Viajar en coche durante la ola de calor: precauciones y posibles averías
Las vacaciones de verano concentran millones de desplazamientos de largo recorrido en las carreteras españolas, pero el calor no es algo que podamos ignorar. No sólo por el efecto que puede tener en nosotros como conductores, sino también en el comportamiento y la mecánica del coche.
El calor nos permite hacer muchas cosas que no podemos hacer durante otras épocas del año. Y el verano suele ser sinónimo de vacaciones. Todo junto hace que en los meses más calurosos se produzcan más desplazamientos en coche, sobre todo de largo recorrido a destinos vacacionales.
Pero el verano en España incluye inevitablemente soportar temperaturas superiores a 30 ºC y, de vez en cuando, olas de calor que llevan los termómetros hasta los 40 ºC en muchas partes del país. Esto no sólo es molesto para nosotros, sino que durante un viaje nos puede complicar mucho la vida si no nos preparamos adecuadamente.
Lo mismo vale para el coche en el que viajemos, que tendrá que hacer frente a temperaturas altísimas y a una exigencia mecánica igualmente extrema en todos sus componentes, tanto si el trayecto se desarrolla por autovía (altas velocidades sostenidas en el tiempo) como por carreteras secundarias (aceleraciones y frenadas, cambios de dirección, irregularidades).
Preparar el coche para la ola de calor
Comenzamos con los consejos que podemos darte para reducir al mínimo las opciones de sufrir una avería en tu coche si vas a viajar durante una ola de calor.
Como bien sabes, si bien en verano las temperaturas son altas de por sí, durante una ola de calor estas se convierten en extremas, por lo que cualquier componente de tu vehículo que no esté en buen estado puede fallar.
Revisar niveles
Como en cualquier viaje, mirar los niveles del coche es vital para evitar sustos. Pero en este caso aún más y con especial atención al aceite y al líquido refrigerante, pues mantener bajo control la temperatura del motor es la base de cualquier viaje exitoso.
Durante el viaje, no sólo es probable que circules a alta velocidad durante bastante tiempo, lo que sin duda pone el motor al límite, sino que también puedes encontrarte con atascos que te obliguen a pararte con el motor encendido. En ese caso, la correcta lubricación y funcionamiento del sistema de refrigeración son lo único que evitará una avería.
CONSEJO MOTOR.ES
Si llevas el motor excesivamente bajo de vueltas, la bomba de agua moverá menor volumen de líquido y la refrigeración será menos efectiva. Para de inmediato si ves que la temperatura se dispara
En cualquier caso, no olvides revisar los siguientes niveles:
- Aceite
- Líquido refrigerante
- líquido de dirección
- Líquido de frenos
- Líquido de limpiaparabrisas
Aire acondicionado
No hace falta decirte lo importante que es tener aire acondicionado en el coche durante el verano. En España, la diferencia entre no tenerlo estriba básicamente entre sufrir lo indecible o viajar apaciblemente.
Pero si lo tienes y no te funciona, de poco sirve. Además, generalmente pasan muchos meses desde el último uso que le dimos el otoño o verano anterior, por lo que algunas cosas pueden fallar (especialmente las juntas de sellado del sistema).
Otro error que solemos cometer es apagar el motor del coche con el aire acondicionado encendido. Esto provoca una parada brusca en el compresor, lo que genera un estrés innecesario que a la larga provocará averías. Primero apaga el aire acondicionado y luego el motor.
Así las cosas, comprueba que enfría adecuadamente y no te pierdas este artículo en el que te contamos las claves para tenerlo en buen estado. Y no olvides sustituir o limpiar el filtro del habitáculo para evitar alergias o pérdida de potencia de enfriamiento.
Los neumáticos y los frenos
Los neumáticos sufren mucho en verano y más en los viajes. Aguantan muchos kilómetros y más peso de lo normal a altas temperaturas, por lo que es vital:
- Mantener la presión adecuada
- Comprobar que no hay abolladuras, cortes o defectos que generen reventones al subir la presión por el calor
- Evitar impactos fuertes con baches, socavones, bordillos, etc
En cuanto a los frenos, y obviando el hecho de que deben estar en buen estado, el principal problema nos lo podemos encontrar si viajamos por puertos de montaña, ya que un uso severo puede provocar el temido fading. Tenlo en cuenta si vas a conducir bajando un puerto con muchas curvas.
El turbo
Finalizamos con un truco muy importante para la durabilidad de los coches con motor turboalimentado, que suelen ser la mayoría en la actualidad.
