Enésimo tirón de orejas para la UE. Los coches de gasolina y diésel homologan consumos y emisiones demasiado desviados, los de lujo en el punto de mira

La Unión Europea ha recibido un tirón de orejas desde uno de sus propios organismos por las importantes lagunas que presenta el método de prueba y certificación de consumos y emisiones contaminantes de los coches nuevos. El ciclo WLTP llegó para poner fin a las disparatadas prestaciones que los fabricantes homologaban en sus modelos, sin considerar ni los equipamientos opcionales ni otras circunstancias propias del tráfico en la vida real, mostrando cifras imposibles de cumplir por los propietarios.

Cuando se estrenó el WLTP, ya se sabía que no era lo suficientemente fiable, pero se pasó por alto porque mostraba una mayor transparencia. Las sucesivas normas de emisiones se han ido encargando de que las marcas se hayan ajustado a límites más precisos. Pero los datos aportados por los servicios oficiales de las marcas, que se han estado enviando al Tribunal de Cuentas Europeo, y que éste ha auditado, ha demostrado unos valores muy alejados de la realidad.

Los gasolina y diésel arrojan consumos y emisiones más altos

Si hace unos días se conocía la realidad de los híbridos enchufables, ahora es público que la desviación supera el 20 por ciento en los coches de gasolina y diésel. Así lo ha demostrado el profundo análisis de los datos suministrados por el dispositivo de seguimiento del consumo de combustible a bordo (OBFCM) instalado a bordo de todos los coches matriculados a partir de 2021 y de las furgonetas ligeras -las pequeñas- desde 2022.

Según los datos aportados en el informe del Tribunal de Cuentas, se ha observado una diferencia media observada entre las emisiones de CO2 y el consumo de combustible de los coches nuevos entre el mundo real y la homologación oficial de un 23,7 por ciento en los coches de gasolina y un 18,1 por ciento en los diésel. En el consumo, se refiere a entre un litro y litro y medio de más, mientras que en las emisiones supone entre 28 y 35 g/km más de lo que debieran ser. Y son los SUV los que más se desvían.

Las marcas tendrán que implicarse más en los coches eléctricos

Europa ya ha tomado cartas en el asunto. Una de las medidas es cambiar el sistema de cálculo de las emisiones de los híbridos enchufables que entrará en vigor el próximo año, con una segunda medida que apuesta más por los coches eléctricos, alentando a la Unión Europea a apostar por una infraestructura de carga a la altura. La tercera medida es más complicada, pues se basa en la necesidad de hacer más baratos los coches eléctricos, y esto es una parcela de las marcas, no de Bruselas, que tendrá que lidiar con los fabricantes para conseguir el objetivo.