La nueva norma de emisiones Euro 7 pone al Volkswagen Polo en la cuerda floja

Sabemos que el futuro del Volkswagen Polo es eléctrico, pero no es lo mismo que lo sea al final de su ciclo de vida comercial, previsto para mediados de 2024, que se adelante. La firma alemana tenía previsto que el utilitario extendiese, al menos, un año más la existencia de esta sexta generación en el mercado para ayudar en la transición a su futuro sustituto, con un segundo facelift, pero los planes se pueden ir al traste.

La culpa es del borrador de la nueva norma de emisiones Euro 7 que, aunque todavía no es definitiva, arroja serias dudas sobre el futuro del utilitario de Wolfsburg considerado una verdadera referencia. Hace unas semanas que la Unión Europea avanzó las nuevas reglas de cumplimiento de los niveles de emisiones contaminantes, dejando caer el organismo gubernamental que la adaptación de los motores costaría entre 90 y 150 Euros por coche. Sin embargo, Thomas Schäfer ya ha dado a conocer su opinión.

La viabilidad del Volkswagen Polo peligra seriamente

Y, en absoluto sigue esa línea. Más bien, todo lo contrario, pues el nuevo responsable al frente de Volkswagen ha señalado que la tecnología, las pruebas técnicas y ensayos pueden encarecer el precio de los modelos más pequeños en hasta 5.000 Euros. Para hacerte una idea más clara, el precio de un Polo básico equipado con el motor 1.0 TSI de 95 CV es de poco más de 20.000 Euros, pero con las modificaciones necesarias se iría hasta casi los 26.000 Euros.

En el caso del Polo GTI, su precio se acercaría peligrosamente a los 40.000 Euros, un auténtico despropósito. Schäfer ha señalado que «Todavía necesitamos unas dos semanas [para valorar si el futuro del Polo es económicamente viable en base a los nuevos requisitos de homologación], si se confirman las expectativas, definitivamente no invertiremos más». El mandatario ha reconocido que se había realizado una interpretación mucho menos estricta de la Euro 7, pero analizada con más detenimiento, ahora no está tan claro el futuro del utilitario.

Permitir esta valoración más laxa «habría ayudado un poco en la transición, aunque no cambiaría nada sobre los planes de nuevos coches eléctricos de Volkswagen», ha añadido Schäfer. Y es que, aunque el Polo se marche en 2024, la marca alemana se verá obligada a esperar un tiempo más para rellenar el hueco dejado por el modelo de combustión que llegará a mediados de 2025. Un año de por medio pero muy largo cuando se trata de perder los beneficios generados por el Polo, frente a una competencia que absorbería todas sus ventas.