«La visión ideológica ha fracasado». Pánico en Europa con el coche eléctrico, y la prohibición de 2035 en duda
Italia ha solicitado a la Unión Europea que se piense muy bien si sigue adelante con la ley que prohibirá los motores de combustión en 2035. La causa es la creciente preocupación que está generando el mercado de coches eléctricos.
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Publicado: 09/09/2024 11:10
Hace unos años, Europa decidió que se había convertido en necesidad crear políticas medioambientales de descarbonización del planeta. Y uno de los principales focos de esta urgencia apuntaba al transporte.
Pero, curiosamente, en ese amplio abanico en el que tienen cabida los grandes buques, las aeronaves comerciales y los trenes, las mayores exigencias se han aplicado al sector del transporte por carretera y, más aún, al vehículo privado.
«En un panorama incierto que está afectando a la industria automotriz alemana, necesitamos claridad para no dejar que la industria europea se derrumbe»
Como resultado de ello, la Unión Europea aprobó la prohibición de vender coches nuevos provistos de motores de combustión a partir de 2035. Esto, junto con un innegable cambio de percepción en la sociedad y el empuje de China a través de vehículos eléctricos competitivos en tecnología y precio, ha cambiado radicalmente la industria automotriz.
La apuesta por el coche eléctrico se tambalea
En esta década, la práctica totalidad de las marcas de automóviles se han comprometido a abandonar el motor de combustión. Muchas, de hecho, pretendían hacerlo antes de que llegara la fecha límite. Algunas ni siquiera tenían intención de esperar a la siguiente década.
Sin embargo, en los últimos meses las cosas han empezado a cambiar bastante, y cada vez son más las marcas que han anunciado una revisión de sus planes estratégicos de transición al coche eléctrico. A la baja, claro está.
Un ejemplo muy claro de todo esto es Volvo. La marca sueca ha sido una de las que más ha apostado por el coche eléctrico e incluso trazó un plan para abandonar por completo la combustión en 2030. Sin embargo, su director Jim Rowan ha definido a la perfección la situación actual.
«La transición completa a la electricidad llevará tiempo debido a las diferentes situaciones de los distintos mercados mundiales. Seguiremos invirtiendo en el desarrollo de propulsores híbridos enchufables y MHEV, ya que siguen siendo muy populares entre los clientes», reconoció.
Dicho de otro modo, el adiós a la gasolina no va a depender de las políticas gubernamentales, sino de los clientes. Y estos, de momento, no están preparados para una transición que se ha querido completar a una velocidad excesiva.
Italia pide una revisión de la ley a la Unión Europea
En este contexto, las autoridades italianas han pedido revisar el plan de la Unión Europea que prohíbe la venta de nuevos motores de combustión interna a partir de 2035.
El ministro de Energía de Italia, Gilberto Pichetto Fratin, calificó la medida de la UE como «absurda» y basada en una «visión ideológica», sugiriendo que la normativa debe adaptarse a las realidades del mercado y la desaceleración de la industria automotriz europea.
Por su parte, el ministro de Industria, Adolfo Urso, propuso adelantar a 2024 la evaluación intermedia prevista para 2026. Urso subrayó que, en medio de la incertidumbre que afecta a la industria automotriz alemana, es necesario actuar con «claridad» para evitar el colapso de la industria europea. Según él, «la visión ideológica ha fracasado», y Europa necesita adoptar un enfoque más pragmático.
La ley de la UE exige que los automóviles nuevos vendidos a partir de 2035 sean de cero emisiones de carbono, lo que prohibiría la venta de vehículos con combustibles fósiles, pero deja la puerta abierta a los combustibles sintéticos.
Sin embargo, el gobierno de Giorgia Meloni aboga por una transición más gradual y una mayor libertad para que los países elijan sus tecnologías de descarbonización. Aunque no se oponen a los vehículos eléctricos, las autoridades italianas consideran que deben formar parte de una combinación más amplia de sistemas de propulsión.
La coalición gobernante, liderada por Matteo Salvini, planea presentar una ley para que el gobierno revoque esta prohibición. Mientras tanto, fabricantes de automóviles europeos como Volkswagen, Renault y Stellantis, se enfrentan a crecientes dificultades debido al enfriamiento del mercado de vehículos eléctricos y la competencia de rivales chinos.
Oliver Blume, presidente ejecutivo de Volkswagen, señaló a Bild am Sonntag que «el pastel se ha vuelto más pequeño» con la reducción de las ventas en Europa y el aumento de nuevos competidores asiáticos. Volkswagen incluso está considerando cerrar fábricas en Alemania para reducir costes.
De manera similar, Stellantis planea recortar empleos, mientras que Renault advierte que los fabricantes podrían enfrentarse a multas de hasta 15.000 millones de euros si no cumplen con los objetivos climáticos de la UE.
Independientemente de si apostar por el coche eléctrico es lo adecuado o no, cada vez parece más evidente que la Europa se ha equivocado en su estrategia.
La razón es que no está acompañando la prohibición de 2035 con medidas que fortalezcan una industria que hasta hace poco tiempo era referente mundial y que va camino de hundirse a manos de China y Estados Unidos. ¿Reaccionará a tiempo?
Fuente: Europe Autonews