Los eléctricos de Volkswagen contarán con carga bidireccional en 2022

Una de las desventajas de la plataforma MEB de coches eléctricos del gigante alemán es que adolece de algunas tecnologías interesantes, como es la carga bidireccional. Un sistema que permite cargar la batería del vehículo y también devolver energía sobrante a la red o servir de generador de energía para alimentar un hogar ante un fallo en la red.

Esta tecnología se ofrece en el Nissan LEAF, y recientemente se ha estrenado a bordo de los nuevos surcoreanos de cero emisiones basados en la plataforma e-GMP. Mientras, los franceses del Rombo se encuentran inmersos en un proyecto piloto realizando ensayos de carga bidireccional, y los Volkswagen ID.3 e ID.4 dispondrán de la capacidad de devolver energía a la red, a partir de 2022. Es la intención de una Volkswagen que corre para ponerse a la altura de los máximos rivales.

La tecnología de carga bidireccional llegará a los eléctricos de Volkswagen en 2022

Una de las grandes novedades del reciente evento «Power Day», y una cuenta pendiente que la marca alemana tenía que resolver a la mayor brevedad, que ha confirmado Thomas Ulbrich, miembro de la junta de desarrollo técnico del Grupo Volkswagen, en unas declaraciones al diario alemán «Handelsblatt», al señalar que «Los prototipos están en la carretera, la preparación se encuentra ahora en la fase final».

Lo que se desconoce, por ahora, es si será una funcionalidad de serie o será un opcional, y si las unidades ya vendidas deben de pasar por los servicios oficiales para realizar alguna adaptación técnica, o solo será un equipamiento que se incluirá en una de las actualizaciones de software que la marca alemana ha señalado que ofrecerá cada tres meses, y de forma completamente inalámbrica.

Si bien la carga bidireccional es un equipamiento muy interesante, también es cierto que solamente es posible con las baterías de mayor capacidad y de mayor autonomía. Uno de los grandes problemas que hasta ahora no ha permitido expandir la tecnología es, por supuesto, el elevado precio de las baterías y, por otro lado, su vida útil. Y es que el mayor uso al que se somete el dispositivo genera pérdidas en la capacidad de almacenamiento, acelerando la posible degradación.

Fuente: Handelsblatt