Volkswagen asegura que su futuro es eléctrico, pero sus inversiones dicen todo lo contrario
Volkswagen está reestructurando toda su infraestructura para amoldarse a la nueva era de electrificación. Sin embargo, una parte importante de las inversiones todavía se siguen centrando en los modelos de combustión y en nuevos desarrollos.
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Publicado: 13/01/2024 08:00
La industria está viviendo uno de los mayores momentos de incertidumbre de su historia. La era eléctrica ya ha despegado y todas las marcas buscan fijar objetivos comerciales a corto y medio plazo. Sin embargo, pocas se aventuran a centrar toda su atención en el coche eléctrico. Las ventas no son lo suficientemente fuertes como para derivar las inversiones, aunque todas las marcas aseguran que su futuro se centra en la electrificación. Volkswagen también lo dice, aunque sus inversiones apuntan en varias direcciones a la vez.
Es de sobra conocido por toda la industria que el Grupo Volkswagen está atravesando un momento de debilidad. Se han producido cambios agresivos en toda la estructura del segundo mayor fabricante del mundo, desde la dirección a la reorganización de las fábricas. El conglomerado tiene ante sí numerosos retos a la vista y para poder cumplir con las proyecciones deben cumplir con un exigente plan de ajuste. El proyecto de recuperación supone el ahorro de 10.000 millones de euros en los próximos años y el despido de un 20% de la plantilla a escala global.
Miles de millones de ahorro y una política de gastos mucho más contenida
El jefe de finanzas del Grupo Volkswagen, Arno Antlitz, ha sido muy concreto a la forma en la que los alemanes están enfocando el futuro. El objetivo es ganar dinero y ajustar las inversiones a medida que cambie en panorama de ventas. La flexibilidad es la clave y por ahora no es posible poner todos los huevos en la cesta eléctrica. El dinero debe gastarse con cabeza, más si cabe en estos delicados momentos. Algunos analistas y expertos ya advierten de una ralentización del mercado eléctrico. La compañía está viendo ciertas renuncias a los vehículos eléctricos en Europa y Estados Unidos, tal y como ha reconocido el propio Antlitz.
«Nuestra estrategia es bastante flexible y también proporciona solidez y flexibilidad en el futuro». Un tercio de las inversiones todavía se centran en los modelos de combustión. Un gasto que se destina a mantener competitivos los modelos diésel y gasolina. El efecto más notable de esta estrategia lo hemos podido ver en los lanzamientos más recientes de la gama. Los últimos Volkswagen Passat y Tiguan no han renunciado a los motores convencionales y han sumado nuevas unidades diésel. Mismo rumbo han tomado en el Skoda Superb. Si bien hay nuevas unidades electrificadas, gran parte de la flota se apoya en motores de combustión.
A pesar de ello, Volkswagen sigue afirmando que están plenamente convencidos de que el futuro será eléctrico. En 2023 las ventas de vehículos eléctricos ha representado un 8,3% de las entregas totales, un dato que se sitúa en el tramo inferior de las proyecciones previstas. Preocupa más las reservas confirmadas para este 2024. En el último tercio del 2023 quedó patente una ralentización de las mismas, lo que ha llevado al grupo alemán ha paralizar la actividad de las fábricas en repetidas ocasiones. Se están recortando turnos de trabajo y también se está despidiendo a muchos trabajadores temporales de las fábricas.
En el seno del conglomerado corre cierta preocupación por el estado general de las ventas. Firmas como Audi ya han dejado claro que piensan tomarse con calma la llegada de nuevos lanzamientos eléctricos. Los de Ingolstadt acumulan mucho retraso con su agenda y para evitar sobrecargar las fábricas y a sus distribuidores espaciarán en el tiempo la llegada de nuevos modelos impulsados por baterías. A pesar de ello, el Grupo Volkswagen está tomando caminos paralelos en diferentes partes del mundo. En Estados Unidos pronto relanzarán la marca Scout, en 2026, centrada en la producción de SUV eléctricos.
Fuente: Automotive News Europe