Más problemas en Volkswagen, India reclama miles de millones a la marca por una factura "pendiente de pago"
El gigante alemán, que parece no tener bastante con la situación financiera en la que está anclada y los graves problemas que mantiene con su carga laboral, ahora suma otro más a la larga lista. Esta vez ha sido el Gobierno de la India el que ha acusado al fabricante de evasión fiscal y sobre el que planea una multa de récord.
Nunca sabremos si los dirigentes de Volkswagen abrieron una caja que no debieron, y se liberaron todos los vientos, pero la realidad es que, en una marca en la que parecía brillar permanentemente un espléndido sol, un maremoto de acontecimientos negativos se vienen sucediendo uno tras otro. Todo desde un día en el que se percataron de las que ventas de coches eléctricos iban en caída libre y no se recuperaban.
Los graves problemas detectados en el seno del gigante alemán no son nada con los que mantiene con la carga laboral después de conocerse el cierre obligado de fábricas y no llegar a un entendimiento con los sindicatos para proteger a los trabajadores de despidos. Un problema de magnas dimensiones al que se sumó una demanda multimillonaria procedente de Rusia, acusando a los alemanes de vender su fábrica en este país a espaldas de un socio, al que ha causado importantes daños.
India agrava la crisis de Volkswagen, por evasión fiscal
Oliver Blume, y toda la directiva de Volkswagen, estarán rezando y pidiendo una tregua porque, entre tanto sufrimiento, ha llegado otra demanda más. Esta vez, ha sido el fisco de la India el que ha comunicado al gigante alemán una evasión de impuestos y no precisamente del año anterior, sino desde hace más de una década.
Según se informa, Volkswagen habría evitado -intencionadamente- contribuir con 1.360 millones de dólares en impuestos a las arcas indias al haber pagado menos derechos de importación desde el pasado año 2012. El fundamento de la acusación se basa en que la división india de Volkswagen importó conjuntos terminados pero los declaró como piezas independientes, lo cual es objeto de diferentes gravámenes por parte de las autoridades aduaneras de la India.
Según estos, la maniobra de Volkswagen le permitió pagar un impuesto de importación menor, de entre un 5 por ciento y un 15 por ciento, por estos componentes, cuando en realidad los derechos de importación de los conjuntos terminados están sometidos a un impuesto que varía entre el 30 y el 35 por ciento.
La regularización multimillonaria de VW en India pasa por una multa de categoría
El profundo análisis llevado a cabo por las autoridades fiscales indias concluye que, durante los últimos once años, el gigante tendría que haber abonado 2.350 millones de dólares por estas partidas, ingresando sólo 981 millones de dólares.
Ahora, la división de Volkswagen en el país más poblado del mundo, que fue la que incurrió en el delito, tendrá que demostrar que no fue una decisión intencionada o se verá obligada a abonar una multa de nada menos que 2.600 millones de dólares. 250 millones más de lo que debería haber hecho.
Las importaciones de estas piezas fueron destinadas a la producción de modelos más convencionales como los Skoda Superb y Kodiaq, además de coches de lujo como los Audi Q3, A4 y Q5. Los cinco que se producían en la fábrica de Aurangabad. Nada que ver con los Kushaq y Slavia que se fabrican en la planta de Pune, y donde también lo hará el nuevo Kylaq en los próximos meses.