La Unión Europea controlará las emisiones en tiempo real, híbridos enchufables incluidos

En 2021, la Unión Europea obliga a todos los fabricantes a monitorizar el consumo de combustible de los coches nuevos y enviar los datos a la comisión europea de transporte. Los híbridos enchufables, hasta ahora exentos de esta monitorización, también se incluyen, lo que puede tener consecuencias importantes, no solo para los fabricantes, sino también para los propietarios.

La Unión Europea controlará las emisiones en tiempo real, híbridos enchufables incluidos
La Unión Europea monitoriza los consumos de combustible en tiempo real de los coches, desde 2021

5 min. lectura

Publicado: 14/09/2020 20:00

Todos los coches nuevos fabricados desde el 1 de enero de 2021 enviarán los datos de consumo de combustible a un centro de datos en Bruselas. El objetivo es controlar las prestaciones de forma completamente anónima y de la que ni nos daremos cuenta. Pero la norma de la Unión Europea para supervisar el consumo de combustible real también incluye los datos de distancia recorrida y la velocidad de conducción, a lo largo de la vida útil del vehículo.

La nueva regulación, por ahora, se refiere solamente a los vehículos alimentados con gasolina, diésel, etanol y electricidad, dejando fuera a los de GLP y el GNC. Aunque es significativo, más lo es el hecho de que meta en el saco a los híbridos enchufables que hasta ahora no estaban siendo monitorizados; concretamente, se refiere a los que dispongan de un motor de combustión, un eléctrico y una batería recargable externamente.

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La cuestión es que la Unión Europea ya ha dado con la tecla para controlar a los fabricantes evitando más escándalos de emisiones. De hecho, desde la Unión Europea se dice que este sistema permitirá saber, primero, el consumo real y segundo, las emisiones y, si por ende, las marcas están por reducir las emisiones de CO2. De hecho, este dato es muy importante para Europa, porque se utilizará para establecer las emisiones promedio de la flota de cada fabricante.

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El hecho de que la Unión Europea obligue a las marcas a implantar el software y el hardware necesarios para el almacenamiento de los datos -durante toda la vida útil del vehículo- y su transmisión automática, es un arma de doble filo para cualquier marca, que debe asegurarse que no existan desviaciones significativas en los consumos, ya que con datos reales incurrir en una gran sanción económica es una posibilidad más que real.

Desviaciones importantes en las cifras de consumo abre la puerta a grandes sanciones con datos reales. En los híbridos enchufables, los propietarios pueden ser los grandes perjudicados

Respecto a las desviaciones, los fabricantes apuntan que un valor mayor puede deberse al estilo de conducción del propietario, lo que la Unión Europea admite, y matiza que se refieren a desviaciones que sean muy significativas.

El gran problema lo tienen los híbridos casi más que los de combustión, ya que el hecho de conocer el consumo real en cada trayecto abre la puerta a otras consecuencias.

Los híbridos enchufables homologan consumos medios de entre uno y 2 l/100 km, siempre y cuando se recarguen en una toma de corriente, utilizando la energía almacenada en la batería, ya que el consumo homologado no se calcula con la electricidad antes de cada viaje. Hacer un uso indebido supone multiplicar por hasta 10 veces el consumo medio, equiparándose a un motor de gasolina de grandes prestaciones.

Así, el verdadero objetivo es que los clientes se acostumbren a recargar la batería para poder desplazarse en modo completamente eléctrico, ya que se viene detectando que pocos clientes lo hacen. De hecho, fuentes de Audi apuntan que los clientes que han alquilado uno de sus modelos híbridos enchufables apenas los han recargado o ni siquiera lo han hecho.

Esto supone un importante problema para los propietarios de híbridos enchufables que no recargan, abriendo la puerta a que la Unión Europea desarrolle impuestos personales cumpliendo tajantemente el principio de que «quien más CO2 emite, más paga». En cierto modo, los fabricantes no son responsables de la actitud de los clientes, conocedores de que deben recargar la batería externamente sí o sí. Este ha sido el principal argumento que las marcas han utilizado para hacer que el coche arranque obligatoriamente en modo eléctrico y que solo cuando no dispongan de energía se conecte el motor de combustión, pero que no sirve de nada.

Fuente: Focus.de

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