Las claves de la velocidad más limitada en los coches eléctricos
La velocidad máxima de los coches ha sido una cuestión muy discutida en los últimos años. Algunos fabricantes han optado por limitarla de fábrica, impidiendo superarla. Pero en los coches eléctricos es mucho más baja que en un modelo de combustión, algo que sorprende y que tiene explicación.
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Publicado: 17/12/2021 19:00
La velocidad máxima de los coches ya no es una cuestión de importancia como lo podía ser hace unos años. Ahora importan mucho más otros factores a la hora de comprar coche, pero en el caso de los eléctricos, muchos se preguntan por qué existe tanta diferencia comparado con un equivalente de combustión. Amén de que hay muchos ejemplos, uno muy destacado es el del Porsche Taycan, cuya velocidad punta debería ser igual, o superior a la de un Panamera.
Lo cierto es que están mucho más limitados, alcanzando los 160 o 180 km/h en la gran mayoría, y en el caso de la berlina deportiva alemana hasta los 220 km/h, aunque también dispone de un paquete que eleva esta cifra hasta los 250 km/h, cuando podría superarla fácilmente. Una pregunta que para muchos no tiene una respuesta, y que se limita al gran peso de la batería. Es cierto que es un lastre importante, pero hay más detrás de esta limitación.
En los coches eléctricos, la velocidad máxima no es una clave
Una de las ventajas de los eléctricos es que no son coches lentos, sino todo lo contrario, especialmente en aceleración, con toda la potencia y par motor disponible a golpe del pedal del acelerador. La cuestión se encuentra en la caja de cambios, y en un motor que es capaz de ofrecer un régimen de giro tan rápido como para duplicar el de un motor de combustión, alcanzando las 12.000 rpm. Los eléctricos disponen de una transmisión automática de una o dos velocidades, pero sin interferencia alguna del conductor sobre ella.
En los modelos de una sola velocidad, ésta equivale a la quinta de un motor de combustión. El sistema cuenta con un software que regula el control de la energía, no necesitando de varias relaciones de cambio para escalonar el régimen del motor y así aumentar la velocidad. De hecho, solo tienen una relación de transmisión y es más amplia, por lo que al funcionar por principios electromagnéticos, es más fácil controlar la dosificación de la energía.
Incluso, tampoco disponen de marcha atrás, sino que es un inversor de corriente el que se encarga de esta función. El verdadero propósito de un eléctrico es ahorrar energía al máximo nivel posible, y no solo es cuestión de la gestión de la energía de la batería, del estilo de conducción. Los fabricantes apuestan más por una aceleración más potente y rápida, que usa en contadas ocasiones, que mantener una velocidad de crucero más elevada.