En realidad el problema que se puede presentar es similar al del compresor del aire acondicionado y es un consejo que te damos para todo el año, no sólo durante el verano.
El turbo incorpora una turbina que gira a altísima velocidad para insuflar aire a presión en el motor. En muchos casos hablamos de 100.000 revoluciones por minuto, por lo que el calor que se genera es muy elevado.
Si apagamos el motor nada más detenernos tras mucho tiempo conduciendo a alta velocidad (y el turbo funcionando), provocaremos una parada brusca de la turbina y no habremos dado tiempo a que el calor se disipe. Esto, con el tiempo, es una avería segura y mucho dinero en reparación.
Para evitarlo, basta con mantener el motor encendido al ralentí durante 30 segundos o un minuto antes de apagar el motor. De ese modo, la turbina se detiene por completo y el calor se disipa en parte, evitando así un sobreesfuerzo innecesario.
Conducir cómodamente durante la ola de calor
Ya hemos repasado los principales puntos a tener en cuenta a la hora de viajar durante una ola de calor desde el punto de vista mecánico.
Pero también es imprescindible que tú, como conductor, estés en las mejores condiciones posibles para maximizar tus capacidades y atención al volante. Vamos a ver algunos consejos al respecto.
La hora del viaje y el habitáculo
No cabe duda de que de la hora del día a la que viajes dependerá mucho la temperatura que te encuentres y también el nivel de cansancio que tengas.
Si viajas por la noche, la temperatura será muy llevadera para ti y tu vehículo, pero quizá estés demasiado cansado o tu vista te haga conducir más inseguro. En el caso de hacerlo, te recomendamos que leas este artículo en el que analizamos cómo viajar seguro durante la noche.
Independientemente de eso, intenta evitar las horas más calurosas del día (entre las 15 y las 19 horas) y, sobre todo justo después de comer o cuando normalmente te echas la siesta, si es que lo haces. En ese momento, y de manera casi inevitable, te sentirás más pesado y somnoliento.
En cuanto al habitáculo, mantén una temperatura de entre 21 y 23 ºC para no pasar calor y evita en la medida de lo posible llevar carga que te incomode, reste visibilidad o pueda ser peligrosa en caso de frenazo o accidente.
Las ventanillas, bajadas en cuanto el aire acondicionado comience a enfriar para evitar que entre el calor, consumir más combustible y que entren insectos u otros elementos presentes en la carretera.
Gafas de sol, calzado y ropa
Es muy importante viajar cómodo, por lo que te aconsejamos que elijas ropa cómoda y fresca que te permita moverte con libertad y no te dé más calor del necesario. Con el calzado ocurre lo mismo, pero es muy importante que te sujete bien el pie para evitar situaciones inseguras porque se te escapa un pedal o algo parecido. Además, pueden multarte de no ser así.
Las gafas de sol también son importantes, especialmente si viajas durante el amanecer o el atardecer, cuando el sol aún está bajo y puede deslumbrarte. Durante las horas centrales del día también contribuirá a que tus ojos se cansen menos al reducir la intensidad lumínica del sol.
Comida, bebida y descanso
Ya lo hemos anticipado antes, pero lo repetimos: evita comidas copiosas o incluso viajar tras la comida del mediodía. Mejor algo ligero que no te cargue el estómago y te provoque somnolencia.
Lleva bebidas frescas para hidratarte con regularidad e intenta programar paradas para descansar si el viaje es muy largo. No olvides que la recomendación siempre habla de hacerlo cada dos horas o 200 kilómetros. No sólo nos permite descansar, sino estirar las piernas, la espalda, etc.
La postura de conducción
Por último, aunque no menos importante, cuida la postura de conducción para evitar cansancio excesivo o dolores con el paso de los kilómetros.
ya sabes que es importante mantener la distancia adecuada en relación al volante (muñecas sobre el aro al estirar por completo los brazos) para no fatigarnos de más y mantener la agilidad en los movimientos, así como elegir una inclinación del respaldo razonable, ni muy erguida ni excesivamente tumbada.
Finalmente, el reposacabezas debe permitirnos apoyar la cabeza en su centro y el anclaje superior del cinturón de seguridad en el pilar central del coche debe situarse a la altura de nuestros ojos.
Con todos estos consejos, tendrás todas las papeletas para completar tu viaje sin inconvenientes durante la ola de calor. Eso sí, ya sabes que la atención y precaución lo son todo en la carretera, no lo olvides nunca.