El Volkswagen Gen.Urban es el último prototipo de la marca, un avance de la movilidad del futuro

Para muchos, la conducción es algo tedioso pero para otros tantos es todo lo contrario. Como todo en la vida. Este grupo es el más interesado en la conducción autónoma avanzada, esa en la que es el propio coche el que nos lleva a un destino sin tener que nuestras manos lleguen a tocar el volante.

Como máximo, introducir una dirección en el navegador y eso es algo que ya se puede hacer vía comandos vocales. Volkswagen es una de las marcas que más está apostando por esta tecnología, aunque no lo diga tan directamente para que no se le vuelva tampoco en su contra. Los alemanes han puesto en marcha un programa piloto para estudiar una nueva experiencia de conducción en los alrededores de la sede central de Wolfsburgo.

El Volkswagen Gen.Urban, un digno e imposible sucesor del ID.3

Y para lo que han desarrollado un prototipo de coche autónomo, el Gen.Urban, que, como es habitual a estas alturas, es eléctrico pero no se sumará a la gama de coches de cero emisiones del fabricante. Al menos, por ahora no está previsto que se transforme en un modelo de producción, a pesar de que su diseño es sumamente atractivo, y lo más parecido a un sustituto del ID.3.

Volkswagen estudia la implementación de una nueva forma forma de movilidad a largo plazo, un servicio de vehículos lanzadera tras solicitarlo a través de una aplicación móvil. Pero antes quiere saber de primera mano cómo los pasajeros sienten la conducción autónoma de nivel 4, si es una opción segura al tener en cuenta que el vehículo no dispone de volante ni pedales pero se ha de desenvolver en situaciones de tráfico real.

La otra cara de la conducción autónoma, la tecnología no amortizable

Las primeras pruebas contemplan un recorrido de ocho kilómetros que, por ahora, se trata de una ruta fija en la que dos criterios de seguridad han prevalecido: el ancho de la calle y el menor tráfico posible en sentido contrario, además de contar con la presencia de un conductor capacitado para tomar los mandos en cualquier momento. Los técnicos realizarán pruebas una media de tres días a la semana recorriendo hasta 80 kilómetros al día para recopilar la máxima información posible.

Michael Grote, director del proyecto de investigación de Gen. Urban, ha explicado que «Nuestros expertos también deberían experimentar el vehículo en tráfico real para desarrollar ideas sobre cómo, por ejemplo, se podría desarrollar aún más el diseño interior del automóvil sin volante». Una tecnología interesante a la que le queda un largo recorrido por delante para ser una realidad, si algún día llega a serlo porque barata no va a ser; al menos, para el gran público de masas y, por tanto, muy difícil de amortizar.