran mayoría de modelos populares se convertirían en inaccesibles.

Según un medio especializado, que dice haber accedido al nuevo borrador de la Euro 7, la Comisión de Transporte apuesta por suavizar los límites de emisiones de coches y furgonetas, que no son de CO2, al mismo nivel que los actualmente vigentes para los modelos de gasolina Euro 6d. Una norma que los fabricantes ya consideran suficientemente estricta, lo cual no quita que la revisión incluya cuestiones intocables como límites más duros para las emisiones de los ciclomotores, camiones y autobuses, además de la gran novedad: las partículas generadas por los frenos.

Medida que no tiene a los fabricantes en contra y que ya celebran que hayan sido escuchados. Sin embargo, no podrán cantar victoria hasta el próximo 9 de noviembre cuando se haga oficial la nueva legislación y, por supuesto, no llueve nunca a gusto de todos. Los responsables del organismo independiente «Transport & Environment» no han esperado mucho tiempo para declararse totalmente opuestos a esta concesión a las marcas de coches. Su portavoz Anna Krajinska ya ha señalado que «la UE se ha plegado a los fabricantes, contribuyendo a priorizar las ganancias corporativas en lugar de la salud de las personas».