IndyCar[Vídeo] Indy 2011: Hildebrand, el sueño que saltó en pedazos
Nueve pilotos han conseguido ganar las 500 Millas de Indianápolis a la primera. J. R. Hildebrand debería haber sido el décimo, pero en 2011, a menos de un kilómetro para el final, chocó contra el muro de la curva 4 y se quedó sin un triunfo que parecía cantado.
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Publicado: 27/04/2017 11:00
Pocas veces tuvo más sentido ese lugar común del automovilismo que dice que la carrera no está ganada hasta que ondea la bandera a cuadros. En las 500 Millas de Indianápolis de 2011, el debutante J. R. Hildebrand estaba a punto de lograr una victoria tan sensacional como sorprendente para entrar así en la leyenda del Brickyard. Pero en la última vuelta, cuando contaba con una más que suficiente ventaja sobre el malogrado Dan Wheldon, su sueño se esfumó contra el muro de la última curva.
Hildebrand, que por entonces contaba 23 años, había sido campeón de Indy Lights en 2009 y se estrenó en las IndyCar Series al año siguiente con dos carreras con el equipo Dreyer & Reinbold. Para 2011, fue fichado por Panther Racing. Sus resultados en las cuatro carreras previas a la gran cita de la temporada no fueron especialmente destacados, pero se hizo con una meritoria decimosegunda plaza en la parrilla de las 500 Millas de Indianápolis. Siempre se mantuvo en la vuelta del líder, y llegó a encabezar las posiciones entre las vueltas 100 y 103 y, más tarde, en la 138.
Hildebrand, que había efectuado su último repostaje a 36 vueltas del final, llegó a los diez últimos giros en tercera plaza, por detrás de Bertrand Baguette y Dario Franchitti. El belga tuvo que pasar por boxes a tres vueltas del final y el escocés, con problemas de consumo, redujo su ritmo. Y así J. R. se encontró en cabeza con dos giros por completar. Su ventaja sobre Dan Wheldon era más que suficiente si no sucedía nada extraño.
Pero sucedió. Al encarar la última curva, Hildebrand se encontró con el coche de Charlie Kimball, que circulaba más lento. Al rebasarle por el exterior, se fue a la zona sucia y no pudo evitar que su Dallara-Honda chocara lateralmente contra el muro. El impulso le permitió llegar hasta la meta privado de dirección y sobre tres ruedas, pero para entonces ya había sido rebasado por un seguramente incrédulo Wheldon.
Hildebrand, evidentemente, fue designado novato del año. Pero jamás esa distinción tuvo un sabor más amargo.
Fotos: Wikimedia Commons