De concept a producción, así ha cambiado el futuro Volkswagen ID.2 en nueve meses que puedes ver en este revelador análisis

Está claro. Volkswagen ha estado jugando al despiste, dando una de cal y otra de arena desde que hace nueve meses se presentase el Volkswagen ID.2ALL. A los de Wolfsburgo les encanta estar en el candelero, así se genera mucha más atención sobre ellos, pero lo cierto es que el ansiado utilitario alemán no se retrasará, sino que está mucho más cerca de lo que parecía. Se cumplirán los plazos previstos para hacer su incursión en el mercado de los coches eléctricos más pequeños con un precio de partida de 25.000 euros.

Un tiempo que ha sido bien aprovechado. El vistazo que ahora puedes echar al prototipo camuflado del Volkswagen ID.2 es patente clara de que se ha invertido el tiempo al milímetro, con importantes detalles a pesar de presentarse camuflado en un evento especial celebrado en Copenhague. Este nuevo vistazo permite ver mucho más al compararlo con el estudio de diseño, que solo mostró lo que a la marca le interesaba: medir la aceptación por parte de la prensa y de los interesados.

La evolución del Volkswagen ID.2 conceptual a la producción en serie

En estos nueve meses que han pasado entre el concept car y el prototipo de producción, los cambios sobre el diseño original son numerosos. Uno es la ubicación del puerto de carga de la batería que, como puedes ver, no se halla en la aleta trasera derecha, sino en la delantera derecha. En el mismo lugar de la mula cazada el pasado invierno, que también sirve para el CUPRA Raval.

El heredero del Polo va muy bien calzado en unas llantas de aleación de 20 pulgadas de diámetro con neumáticos de medidas 225/40R 20, lo cual ya dice mucho de su deportividad, incluso más al estar al parejo de los pasos de rueda. Tanto como los finos espejos retrovisores, mientras que el toque más sofisticado lo ponen sus manijas de las puertas escamoteables enrasadas en los paneles. Las traseras también, a diferencia del concept que se encontraban en los pilares. Detalles menores pero tan interesantes como en la vista frontal y trasera.

Las dos áreas cambian mucho más de lo que parecían en un primer término. Los faros delanteros son un claro ejemplo, la forma de lágrima del anticipo se han transformado por completo con una franja muy fina que se extiende al extremo opuesto a través de un listón iluminado con el logo incluido. Y, por supuesto el paragolpes también revela nuevas líneas. Los extremos dejan ver unos marcados pliegues en cuña, con la parte central lisa y una parrilla activa en la parte inferior.

En la zaga, el patrón se repite en los grupos ópticos estrenando una novedosa firma luminosa. Pero, una vez más, tampoco serán los del concept car, con un mayor tamaño en los extremos y con un estilo que recuerda a los del ID.3 en forma.

El Volkswagen ID.2 se muestra camuflado evitando las fotos espía, interior incluido

Lo que sí se ha respetado al máximo es el interior. El volante achatado, el fino cuadro de instrumentos digital por detrás, la gran pantalla táctil sobre la consola central y su fina banda de teclas de accesos directos, los asientos delanteros deportivos, la iluminación ambiental en azul, el acabado de los paneles de las puertas o el elevado túnel de transmisión con el selector se mantienen, al igual que la palanca selectora del cambio en el lado derecho del volante o el selector redondo de los modos de conducción entre las plazas delanteras.

El minimalismo, la tecnología y la deportividad se funden en un interior sumamente espacioso y práctico. Con un generoso maletero y un bajo umbral de carga, el volumen aumenta considerablemente con un profundo doble fondo en el maletero además del enorme hueco portaobjetos que se halla bajo la banqueta trasera de tres plazas. Sin duda, la evolución es más que notable, Volkswagen no ha perdido el tiempo y ahora toca el período de pruebas para poner a punto este eléctrico que está en la obligación de superar a BYD, Renault, FIAT y otros tantos que llegan en 2024.