La Unión Europea estudia una severa norma Euro 8 para 2035 y eliminar la combustión
A mediados del pasado mes de julio, la Unión Europea anunció su propuesta de abandonar la venta de coches de combustión e híbridos en 2035, obligando a los fabricantes a solo eléctricos. La gran mayoría de marcas han señalado ya un año concreto en el que cambiarán su negocio, mientras otros piden un retraso. Uno de los comisarios apuesta por mantener la combustión con más impuestos.
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Publicado: 08/09/2021 20:00
En la Unión Europea no terminan de aclararse, al mismo tiempo que los fabricantes están empezando a pedir retrasos en la aprobación de año que supondrá el abandono definitivo de la combustión. La propuesta de los países comunitarios se ha centrado en el año 2035, aunque todavía no es definitiva. Mientras que algunos de los grandes fabricantes ya han señalado el año concreto -entre 2024 y 2030- para el cambio de modelo, muchos otros piden un retraso mayor.
Algo que está por ver y que, por ahora, no hay respuesta, puesto que no se ha votado el año definitivo. Y es que el hecho de cargarse la combustión, implica también hacerlo con los híbridos y los enchufables, éstos últimos los que rebajan generosamente las cifras de emisiones. A ello se suma que no todos los europeos pueden acceder a un coche eléctrico si su precio sigue la misma línea que la de los modelos actuales, la ausencia de puntos de recarga o el estado de capacidad en las líneas eléctricas de los países. Es un cúmulo que hace una pelota cada vez más grande.
Impuestos por emisiones de CO2 en 2035, la propuesta para obligar al cambio a un coche eléctrico
Aún así, no hay esperanzas de pasos atrás. La Unión Europea considera todavía posible una norma Euro 8, que entraría en vigor en 2035 y que supondría la reducción del 100% en las emisiones promedio de CO2 en los coches nuevos, por lo que la votación del año de cese de emisiones casi que no tendría valor alguno. Un importate salto si tenemos en cuenta que la Euro 7 supondrá una rebaja de las emisiones hasta un 37,5% y del 60% para 2030.
Frans Timmermans, Vicepresidente de política ecológica de la Comisión Europea, ha añadido también su grano de arena. El holandés es uno de los que más fuertes está apostando por los coches eléctricos en Europa, y por una infraestructura de recarga a la altura apuntando a la necesidad de construir una gran red a distancias razonables de los centros de trabajo y de las residencias. Algo lógico teniendo en cuenta la imposición del coche eléctrico, pero también que Francia, Países Bajo y Alemania concentran el 70% de los puntos de carga rápida en Europa.
El granito de arena de Timmermans no hace más que empeorar las cosas, pues consciente de que no todos los europeos llegarán a 2025 con un coche completamente eléctrico, propone que los propietarios de coches con motor de combustión paguen un impuesto adicional por tramos dependiendo de las emisiones de sus coches. Algo no solo desconcertante, sino también un peligro, ya que los fabricantes lograrían su propósito de retrasar el cese de la combustión teniendo en cuenta que ellos no se someterían a tal impuesto. Los paquetes de ayudas, y una reducción del precio de los eléctricos, serán la única solución posible para llegar a 2035 con un alto número de coches eléctricos.
Fuente: Financial Times