Velocidad máxima, ¿puede ser insegura, o es al revés?
La limitación de velocidad, antes de llegar legalmente, fue mecánica. Ahora, que la mecánica ha superado en mucho a la legalidad, la limitación empieza a imponerse de forma electrónica, bien de forma voluntaria o mediante la emisión de multas automáticas con radares.
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Publicado: 26/12/2016 21:00
Hasta mediados de los 70-80 los turismos que circulaban por España -y buena parte del mundo- normalmente no tenían una velocidad máxima muy superior a la legal. Fue a raíz de la crisis del petróleo cuando España adoptó un límite de velocidad de 100 km/h, y a principios de los 80 se estableció en 120 km/h por motivos energéticos y de seguridad.
Actualmente el límite máximo en España es de 130 km/h, pero no se aplica
En la actualidad los coches suelen tener puntas muy por encima de lo que el conductor va a alcanzar en el día a día. Los compactos y utilitarios de 100 CV rondan los 180-200 km/h. Por encima de esas cifras, en España se comete un delito. En otras palabras, sobra velocidad punta en los coches actuales, salvo en sitios muy puntuales como las Autobahnen alemanas.
Primero vino la contramedida del limitador voluntario de velocidad, que evita que el conductor sobrepase sin darse cuenta una velocidad programada, o un avisador que haga lo mismo pero no corte la aceleración. Estos sistemas son siempre voluntarios, y el conductor decide. La inmensa mayoría de los coches, salvo en modelos muy exclusivos, no sobrepasa los 250 km/h por limitación electrónica.
Según se acerca la era de la conducción autónoma, los fabricantes están programando los coches para cumplir la normativa vial, es decir, circularán como máximo a los límites impuestos por las señales. Si consideramos constante la densidad del tráfico, esto hará que de media la gente circule un poco más despacio.
En las primeras versiones del Autopilot de Tesla, los conductores podían programar una velocidad por encima del límite legal. En una revisión posterior se permitió exceder el límite en 5 millas/hora (casi 8 km/h), y en la última actualización eso solo podrá hacerse en autovías. En otras carreteras los coches respetarán los límites máximos.
Hay quien piensa que puede ser malo para la seguridad vial que no se pueda circular más rápido si el conductor lo desea. Técnicamente se sigue pudiendo hacer, solo que con control manual. Aunque el fabricante no responda por lo que hagan sus coches en modo automático -el responsable es el conductor- no resulta mala idea que los coches cumplan con las normas. Para eso se pusieron, ¿verdad?
Imaginemos esta situación. Un coche autónomo o semiautónomo se pone a cumplir el límite de una carretera en un entorno donde los conductores humanos no suelen respetarlo. Si ese coche pasa de una zona de límite x a uno inferior, tendrá que decelerar, incluso utilizar los frenos. Ese puede ser un punto de conflicto, los que respetan las normas frente a los que no.
Los estudios sobre velocidad consideran que es más peligroso que haya muchos vehículos con diferentes velocidades. En un escenario en que la velocidad es homogénea, hay mayor seguridad. La velocidad, en sí, es inofensiva. Solo implica un problema en combinación con otra cosa, como una distracción, una salida de vía o una colisión.
Tenemos otro ejemplo en el limitador inteligente de velocidad de Ford, que cuando capta señales de tráfico que informan de una limitación inferior a la que se circula, el coche pierde velocidad hasta cumplir con la señal. De esta forma se pueden evitar sanciones por no respetar una limitación que no se ha visto o que no se habría respetado en modo manual.
Los límites de velocidad son una convención normativa, pensando en usuarios muy distintos para cada vía. Su cumplimiento se va a ir mejorando por un lado por las medidas represivas -radares y controles de velocidad de tramo- y por otro porque los coches que conducen de forma autónoma y semiautónoma van a respetarlos.
A veces parece que olvidamos que, si todos los usuarios de la carretera cumpliesen las normas, la circulación sería mucho más segura. Imaginemos qué pasaría si nadie viajase sin cinturón o sin casco, si nadie se saltase un STOP, si se respetasen las limitaciones de velocidad, intermitentes, prioridades de paso, etc. Suena a menos libertad, pero colectivamente vamos a salir ganando.
Cada vez más, la velocidad máxima de un coche será un dato más comparativo que práctico. Incluso en más de un circuito puede ser un dato irrelevante si no hay suficiente recta para alcanzarla. Hubo una época en la que los coches corrían más de lo necesario y solo dependía del conductor que no fuese así. Esa época es la actual, y está comenzando su declive.