La Unión Europea pone fecha límite a los coches de combustión: 2035
El vehículo eléctrico ya es una realidad y es cuestión de tiempo que se convierta en la opción elegida por todos los conductores. De hecho, la Unión Europea ha dado un paso trascendental al prohibir la venta de coches dotados de motor de combustión en 2035.
9 min. lectura
Publicado: 28/11/2022 16:00
Hace 10 años, la industria del motor se preguntaba si era recomendable apostar por el coche eléctrico o dicha tecnología carecía de recorrido suficiente como para convertirse en una alternativa de movilidad sólida y razonable.
Los años han pasado y ahora las dudas sobre cuál es el camino a seguir en la industria del motor se han disipado. En ello ha tenido mucho que ver que la tecnología haya evolucionado y madurado, lo que ha permitido que el coche eléctrico se asiente en el mercado y cada vez sea mayor la oferta y la demanda de este tipo de vehículos.
En 2030 los coches nuevos deberán emitir un 55 % menos de gases y partículas contaminantes
Paralelamente, los servicios asociados al vehículo personal se han adaptado a los tiempos, encontrando actualmente seguros de coche, tarifas eléctricas, servicios de renting e incluso talleres mecánicos para coches eléctricos. Las aseguradoras comienzan a aglutinar algunos de estos servicios con pólizas específicas para vehículos eléctricos (desde terceros a seguros a todo riesgo).
La Unión Europea, motor del cambio
Si bien el coche eléctrico ha evolucionado notablemente en los últimos años, convirtiéndose en una tecnología lo suficientemente fiable y racional como para encontrar su hueco en el mercado, no podemos obviar el papel que las políticas e iniciativas de las administraciones públicas han tenido en su expansión.
Tras un largo proceso, el Consejo de la Unión Europea votó finalmente el pasado mes de octubre prohibir los coches de combustión en su territorio a partir de 2035. Dicha medida afectará no sólo a los vehículos con motor de gasolina y diésel, sino a cualquier modelo que incorpore un motor de combustión, como es el caso de los híbridos (HEV) e híbridos enchufables (PHEV).
Esta es la culminación de una postura política que, poco a poco, ha ido dejando claro a la industria del automóvil que es necesario acometer una transición completa y plena hacia el coche de cero emisiones. No en vano, son muchos los fabricantes que ya confirmaron hace tiempo sus planes para dejar de fabricar vehículos térmicos.
A consecuencia de ello, los fabricantes llevan tiempo invirtiendo en grandes infraestructuras que permitan una transformación efectiva que acompañe a la progresiva ampliación de la oferta de vehículos eléctricos en el mercado. Una oferta que, a día de hoy, ya es muy variada y extensa, y que acabará convirtiéndose en la única opción disponible.
Cómo afecta la prohibición del coche térmico en 2035
En la práctica, la Unión Europea ha prohibido la venta de turismos y furgonetas nuevos impulsados parcial o totalmente por motores de combustión, ya sean alimentados con gasolina, gasóleo o gas.
Ese será el último paso de un proceso escalonado que hará efectiva la paulatina reducción de las emisiones en este tipo de vehículos. Así, en 2030 los coches nuevos deberán emitir un 55 % menos de gases y partículas contaminantes con respecto a los límites fijados en la actualidad.
Ahora bien, no podemos obviar la llamada ‘enmienda Ferrari’ o el resquicio que podría permitir sobrevivir a los coches con motor de combustión a través de la utilización de combustibles sintéticos.
La primera es una exclusión de cumplir la normativa a los fabricantes que produzcan menos de 10.000 unidades anuales. En concreto, dichas marcas deberán presentar una solicitud de exención de las cuotas de emisiones de dióxido de carbono (CO₂) impuestas por la Unión Europea. Entre las potenciales marcas afectadas encontraríamos a Ferrari, Alpine, Lamborghini o Rolls-Royce, entre otras. De momento, el texto aprobado convierte esta prórroga en una exención de sólo 12 meses más con respecto al resto de fabricantes.
En cuanto a los combustibles sintéticos, el nuevo documento de conciliación aprobado incluye un epígrafe no vinculante que hace referencia al uso de este tipo de carburante como vía alternativa hacia un mismo resultado final: balance cero de emisiones de carbono.
Finalmente, cabe destacar que la futura implantación de esta ley no prohibirá circular a los coches de combustión vendidos y usados antes del 1 de enero de 2035, únicamente afectará a los coches nuevos comercializados a partir de dicha fecha.
El paso intermedio, la norma Euro 7
Todo ello llegará en 2035, pero antes la Unión Europea debe hacer efectiva una nueva normativa de emisiones: la llamada Euro 7 que debe entrar en vigor el 1 de julio de 2025.
El borrador de la normativa Euro 7 fue presentado por la Comisión de Transporte de la Unión Europea a primeros de noviembre. Dicho borrador detalla los criterios medioambientales de homologación de vehículos nuevos. Estos no afectarán sólo a los turismos y vehículos comerciales ligeros de combustión, sino también a los vehículos pesados e incluso a los eléctricos.
En líneas generales, las emisiones de nitrógeno (NOx) no podrán superar los 60 mg/km. Respecto a la normativa Euro 6 actualmente vigente, esto supone la obligación de reducir las emisiones de NOx en un 35 % en los coches y furgonetas, así como un 56 % en camiones y autobuses. En cuanto a las partículas volátiles, la reducción deberá ser de un 13 y 27 % respectivamente.
Además, se introducirán nuevos criterios de homologación que afectarán a todos los vehículos, y que serán incluso más severos en los eléctricos. Hablamos de los referentes a las partículas generadas por los frenos. En concreto, los vehículos cero emisiones no podrán superar los 7 mg/km de partículas finas.
También se controlará la calidad de las baterías de los coches eléctricos. Según el mencionado borrador, estas deberán conservar al menos el 80 % de su capacidad tras 5 años o 100.000 kilómetros, así como el 70 % tras 8 años y 160.000 kilómetros. De igual modo, se establecerán limitaciones en lo relativo al cambio de baterías durante la vida útil del vehículo.
Todo ello con un objetivo en mente: propiciar un transporte sostenible y limpio que contribuya a la descarbonización del planeta y a la ralentización del cambio climático.
Fotos: Freepik