El adiós del VW Polo ya es una realidad y allana el camino para la llegada de dos nuevos coches eléctricos en Navarra

Hay despedidas más y menos dolorosas, y esta es de las grandes. Un 20 de marzo de 1984 salió de la línea de montaje de Volkswagen en Navarra el primer VW Polo 'made in Spain', y ahora, 8.422.161 unidades después, la planta de Landaben se despide del mítico utilitario alemán.

El último Polo producido en España ha sido una unidad de color azul, con motor 1.0 TSi de 95 CV, caja de cambios manual de cinco marchas y acabado Life que se quedará en España. Han sido poco más de 40 años de historia que llegan a su final y que dejan, de momento, al T-Cross y al Taigo, ambos SUV, como únicos modelos que la marca produce en nuestro país.

Eso sí, todo cambiará en unos años, ya que se espera que a partir del 2026 la planta navarra acoja la producción de dos de los nuevos coches eléctricos asequibles que el Grupo Volkswagen tiene en mente. Serán el Skoda Epiq y el Volkswagen ID.2 X, ambos con carrocería SUV para el segmento B: asentados sobre la plataforma MEB Entry, medirán 4,10 metros de longitud.

Por si te lo preguntabas, esto no significa el adiós del Volkswagen Polo, ya que el utilitario alemán seguirá comercializándose durante los próximos años en Europa. Eso sí, procedente de Kariega (Sudáfrica), a donde se ha trasladado la producción del modelo.

«El 1 de junio realizamos una jornada de puertas abiertas bajo el lema 'Gracias, Polo; hola, eléctrico' porque el Polo nos lo ha dado todo, un pasado y un presente sólidos que nos permite proyectarnos con confianza hacia el futuro eléctrico», comentó el presidente de Volkswagen Navarra, Michael Hobusch.

VW Polo y la fábrica de Navarra, un mar de dudas

La continuidad del mítico Polo, que lleva entre nosotros desde 1975 durante 7 prolíficas generaciones, ha estado en entredicho en los últimos tiempos. Sobre todo, por las dudas que generaba el modelo de cara a poder adaptarse a la inminente estricta Euro 7.

No obstante, el retraso de esta última normativa hasta el próximo año 2030 ha dado un poco de aire al modelo, que se irá actualizando de forma mínima durante los próximos años, hasta que sea reemplazado ya sí que sí por un modelo eléctrico.

Su sustituto natural será el futuro ID.2, el cual se fabricará en la planta española de Martorell, pero que no será presentado hasta el próximo Salón del Automóvil de Múnich, después del verano del 2025. Su versión SUV, como decíamos, sí que se producirá en Navarra, que afrontará un proceso de transformación interna para adaptarse a estos nuevos pequeños eléctricos.

La planta de Landaben, uno de los futuros centros neurálgicos de los coches eléctricos del Grupo Volkswagen, recibirá una inversión de 1.024 millones de euros para dicha transformación. Sin embargo, trabajadores y sindicatos llevan tiempo mostrando sus preocupaciones por el vacío que se queda ahora que el Polo ha dejado de producirse.

Si los nuevos coches eléctricos que salgan de la fábrica navarra no llegan hasta el 2026, se producirá sí o sí una caída de la producción en el próximo año y medio. Las previsiones internas apuntan a que será de 250.000 en 2024 y 150.000 unidades en 2025. La cosa no mejorará hasta el 2026, cuando se suba hasta las 200.000 unidades y ya en 2027 se puedan alcanzar los 300.000 coches fabricados.

«No tenemos nada acordado para afrontar que no tenemos trabajo para la mitad de la plantilla (unas 2.000-2.300 personas) durante casi año y medio. Hay que reducir la jornada», han venido avisando los sindicatos durante los últimos meses.